UNIDAD, ¡ESE DIVINO TESORO!

Una vez que se dieron a conocer los primeros datos de la elección del domingo 27, un integrante del campo popular, señaló, “tengamos en cuenta que lo primero es lo primero”. Desconcertado por sus dichos traté de indagar sobre que había querido expresar. Su respuesta fue contundente: “se ganó la elección”, y en ello tenía razón.

Dado que todos tenemos la costumbre de sentirnos los dueños de la verdad absoluta, empezaron a florecer  dudas entre los militantes del Frente. Esto sucedía, dado lo exiguo que consideraban el porcentaje de 8%  de diferencia que se había obtenido por sobre la alianza macrista.  Para colmo, la mayoría coincidía en que se había producido fraude y no aceptaban ninguna otra posibilidad.

Que los números podían haber sido manipulados por el software podía una variable.  Pero otra era que Macri podía haber aumentado sus votos, ante el miedo antiperonista de muchos convencidos por las acusaciones de los medios y la “justicia” de que estaban librando “la batalla final contra el mal”. O quizá, que algunos caciques provinciales, cuyos comicios locales ya eran cosa del pasado, “habían olvidado” militar la campaña nacional.

Ahora bien, si uno se detiene a intentar dilucidar lo que realmente ocurrió, es posible observar que se obtuvo un triunfo por paliza, en primera vuelta, sin posibilidad de ballotage. Y más aún, si se tiene en cuenta que se luchó no sólo contra el oficialismo, sino además contra sus adláteres multimediático-judiciales, que forman parte del poder real. El triunfo macrista en 2015 en segunda vuelta fue por un porcentaje de 2,48% y fue considerado como un hecho histórico. ¿Por qué habría que desvalorizar el triunfo del Frente de Todos?

Lo real es que Alberto Fernández va a recibir una sociedad que está deteriorada y violenta, con odios que van más allá de polarización política e incluyen la fobia a la pobreza, racismos agudizados y venganzas machistas. Una sociedad cuya clase media cree que la oligarquía se va a ocupar de que puedan alcanzar su ascenso social.  Y peor aún, defienden que los morochos no vayan a salir de sus vidas cuasi esclavas, recibiendo tan solo las migajas que  ellos les arrojen.

Causó sorpresa que apenas cerrada la votación, la nave insignia radial de Magneto, informara que el Frente de Todos había ganado en todos lados por amplio margen, cosa que no tenía sustento real, ya que no había datos ciertos. ¿Qué  era lo que pretendía el multimedios con esa noticia, ya que siempre habían apoyado y aún mentido beneficiando a Macri?  Dos eran las posibilidades. Una era que si esa información comenzaba a difundirse por todos los medios, y al ver que esas cifras disminuían con el paso de las horas, se hubiera opacado el triunfo con incidentes, por parte de simpatizantes del propio Frente, afirmando hechos fraudulentos.

La otra probabilidad verosímil, y que al poder real más le convenía era provocar la humillación de Macri, quien al perder por amplio margen, actuara como lo hizo después de las P.A.S.O. del 11 de agosto.  Un Macri desquiciado arrasaría con lo poco que queda del país, tras lo cual Alberto Fernández comenzaría su mandato en medio de una crisis mayor aún de lo que se pueda imaginar.

Hay que comprender que lo que viene es más difícil de lo que creemos, pero siendo conscientes de que la victoria de peronismo junto al pueblo argentino, dadas las circunstancias en las que se dio, es casi una hazaña.  Habrá que tener la certeza de que se ha ganado una elección, pero que el poder real seguirá instalado todavía por otro lado. Que a partir del 10 de diciembre no va a estar todo resuelto, pero que se abre la oportunidad de empezar a modificar la realidad.  Dentro del campo popular, habremos de ser  caminantes que harán camino al andar, pues no existirá fórmula exacta que resuelva toda la problemática.

El primer y fundamental factor a defender a rajatabla será la unidad por sobre todas las cosas. Ya han comenzado desde los medios la campaña para esmerilar a AlbertoFernández desde antes que asuma.  Hoy hablan de piquetes con A: Fernández presidente electo, como si Macri no existiera. O actúan como emisarios de la Embajada informando sobre presiones del gobierno de EE.UU. para que “cumpla” con lo “pactado” con el FMI. Hay dos partidos políticos trascendentes en la política argentina, uno es el peronismo con el Frente, el otro es el Clarín de Magneto con sus políticos cómplices.  Recordemos siempre que una cosa es gobernar y otra la toma del poder.  Mientras tanto, con o sin ley de Emergencia Alimentaria, en los barrios crece el hambre y las medidas que sigue adoptando el macrismo la profundizan.

Juan D. Perón decía “No puede existir, bajo el cielo de la Patria, sino un ideal que nos una y nos aliente a los más grandes hechos. Es el ideal de la justicia, del bienestar y de la solidaridad de todos los argentinos”. Hacia ese rumbo está encaminado el Frente de Todos. Habrá que ir aprendiendo a construir y ampliar esa unidad a medida que se vayan adoptando acciones desde el gobierno.  Sentar bases hacia el futuro, para evitar esos flujos y reflujos que nos hacen avanzar hacia la edificación de una Nación o de caer en la disolución de la misma.

Se derrotó a Macri, quien era la figura sobresaliente en la tercer oleada neoliberal. Pero el neoliberalismo permanece siempre al acecho, esperando que surja una nueva figura capaz de encaminar sus intereses. Fueron cuatro años de un gobierno preocupado tan solo por maximizar las utilidades de sus principales integrantes, mientras bombardeaba al pueblo con aumentos de tarifas, recortes permanentes a la inversión pública, endeudamiento histórico, destrucción de la seguridad social y, por encima de todo,  un verdugueo deshumanizante. Eso es el gobierno actual, el que pretende convertir trabajadores desempleados en “emprendedores”.

Ampliar aún más la unidad actual alcanzada por el peronismo y siendo responsabilidad de todos esta tarea. Todavía no asumió el nuevo gobierno y ya han comenzado a aparecer, primero en las redes, y de a poco en “opinólogos televisivos”, futuros enfrentamientos de poder dentro del Frente u opiniones encontradas de integrantes del mismo, situaciones que nunca han ocurrido.  Lo que pretenden es crear divisiones o enfrentamientos internos, para comenzar a horadar el poder del nuevo gobierno.  Hay que estar atentos para evitar esa posibilidad. Seamos conscientes de que estos tipos intentaron llevar al país no solo a su etapa previa a la aparición del peronismo, sino a condiciones cuasi esclavas de cada individuo. Nunca más el neoliberalismo al poder.

El desafío que enfrentará Alberto Fernández será armonizar o modular esta sociedad quebrada y reequilibrar la distribución aberrantemente despareja que produjo el gobierno de Macri.  En cada uno de nosotros, los que formamos parte del campo nacional y popular, estará también la responsabilidad de defender la unidad, ya que la misma será la primera línea de defensa ante los embates del poder real.

Juan Carlos Dennin
juancarlos@huellas-suburbanas.info