Tras las PASO, el conservadurismo avanza sobre las indemnizaciones por despido

Juntos por el Cambio intenta avanzar por la vía parlamentaria con la eliminación de las indemnizaciones por despido y su reemplazo por un seguro de desempleo pago por el trabajador mientras dure la relación de dependencia. Una idea, poco original por cierto, que el capitalismo global supo y sabe usar cómo herramienta para direccionar la acumulación de capital en función de la especulación, extorsión y explotación que garanticen niveles mínimos de soberanía, libertad, independencia. Nada que no conozcamos. Dominación imperialista.

Lo cierto es que Rodríguez Larreta, Martín Lousteau, Martín Tetaz y el coro rebuznante de Lanata, de TN, La Nación+, Clarín, etc, envalentonados por la contundencia del resultado de las PASO y la flojera de piernas que mostró en consecuencia el FdT, se lanzaron al cuello del gobierno en busca de continuar el devenir infame del macrismo, si repiten o mejoran resultado en las generales de Noviembre.

Si esto último sucede, cosa muy probable, es dable esperar que ambas cámaras con mayoría oligárquica se transformen en un verdadero patíbulo para el gobierno. Y ni hablar de lo que significaría para el pueblo trabajador. Sólo imaginar en manos de la actual burguesía industrial, comercial, importadora o la que fuere una herramienta legal que les permita despedir personal sin derecho a indemnización, resulta un viaje cuanto menos lovecraftiano. Implicaría el uso del lamentablemente numeroso ejército desocupado de reserva del capitalismo, como medio de extorsión ante el más mínimo amague de protesta de los trabajadores. Ni hablar de organización obrera de base. Esta burguesía ya demostró en los 90′ y durante todo el período de influencia del tándem Zinn-Cavallo-FMI, de lo que es capaz cuando se flexibilizan las condiciones de trabajo y, como suele hacer la oligarquía siempre que vuelve a sus fuentes, reviven sus cadalsos corregidos y aumentados.

La cuestión es qué se le opone, desde el campo popular, a ese avance oligárquico. ¿Este oficialismo totalmente apolíneo, que pide permiso para todo y absolutamente delineado para no salirse de los marcos legales que el liberalismo le dio a esta democracia semicolonial? ¿Este gobierno con bases populares pero políticas pequeño burguesas? Hasta ahora en las cuestiones fundamentales, aquellas que suponían un real golpe a los intereses del status quo, el gobierno nacional se comportó en los hechos como parte integrante del bloque de poder dominante. Amagó la expropiación de Vicentín y luego dejó a sus bases como al pintor que le robaron la escalera: colgados del pincel; diputados del FdT como Yasky y candidatos a, como Sergio Palazzo, salieron a plantear la reducción de la jornada laboral sin baja salarial y, prácticamente al unísono y de inmediato, Matías Kulfas desde el Ministerio de Producción y Héctor Daer, representante de los gordos en la conducción de la CGT, salieron a defender los intereses patronales y posibilistas marcando la imposibilidad de, al menos pensar, por el momento la idea de generar puestos de trabajo genuinos y mejorar la calidad de vida de los trabajadores sin castigarle el bolsillo y el lomo a la clase obrera.

El rol que vaya a tener el Kirchnerismo dentro del FdT, sobre todo después de la posición que tomó Cristina Fernández después de la Paso, es fundamental y dado el legado que la presidencia de Néstor Kirchner le dejó, habrá que ver qué rol le cabe en la alianza de gobierno, si priman los acuerdos con acuerdos con el FMI y la política fiscal sobre la política económico social. Pero sobre todas las cosas va a ser necesario que más allá de la rotación de figuritas en el gabinete, el Frente de Todos demuestre ser y expresar las reivindicaciones históricas del Frente Nacional. Movilizar y organizar a las bases en defensa del arco plebeyo postergado entre macrismos, cuarentenas y tibiezas nacional burguesas, y blindar un programa de crecimiento con soberanía. Esto ya se propuso incontables veces desde estas páginas. Y se insiste. Aunque harte que nunca se logre. Como insiste este pueblo desde hace doscientos años, y lo seguirá haciendo mientras la Patria sea una tarea inconclusa. Sencillamente porque nada más existe. Ante cualquier cosa. Ante todo. Patria o nada.

Sebastián Jiménez
sebastianjimenez@huellas-suburbanas.info