
05 Oct Seguimos o nos bajamos
La idea era hacer un articulo con respecto a la situación del Paraná, pero los compañeros del staff de Huellas espero sepan disculpar, hace días que vengo dando vueltas, pensando qué contar al respecto y es más de lo mismo, o la sensación es que uno mira y se repite.
El tema está siendo más que trillado por estos tiempos, y para los que lo seguimos hace más de 20 años, nos estamos cansando de tener que dar respuestas a algo que anunciábamos y que, entre los operadores del poder concentrado y los justificadores de políticas incorrectas acusando a los compañeros de enemigos, se pone difícil remar.
Pero vamos a dar un pequeña reseña de situación para no dejar de lado el tema, y que la coyuntura más el agobio diario del pueblo argentino por solucionar los temas cotidianos más mínimos, saben que siguen pasando:
1) la situación ambiental es muy mala y aprovechando que el tema está de moda, hay que reconocer que las últimas lluvias y el atraso del calor en esta primavera está tratando de recomponer un poco la situación, que se va a solucionar en el mejor de los casos en varios meses; lo que no se va a solucionar rápido son los incendios que ocurrieron hace años atrás en el Amazonas, produciendo la baja de lluvias que afectó al Paraná y al río Paraguay. Pero esto no sólo es culpa de Brasil, nosotros por estos lados no aprobamos la ley de humedales y a orillas de nuestro río, y por acá nomás se suceden los incendios.
2) el no parar de dragar sistemáticamente el río, dañando su lecho, ayuda al escurrimiento de las aguas río arriba y seca los ojos de agua que son recurso de compatriotas en bosques y en zonas donde el centralismo porteño no tiene mucho interés.
Y todo esto es para seguir sosteniendo un modelo extractivista que, hace 45 años a sangre y fuego, cargándose a 30000 compatriotas, las fuerzas armadas socias del poder concentrado y al servicio de las multinacionales implementaron, poniendo a la democracia el yugo de una deuda externa siempre impagable e inmoral.
Hoy este modelo goza de plena salud y regula el estómago de los argentinos decidiendo qué es más importante exportar que vender en el mercado interno y barato, esto a partir de la desregulación del comercio exterior en el gobierno de Menem (continuidad del proyecto político y económico de la dictadura genocida) también crea un nuevo modelo agrícola financiero manejando las divisas tan necesarias para la economía. O sea: estos grupos concentrados regulan la economía manejando el valor del dólar y los alimentos, dejando que en el país de los alimentos estos se paguen no sólo al precio que ellos deciden, sino también dejando solo el saldo exportable.
En este contexto, las PASO le dan un cachetazo al gobierno, y la oposición y los grupos concentrados se agrandan, aprietan para poner condiciones.
El gobierno está en una encrucijada: peleó con lo que pudo la pandemia después del desastre macrista; rascó de donde pudo vacunas y con lo que pudo armó hospitales y puso camas para no dejar a nadie afuera, y ahora después de dos años de gobierno empiezan a cerrar los números macro, aumenta la inversión, crece la industria, crecen las exportaciones etc. Pero al pueblo, que desde hace 45 años viene soportando este modelo, eso no le alcanza y lo hizo notar.
La única manera de conectar los números de la macro economía y la dura realidad cotidiana (40% de argentinos en la pobreza, 8% en la indigencia) y ahí a los que los números de la macro no lo ven, no lo perciben, no lo sienten y las necesidades cotidianas se le hacen todas cuesta arriba… la única manera de conectarlos es con trabajo (genuino, en blanco, con aguinaldo, con vacaciones pagas…). Es imprescindible volver a pensar en trabajo, y en este aspecto, el modelo extractivista no dio resultado: todos los números son negativos; 25 años de Hidrovía sólo devastó el río Paraná, concentró la riqueza, generó miles de millones de evasión, desocupación, desindustrialización.
Para revertir eso necesitamos coraje a la hora de tomar políticas transformadoras, recuperar la soberanía sobre el Paraná es esencial, recuperar el control del comercio exterior, imprescindible, cambiar el modelo agrofinanciero por uno productivo nacional, muy necesario, y pensar en que los argentinos recuperemos el trabajo.
Estamos llenos de contradicciones y tenemos que debatir por qué hicimos un frente para derrotar el macrismo que nos llevaba al desastre, y hoy después de la pandemia y de 2 años de lucharla, hay que profundizar para que el frente, que fue electoral, pase a ser un frente político con proyecto y conducción clara.
Del otro lado, una caterva de traidores a la patria, que como propuesta electoral ofrecen sacar la indemnización, seguir sacándoles a los trabajadores derechos, a esos que ya no sólo en su mayoría perdieron sus trabajos, sino que además casi se autoflexibilizan para conseguir un laburito, haciéndose los defensores de la educación, cuando estuvieron en el gobierno no hicieron nada y así con la salud y con todo.
Pero el pueblo no tiene la culpa: la culpa es nuestra. El pueblo está agobiado por los problemas y entre unos o los otros, la pregunta es: ¿SEGUIMOS o NOS BAJAMOS?
“Luchar es en cierta manera sinónimo de vivir. Se lucha con la gleba para extraer un puñado de trigo. Se lucha contra el mar para transportar de un extremo a otro del planeta mercaderías y ansiedades .Se lucha con la pluma .Se lucha con la espada y con el fusil. El que no lucha se estanca, como el agua. El que se estanca, se pudre” Raúl Scalabrini Ortiz.