“No existen en el gobierno estrategias propias de comunicación”

Entrevista a Carlos Borgna, miembro fundador y referente de la Red de Comunicadores del Mercosur

Carlos Borgna prácticamente no precisa presentación, pero podemos sintetizar diciendo de él, que es un viejo amigo personal del entrevistador, antiguo y permanente impulsor de todas las construcciones comunicacionales y periodísticas que hacemos en este rincón del conurbano oeste bonaerense, incansable promotor de la comunicación popular y alternativa en diferentes comunidades del país y de regiones vecinas, con vasta experiencia militante y de gestión, tiempo atrás en la Cancillería Argentina entre otros ámbitos, continúa ejerciendo su profesión en programas radiales en su querida ciudad de Rafaela, provincia de Santa Fe, y con participaciones y columnas en decenas de espacios multimediáticos populares.

Carlos, ¿Cómo ves que se encuentra actualmente el rol de la comunicación popular, alternativa y comunitaria, de cara a todas las cuestiones nacionales y regionales en disputa?

Hagamos primero un diagnóstico mínimo, para decir a partir del mismo qué es lo que puede pasar. En primer lugar, desde el momento en que el presidente Alberto Fernández decidió que la comunicación es un comercio, forma parte de la lógica del mercado, todos sabíamos que eso implicaba un bajo perfil de políticas de promoción de la comunicación popular, e indudablemente con acuerdos con las grandes corporaciones de medios. Con el correr de los años, se ha marcado una impronta en el actual gobierno en este aspecto. Lo cual hizo que la comunicación nacional y popular tuviera que asumir y trabajar sabiendo que desde el Estado iban a venir muy pocos recursos. Por el otro lado, eso dejó al descubierto a muchas organizaciones que miran al Estado como la vaca que da la leche, y no tienen una política de comunicación para este tipo de circunstancias y coyunturas.

¿Y qué cuestiones fallan, o quedan al descubierto en tal contexto, siempre hablando de la comunicación popular?

Carecen de política de medios, no se trabaja en redes, lo más alarmante es la incapacidad de generar una agenda común de contenidos, producir contenidos de conjunto… hay muchas labores pero totalmente desarticuladas unas de otras; podrían potenciarse mucho más y tener estrategias de conjunto que les permitiera ser mucho más eficientes y eficaces a la hora de generar comunicación.

Entre tanto, ¿Cómo reacciona la comunicación popular frente a la dinámica del flujo de confusión informativa que aportan las redes sociales?

Existe una deformación de creer que las redes son “la” comunicación, y la comunicación pasa sólo por las redes. Esto ha hecho un montón de daño a la cabeza de muchos comunicadores. Hay gente que cree que la única batalla a dar es sentándose en sus computadoras. Hay gente que capacita y milita en estas ideas. Se pierde lo esencial, que es la relación de la organización, el medio con las bases, con el vecino, el trabajador, con un montón de sujetos sociales y políticos que pueden aportar a la transformación. Por ejemplo, una lista de whatsapp no reemplaza una asamblea en una fábrica. Además, está el problema que nos volcamos exclusivamente a las redes sociales, que están manejadas por sectores financieros, políticos y mediáticos que están en la vereda de enfrente de una concepción nacional y popular. Por eso insisto en que no podemos quedarnos sólo en la discusión de los recursos que nos aporta el Estado. Tenemos buenos francotiradores que van a una plaza, entrevistan a la gente, y se hacen pegar… eso es prensa, es periodismo… pero no es comunicación popular. No creamos que con esas formas se va a contribuir a potenciar estrategias comunicacionales y políticas. Me parece que tenemos que sincerar todo esto.

Es un buen diagnóstico apretado, para pensar un punto de partida…

En el mundo de la comunicación popular, no sólo estamos afectados por el enemigo, ni por el gobierno, sino también por responsabilidades propias, y hay que hacerse cargo. O te hacés el zonzo y mirás para otro lado y la seguís timoneando…

Mientras se pueda… porque en algún momento no se puede sostener más…

Claro, en algún momento te estalla, como en cualquier orden de la vida. La gravedad del escenario para este año ameritaría que se articulara de otro modo, coordinar acciones, definir temáticas estratégicas, urgentes, y a partir de allí armar contenidos. Creo que, en estos términos, esta discusión no está instalada en muchas organizaciones, o no se termina de ver. La comunicación también es un proceso de construcción, y como todo proceso tiene un antes, un durante y un después. Hay conclusiones, consecuencias, definiciones, y hay que hacerle un seguimiento a todo. No hay continuidad en esas tareas de análisis comunicacional.

¿Creés que al gobierno le interesa profundizar alguna construcción comunicacional de base popular, o si se siente aún cómodo bajo las formas informativas y comunicacionales que representan intereses opuestos al perfil del propio gobierno del Frente de Todos?

Es una constatación de los hechos. El gobierno ha definido moverse en determinados ámbitos, y ha dejado relegado programas, recursos, políticas orientadas a medios comunitarios y alternativos. Las ha llevado a una mínima expresión. No existe en el gobierno estrategias propias de comunicación. Un gobierno que negocia con el FMI, que no se atreve a ir contra algunos sectores de poder o intereses económicos en el país, ¿Cómo haría una política de otra característica que no esté dentro del marco que el gobierno definió, con sus intereses de clase, su línea política de gestión y su marco de alianzas?

Recientemente el presidente Fernández viajó a los Estados Unidos, se reunió con Joe Biden y tuvo algunas definiciones elogiosas hacia éste, en su supuesto esmero por defendernos en las negociaciones con el FMI. Parecerían anécdotas de protocolo, pero en el escenario internacional que estamos viviendo, al borde permanente de una conflagración en los hechos, y también desde lo simbólico, ¿Te parece que este viaje representa un intento de alineamiento, algo tardío, con el gobierno norteamericano, o tiende a buscar obtener alguna utilidad mayor en el contexto tan crítico de nuestra economía nacional?

Es buena tu pregunta, y voy a subir la apuesta. Hay dos reuniones muy significativas, que hay que tener cuidado al decodificarlas, porque de una no se supo nada, y de la otra hay una comunicación de prensa. De la que no se supo nada, es de la reunión entre Cristina Kirchner y la jefa del Comando Sur, Laura Richardson, y la segunda reunión es esta que vos mencionás. La primera, creo, es una reunión más de temática global, y la segunda más de índole coyuntural. Creo que Alberto Fernández fue a pedir que Estados Unidos, en tanto principal aportante en el FMI, permita que Argentina renegocie las condiciones en que paga la deuda. No digo que eso sea lo único que hablaron, pero esta cuestión del Fondo está condicionando una parte de la política exterior argentina.

Por cierto, la señora Richardson, tiempo después a su reunión con Cristina, se atrevió a afirmar que los Estados Unidos tienen intereses concretos en los recursos naturales argentinos…

Y hay que aclarar algo. Cuando estás en las altas esferas oficiales, te tenés que reunir con las personas que indica, por protocolo o jerarquía, que te tenés que reunir. Y eso no quiere decir que hayas vendido tu alma al diablo, ni traicionado a tu país. En eso, la propia militancia tiene que entender que esas cosas funcionan así; hay que dejarse un poco de chiquilinadas. Está claro que Richardson no vino sólo a saludar a Cristina: Tenía varias cosas para decirle. Algo le comunicó. Los hechos posteriores inducen a pensar algunos de los ejes que vino a transmitirle a nuestra vicepresidenta. Hay temas muy pesados; una la mencionaste vos, y son nuestros recursos naturales. Y además, Richardson dijo que China es un problema de seguridad nacional para los EE.UU., y en consecuencia ven con preocupación todos los vínculos, especialmente de tipo económico financiero y/o militar que algunos países de América Latina están teniendo con China. Los Jefes de los Comandos de Estados Unidos en todo el mundo son cuadros políticos, además de cuadros militares.

Y vienen a ejercer toda su presión.

Vinieron a más que eso: Vinieron a decirnos cuáles deben ser las políticas y las tomas de decisiones de Argentina, para adentro y para afuera. Quizás a fijarnos pautas de conducta y de acción, encuadramiento internacional…. Richardson está planteando la política del Departamento de Estado de EE.UU. para América Latina. Las cosas que ellos consideran vitales, y de paso te advierten que si vas a desarrollar vínculos con China, te transformarás en un claro enemigo de sus intereses. Y te lo vienen a explicitar, en una situación en la que los chinos están poniendo mucho dinero en la región para obras estratégicas. El Caribe es una romería de comercio chino, factorías, centros de distribución, etc. EE.UU. se da cuenta que los chinos les han llenado su patio trasero de productos y de dinero fresco para que estas regiones hagan política sin depender de EE.UU. y Alberto Fernández a todo esto, les pide que le den margen, porque de lo contrario, esto no puede sostenerse.

Vaya dicotomía…

Y cuidado, porque Grecia y Panamá son dos claros ejemplos, pero lo de los panameños es muy sintomático de gente que acordó determinadas cosas con el Fondo, y terminó refinanciando no capital, sino interés de su deuda. Y la economía panameña está atada y es un apéndice espantoso de cualquier cosa que quieran hacer los norteamericanos ahí. Cierto es que Panamá no tiene los recursos ni el desarrollo industrial que tenemos nosotros. Pero el formato del Fondo es el mismo.

En este año electoral que ya se desarrolla a pleno, con internas en ambos bloques mayoritarios. En el caso del Frente de Todos, ¿Creés que hay tiempo para reconstruir un proyecto amplio que otorgue nuevas esperanzas a la población, cuando buena parte de ésta se encuentra descreída de la política?

Nadie niega que hay un sector de la población joven que descree de la política; irrumpen en la política con un acuerdo con el FMI y un estado que no da respuestas. Luego se prenden al discurso de Javier Milei. Lo otro, es que si se presenta Cristina genera un espacio muy importante como para decir que hay expectativas. Si todo el peronismo se junta hasta quizás se pueda ganar en primera vuelta, porque Milei va a sacar muchos votos. Si no se saca más del 40 en primera vuelta, es bien cierto que, creo, la derecha volverá a ganar en Argentina. Pero si Cristina no se presenta, y nombra a otra persona, esa persona va a tener 30, 40 días para hacer campaña e instalarse: es muy poco para diseñar una estrategia de campaña y consolidar marcos de acuerdos políticos. Lo cual es doblemente preocupante. Sé que estamos volviendo a pedirle a una mujer que ya ha puesto todo y se bancó todo… es una situación complicada, y me parece que la derecha está preparada para venir por todo. Carlos Melconián lo acaba de decir, están estudiando la privatización, concesionamiento y cierre de empresas estatales; hay un proyecto de reforma laboral, que maneja Gerardo Martínez de la UOCRA, junto a grupos empresariales, que lleva a que en muchos rubros la gente pueda ser contratada por 3 meses, y luego eventualmente ser despedida… y así concretan de a poco una flexibilización laboral brutal.

Un 2024 más que incierto en un horizonte muy nublado, Carlos…

Hay un escenario 2024 muy complicado, con muchos signos de pregunta y con una enorme incertidumbre acerca de cómo el movimiento popular se va a manejar en ese contexto.

En definitiva, sostenés que, una vez más, la única que puede detener esa avanzada, es Cristina Kirchner.

Sí, y además en la eventualidad de una derrota, ella es la única capaz de aglutinar para la resistencia. Si ella conduce, si ella es candidata, unifica a muchos aunque tengan diferencias con ella. De todos modos, creo que acá va a darse una interna, y pareciera que el candidato de Alberto Fernández será Daniel Scioli, y habrá un candidato por el kirchnerismo. Aún está por verse qué sucede.

Daniel Chaves
dafachaves@gmail.com