Miradas diferentes

Seguramente sería posible polemizar sobre estas cuestiones que hacen a los distintos modos de ver la realidad y, en consecuencia, de proceder sobre ella. En lo personal tengo en claro que eso va hasta el infinito. Y nuestra condición humana nos habilita a ser tan diferentes como nos plazca.

Aunque ese temita de “la libertad” tiene, según dicen algunos, el límite de la libertad del otro. Yo creo, más bien, que mi libertad toma sentido en el bienestar de los demás. Pero, en todo caso, eso admitiría el correspondiente debate.

Lo que no parece ser tan fácil de debatir, en forma equilibrada, es cómo proceder en el ámbito profesional.

Cuando se está en ciertas funciones (yo lo veo incluso en las mías, de trabajador de la educación), se debe tener en cuenta la mirada ajena, porque se está, justamente, ante la de una comunidad significativa. Y no de dos o tres vecin@s curios@s.

Por eso algunas opiniones de representantes (los electos) y de funcionarios (los –a veces, amigos- designados por ellos), no pueden ser las que se dicen en ronda de amig@s en la mesa de un café (con barbijo puesto, ¡eh!) o en familia, de sobremesa.

Requieren al menos, y más allá de buen criterio, ciertos conocimientos. Veamos algunos.

Durante muchos siglos se sustentó una base “racional” que explica los fenómenos (naturales, sociales…): la relación causa-efecto. Hace relativamente poco tiempo se reconoce la “multicausalidad”.

No debiera creerse, entonces, que alguien elige una profesión, una tarea, un género, un modo de vida,  por una única causa. Tal vez debiera analizarse cada caso en particular. Y no caer en generalizaciones y absolutos.

De la mano de este asunto, los estadísticos (que no son l@s estadistas, que es otra cosa… y tal vez algunas personas, por mucho que tengan un título de Ciencias Políticas -estén muy lejos de serlo. Vienen reconociendo que, la elevada frecuencia de algunos eventos no debe hacer suponer que sean la única alternativa. Existe una teoría, la teoría del error, que llama la atención sobre las irregularidades, las alternativas “mínimas”, que preanuncian otras posibilidades

También se viene atendiendo otra “novedad”, desde hace más de cien años: la sistematicidad de la realidad.  Resumiendo: nada ocurre independientemente de las otras cosas que se dan, en determinado contexto. Hay complejas estructuras en las que todo se vincula y articula.

Si alguien no aprende, comprendí yo a mi vejez, no es sólo porque no sea inteligente, o porque yo no le sepa enseñar. Hay otros (infinitos) factores que pueden estar influenciando para que ese aprendizaje no se dé. Y también, hay tiempos diferentes que no son los del eficientismo económico, que reclama éxitos inmediatos, acordes con la regla del  “costo- beneficio”.

Y por eso quien sobrevalore el tan promovido “emprendedurismo”, la muy recomendada “filosofía del mérito” (la meritocracia), puede ser que esté padeciendo de una miopía ideológica insuperable.

Y, es cierto, como señalábamos antes, cada un@ de nosotr@s puede elegir ese tipo de “mirada”. El problema está cuando se ocupa un Ministerio. Y en particular el de Educación. De Educación e Innovación, como ha dado en llamarse, sospechosamente, el correspondiente a la Ciudad de Buenos Aires. Que creo debe ir perdiendo el adjetivo de “Autónoma” para reconocer que es totalmente dependiente de los intereses y las presiones de grupos de poder económico.

¿A quién responderá la Licenciada Soledad Acuña? ¿A las necesidades de quienes ejercen el derecho constitucional de “enseñar y aprender”, o, como suele darse con estas políticas “neoliberales” (un eufemismo para decir, conservadoras con barniz “aggiornado”), al “mercado educacional de las empresas privadas”. Se “desgastan” mucho con el  ASPO…  Necesitan cobrar las cuotitas…  ¡Y la matrícula 2021!

Y para eso, tienen que  “brindar sus servicios”.

Ya…

¿Será que ella no puede pensar en la educación como un proceso social, orientado como servicio a largo plazo, para desarrollar una sociedad diferente de la injusta y expulsiva en que vivimos?

Y su propuesta de que se denuncie a quienes “hagan militancia en las aulas”, ¿No la incluirá por hacer militancia MUY BIEN RENTADA desde un Ministerio?

Desgraciadamente, en nuestro mundo político, son demasiados l@s abogad@s que siguen creyendo que es indigno tener tres meses de vacaciones (¿?), en lugar de un mes y medio de Feria judicial… Y un salario “al tono”.

Porque, algun@s funcionari@s (estilo Acuña) no garantizan espacios para el aprovechamiento integral de l@s docentes en formación o en ejercicio; porque para asegurar una capacitación seria hay que hacer significativas inversiones (y no negociados como el de “el Operativo Aprender” -2016 / 2019, gobierno de Macri-) y jerarquizar la tarea de enseñar, en lugar de denigrarla.

Y porque para eso hay que, como Ministr@ o Director/a General de Cultura y Educación, capacitarse a su vez y dedicar más tiempo a convivir en las escuelas y menos para vacacionar en la Angostura, Cariló o Punta…

Para conocer la tarea y “la gente”, ese pueblo complejo que es el nuestro y que tolera, tiernamente, funcionari@s inept@s y trabajador@s de la educación esclavizad@s y “militantes” del sistema de explotación que lo mantiene sumergido también.

Y para promover los cambios reales a la medida de esas necesidades, históricamente postergadas.

Edmundo Mario Zanini
eduardo.zanini@huellas-suburbanas.info