Migraña en Balcarce 50: El movimiento obrero se fortalece en las calles

“Y aunque el olvido, que todo destruye, haya matado mi vieja ilusión, guardo escondida una esperanza humilde, que es toda la fortuna de mi corazón” (Volver, Carlos Gardel)

Alrededor de medio millón de personas se movilizaron este miércoles 21 de febrero hasta la emblemática avenida 9 de Julio porteña para acompañar al gigantesco acto sindical, de duro tinte opositor al gobierno neoliberal que preside Mauricio Macri. La movilización fue en repudio de la pérdida de valor adquisitivo, los tarifazos y los despidos tanto en el sector público como privado.

El “21F” como se lo denominó masivamente por las redes sociales, probablemente se transformará en una fecha bisagra para marcar la intensidad del conflicto entre el movimiento obrero y un gobierno que busca abiertamente aplastar a éstos bajo extorsiones contra sus líderes sindicales, provocaciones casi diarias que suele encabezar el propio Primer Mandatario y un constante deterioro salarial, tan apreciado por gran parte del empresariado tanto transnacional como local.

Hugo Moyano fue el líder y centro indiscutido de la escena. Respetado y aclamado toda la tarde por decenas de miles de compatriotas que luchan cotidianamente por sus derechos más esenciales, y ven en el histórico dirigente de Camioneros, acaso, al articulador que le estaba faltando al vasto abanico sindical y de movimientos sociales opositores contra el rumbo económico del macrismo. Asimismo, puede convertirse hasta en un necesario engranaje para que pueda comenzar, de una vez, a hablarse en términos de unidad político sindical de la mayoría de quienes integran el campo popular.

Definiciones

El representante del triunvirato de la CGT que acompañó en el acto a Hugo Moyano fue Juan Carlos Schmid (Dragado y Balizamiento). En un gesto que revela humildad y permite ilusionarse con un nuevo modelo de construcción, aún siendo triunviro, aceptó ser el primer orador de la jornada. Repudió la Reforma Previsional sancionada el pasado mes de diciembre. Reclamó Paritarias Libres y sin Tope. Rechazó la Reforma Laboral que también sueña con promulgar el gobierno. Apoyó a las organizaciones sociales en conflicto, y finalizó pidiéndole “a los diputados y senadores” que “no avalen con sus votos en el Congreso las políticas económicas, laborales y sociales que cercenan los derechos de los trabajadores y de los sectores más postergados”.

A su turno, el referente de la Asociación Bancaria, Sergio Palazzo, reclamó por trabajo digno para los trabajadores y en particular para aquellos que subsisten desde la economía popular. Brindó su solidaridad para Hugo y Pablo Moyano “y para todos los perseguidos políticos” en la actual etapa institucional del país. Reiteró la condena contra la Reforma Previsional y pidió “Unidad para resistir al modelo”.

Desde las dos CTA, Pablo Micheli y Hugo Yasky aportaron sus reclamos; mientras el titular de ATE advirtió que “Si no hay respustas pronto, hay que ir a un paro nacional”, el referente docente y actual diputado nacional, Yasky, sostuvo que “el 21F es el día de la dignidad de los trabajadores que no nos ponemos de rodillas frente a un gobierno de patrones”.

El referente de la CTEP, Esteban Castro, hizo mención a la necesidad de “una ley de Emergencia Social para todos” y arengó para brindar todo el apoyo al Paro Nacional de Mujeres que tendrá lugar el próximo 8 de marzo.

También acompañaron el gigantesco acto, dirigentes de la talla de Máximo Kirchner, Juan Grabois, un nutrido sector del justicialismo con varios jefes comunales del conurbano bonaerense a la cabeza, y movimientos sociales y fuerzas políticas de izquierda.

Hugo Moyano fue el orador final, y retomó sus mejores gestos y discursos de antaño. “Estoy dispuesto a dar la vida por los trabajadores”, “No tengo miedo de que me maten, y no tengo miedo de ir preso”, rugió desafiante.

Citó al escritor mexicano Octavio Paz, cuando aseveró que “toda derrota es transitoria y toda victoria es relativa. Por eso, compañeros, a la hora de votar recordemos que los gorilas no pueden estar más en la conducción del país”. Lapidario, un Moyano genuino, en una de sus mejores versiones. Las cartas están echadas desde este amplio sector de la sociedad. Ahora comienza la etapa de la construcción.

Y mientras tanto… desde el cuartel central del gobierno conservador…

Mientras el presidente Mauricio Macri acusaba de “comportamiento mafioso” al movimiento sindical, al mismo tiempo procuraba -junto a integrantes de su gabinete- salir a minimizar la importancia de la convocatoria acontecida sobre la avenida 9 de Julio. Alguien que en su círculo más cercano es capaz de jactarse de “hacer trampa porque competimos contra la nada”, no tendrá la menor intención de negociar un ápice con el movimiento obrero organizado. La vía tan enarbolada mediáticamente por las huestes del oficialismo y periodistas “utilitarios por pauta” que es la del diálogo, entonces, está cerrada desde lo fáctico por el propio Primer Mandatario. Su estilo de “ganar haciendo trampa” habla por sí solo: No ha lugar al consenso y la negociación sincera.

Así las cosas, la conflictividad se acrecentará y su resolución transitará por otros carriles más cercanos a los márgenes mismos del estado de derecho, algo tan afecto en los últimos tiempos a los intereses de la plana mayor del Ejecutivo, con la aquiescencia de los principales representantes del Poder Judicial y el “entusiasta” trabajo divulgador de los medios masivos.

¿Y tras el día después?

Aunque jamás lo admitirán, el gobierno nacional se debilitó frente a tamaño despliegue social y sindical, considerando el ya mencionado intento por ocultar el acontecimiento o al menos minimizar el poder de convocatoria que ni los más ladinos enfoques de las cámaras de televisión lograron reducir.

También esta jornada arroja un desafío mayor: Cómo constituirse en bloque opositor sólido a lo largo del presente año y con vistas a recuperar el gobierno nacional en las elecciones de 2019.

De momento, sobrevuela una palabrita mágica que los menos apuntalan, y los más por las razones que fueren, hasta el momento callan: Programa. Un programa que incluya la lucha por la soberanía, en unidad con las fuerzas más afines del bloque regional, y revitalizando en el ámbito nacional las banderas concretas de la producción y el trabajo.

Y eso sólo para empezar. Que frente al actual estado de situación y a la destrucción institucional que dejarán como legado, una vez más, la oligarquía y sus socios multinacionales, no es para nada poco.

 

Daniel Chaves
dafachaves@gmail.com