Los plaguicidas altamente peligrosos: su efecto en la salud y las estragas agroecológicas (parte 2)

 En el número anterior reflexionábamos sobre los plaguicidas altamente peligros los cuales se utilizan tanto en la actividad agraria como en los hogares, parques y jardines, aún en las campañas sanitarias y en las escuelas. Si además del efecto en los seres humanos consideramos la toxicidad ambiental de los plaguicidas altamente peligrosos autorizados en argentina 47 de ellos, un 38,2 %, poseen una toxicidad muy alta en abejas, pudiendo causar la muerte a dosis mayores de 2 microgramos por abeja según la EPA de Estados Unidos. Este dato se correlaciona con denuncias realizadas por apicultores individuales y sus organizaciones por la alta mortandad de abejas en diversas regiones de la Argentina. Entre los PAP con potencialidad de generar daño a las abejas sobresalen; el Acefato de amplio uso en las producciones tabacaleras; la Cipermetrina, el Carbofuran y el Clorpirifos con utilización en las actividades hortícolas y los insecticidas imidacloprid y Fipronil, denominados según su clasificación química como neonicotinoides, utilizados en las producciones extensivas de cereales y oleaginosas.

También cabe destacar que 10 plaguicidas incluidos en la lista son muy bioacumulables afectando a las cadenas tróficas, incluidos seres humanos, y 11 plaguicidas son muy tóxicos para los organismos acuáticos poniendo en riesgo a la diversidad vegetal y animal de dichos ecosistemas, entre ellos se destacan el Pirimicarb y el Propargite utilizados en la producción de frutales, que en ocasiones se cultivan cerca de ríos y arroyos a fin de obtener agua para el riego.

Al analizar las empresas les que comercializan PAP en la Argentina se destaca la presencia de varias compañías en la producción del herbicida Glifosato entre las que sobresalen Atanor, Monsanto, Dow Agrosciences y Syngenta, así como la presencia de Monsanto y Syngenta en la producción de herbicidas y de Bayer junto a Chemotecnica en insecticidas. Cada vez es mayor la influencia de estas empresas sobre las decisiones tomadas por el gobierno nacional y provinciales, así como sobre los organismos instituciones públicas, el INTA, las Universidades, a partir del establecimiento de convenios de cooperación y de investigación conjunta. También es digno analizar su poder de penetración a partir de la publicidad establecida en medios masivos de comunicación; radios, TV y diarios.

Dicho lo anterior, no debe extrañar su amplia utilización en el hogar, ya sea para el tratamiento de pulgas y garrapatas en perros y gatos, en el control de hierbas e insectos en parques y jardines, así como para el control de moscas y mosquitos posibles vectores de enfermedades. La proximidad de las personas máxime niños, durante la aplicación, la posibilidad rociado de los alimentos y de objetos que entran en contacto con los seres humanos, el caso de mesas, sillas, manteles, hacen que se incremente el riesgo de padecer una intoxicación crónica o aguda, aunque no siempre se identifica esta situación, pudiendo pasar desapercibidas en el corto y mediano plazo.

Los plaguicidas autorizados en Argentina que se hallan prohibidos o no autorizados en otros países alcanzan la cifra de 107 productos.  De dicho total suman 73 (68%) los plaguicidas prohibidos o no autorizados en otros países que son plaguicidas altamente peligrosos según los criterios propuestos por PAN Internacional.

Entre los plaguicidas PAP prohibidos en otros países se destacan tanto a la atrazina como al Paraquat, ya por su peligrosidad y posibilidad de generar daños en la salud de tipo crónico, como las disrupciones endócrinas, sino además porque los volúmenes utilizados se han incrementado tanto en las actividades extensivas como intensivas. En el caso del Paraquat sobresale su utilización tanto en el cultivo de tabaco como entre las hortalizas.  En el caso de los neonicotinoides como el Fipronil se debe resaltar, además de su efecto en los seres humanos, su accionar sobre la vida de las abejas poniendo en riesgo no solo a la producción apícola sino la continuidad en la prestación de servicios ecosistémicos que estos insectos realizan.  Que estemos expuestos a plaguicidas prohibidos en otros países es una grave flagrancia hacia nuestra salud, además de demostrar el doble estándar de las empresas que no venden estos productos en sus países de origen, por ejemplo la unión europea, pero los comercializa en Latinoamérica enfermándonos a corto y largo plazo.

El problema derivado de la utilización de plaguicidas es sumamente complejo y su efecto socio ambiental puede derivar en la consolidación de conflictos ambientales que exceden también claramente, al de las pulverizaciones aéreas, pese a que éstas son las que más han alcanzado difusión pública. Las luchas en el Barrio de Ituzaingó en Córdoba, en Alberti, Bs, As, , lujan y Marcos Paz son una prueba de ello. Ante esta situación productres individuales, asociaciones y organizaciones agrarias así como diversas Sociedades científicas y movimientos  que desarrollan actividades en relación a la investigación y promoción de la agroecología han puesto de relieve la necesidad de adoptar medidas relacionadas con la restricción y prohibición en la utilización de los plaguicidas altamente peligrosos a fin de; proteger la salud de aquellos expuestos a los plaguicidas en sus lugares de residencia y trabajo, a los consumidores de alimentos dado que pueden contener trazas de plaguicidas y a todo el ambiente, incluida la diversidad biológica imprescindible para una producción agrícola sustentable. La agroecología es un modo de percibir, reflexionar y actuar en nuestra realidad, particularmente la vinculada a temas de índole agrario, a partir de lo cual perseguimos el objetivo de integrarnos nuevamente a la naturaleza, para desde allí recomponer los lazos entre los seres humanos y la armonía al interior de cada ser vivo. Buscamos restablecer el equilibrio a partir de establecer y enriquecer flujos, ciclos y relaciones permanentes entre los componentes de los agroecosistemas, con el cosmos y la sociedad en la cual vivimos.

Javier Souza Casadinho
javier@huellas-suburbanas.info