“Las armas ahora se han silenciado en Gaza, pero no confundamos esta calma con normalidad”

Entrevista a Tilda Rabi, Presidenta de la Federación de Entidades Argentino Palestinas

Esta presentación de la entrevista a Tilda Rabi no puede tener la formalidad con las que habitualmente encabezo esta clase de notas. Humildad, sencillez, espíritu de lucha y resistencia, solidaridad. Valores que afloran en todo momento de la expresión de Tilda, su voluntad de llevar la palabra de los “nadies” como tantas veces denominamos en nuestra tierra a los desposeídos del sistema, que en este caso se sintetizan del modo más cruento en el arrasado pueblo palestino. Y una búsqueda de justicia contra viento y marea, que la entrevistada, trabajadora social ella, periodista, actriz, Presidenta de la Federación de Entidades Argentino Palestinas, y que bien se define como una “militante por la libre autodeterminación de los pueblos”, lleva más allá, hasta la búsqueda de una humanidad más justa y solidaria en general. Nos dijo Tilda, al cierre, algo que emociona y por eso vale la pena arrancar por ahí: “Si algo nos caracteriza a los seres humanos, es tener un sentido de humanidad y de reconocimiento hacia el otro. Les agradezco por la valentía de amplificar nuestra voz en esta lucha”.

Tilda, días atrás otro aniversario de la Nakba, e Israel que continúa violando todas las resoluciones de Naciones Unidas. ¿Cómo viven, desde estas latitudes, esta nueva ofensiva del ejército israelí contra la población palestina de Gaza?

colonos judíos tomando por asalto una vivienda en Cisjordania

Como bien decías Daniel, ya son 73 años del Nakba, es decir, de nuestra catástrofe. Yo hablo desde mi perspectiva de diáspora, fundamentalmente, y eso de alguna manera nos afecta, porque somos parte de ese pueblo que está siendo expoliado. Es un hecho recurrente lo que ha pasado con mis hermanos en Gaza, pero no menor lo que también está pasando en lo cotidiano, y sobre todo durante los últimos dos meses en Cisjordania y lo que conocemos como Jerusalén oriental. Lo que me da fuerzas, es que mis hermanos de la Palestina de 1948, aquellos palestinos que son el 20% de lo que hoy es el Ente Sionista y tienen nacionalidad israelí, también se han levantado en las protestas, con la huelga general y que se ha replicado en el mundo…

Lo cual no es un hecho menor…

No lo es. Fijáte que durante 1936 en pleno mandato británico, los palestinos ya estaban visualizando claramente el objetivo del sionismo en concomitancia con los británicos, de apropiarse del territorio ancestral palestino. En aquel año hubo una gran huelga general, que duró más de 6 meses. Se crearon radios, protestaron intelectuales, campesinos, hubo una gran rebelión. Con la forzada creación del Ente sionista en 1948, el Estado de Israel como se le dice, también hubo manifestaciones pero fueron rápidamente desarmadas, porque los británicos, el día anterior al 14 de mayo, abandonaron Palestina, dejando al pueblo palestino desarmado y a merced de las bandas terroristas que luego constituyeron el gobierno israelí, quienes expulsaron de dicho territorio a más de 750.000 palestinos. Territorio que, según el derecho internacional del que tanto hablamos, con una resolución impuesta de Naciones Unidas, la 181, hablaba de un 55% para el nuevo estado sin haberles consultado nunca a los autóctonos, y se toma desde el vamos el 72 por ciento de la Palestina histórica.

La distancia física, y el no poder estar allí, ha de traerles a ustedes una mayor angustia. ¿Se genera una sensación de impotencia frente a tanta impunidad y desdén por los reclamos de la llamada comunidad internacional? Porque, finalmente, Israel reincide en prácticas similares aunque cada vez más trágicas. En esta ocasión, se golpeó duro a la base productiva y económica que quedaba en Gaza…

Es que Gaza ya está diezmada. Y sí, las armas ahora se han silenciado, pero no confundamos esta calma con normalidad. Hay más de 2 millones de habitantes en Gaza sitiados, no se levanta el asedio civil. Poner fin a la ocupación es la única garantía, porque la muerte y destrucción que hemos visto estos últimos días seguramente se repetirán.

¿Considerás que no hay freno a ello, en el actual estado de situación?

Y, no. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, compuesto por cinco países, tienen como todos sabemos, un Gran Objetor que ejerce el derecho a veto: Los Estados Unidos.

En efecto, eso le otorga un telón de fondo de fantochada a las Naciones Unidas, que un país pueda vetar lo que deciden prácticamente todos los demás…

Exactamente. Cuando se hace la Asamblea General, Estados Unidos y alguna isla dependiente de sus intereses, son los únicos que continúan objetando. Sin embargo, no se pueden ejecutar las sanciones porque hay una mirada sesgada y que contraviene todo el funcionamiento de Naciones Unidas. Algunas veces les Palestines nos preguntamos si acaso Naciones Unidas no haya sido creada para justificar su propia apatía y en su momento su complicidad de haber permitido el genocidio judío. Y luego se habilita otro genocidio con la construcción del estado sionista en Palestina.

Tilda, justamente hablamos en términos de otro Apartheid prolongado en el tiempo. ¿Hasta qué punto llegan las restricciones y las limitaciones que deben padecer cotidianamente el pueblo palestino, tanto en Gaza como Cisjordania? Incluso en tiempos de aparente menor intromisión militar.

Los derechos del pueblo palestino están muy cercenados. La fantochada que fueron los Acuerdos de Oslo, más allá de las buenas intenciones de algunes, incluido la OLP que creyó en esa posibilidad, junto al presidente Arafat, realmente se han ido destruyendo con el paso del tiempo. En 2005 Israel cierra de forma inconsulta a Gaza. Recordarás las imágenes de la histeria de los colonos. Y eso era un objetivo en sí mismo: encerrar Gaza y trasladar a esos colonos a la ocupación y construcción de Cisjordania, con la consecuente gravedad de ir apropiándose de territorios que nos pertenecían según los Acuerdos. El sionismo no tiene el menor interés en hablar de paz. Su ideario implica seguir ocupando territorios. En la actualidad, podemos decir que el 100% de la Palestina histórica está ocupada, y los derechos más elementales del pueblo palestino, totalmente cercenados.

¿Por ejemplo?

En tiempos de pandemia, mientras vemos cómo se pondera la vacunación en Israel, a los palestinos no les han dejado entrar siquiera ayuda humanitaria, tanto en Cisjordania como en Gaza mucho peor. Israel controla nuestras fronteras, nuestra economía, nuestros impuestos. Acaban de intervenir uno de los hospitales más importantes del Jerusalén palestino, con la soldadesca allí dentro. Cerca de Hebrón, ahora hay nuevos colonos con casas móviles, entran a diestra y siniestra, nos siguen encerrando en ese ominoso muro. Hay un terricidio en construcción, y ese es el objetivo de la ocupación, concretar una limpieza étnica.

Y, sin embargo, nunca terminan de concretar a pleno dicho propósito, ¿Por qué será?

Es que los israelíes no comprenden esa necesidad de resistencia de nuestro pueblo, de resiliencia cotidiana, cómo va reinventándose a sí mismo, para poder seguir estando.

Lamentablemente, mientras el opresor no comprende la inviabilidad de acabar con un pueblo entero, va dejando tras su paso un interminable reguero de sangre…

Un infinito dolor. Cuando era más joven, yo pensaba que mis hermanos, sobre todo los que están en campamentos de refugiados en el mundo árabe y otros en Europa o resto del mundo, pudieran retornar, pero ya es muy difícil: no sé si voy a ver concretada esa esperanza. Tampoco sé si lo va a ver mi hija. Espero que lo puedan ver mis nietas. Y en el medio, mucha sangre derramada.

En este escenario, ¿Cuál es, o qué va quedando en todo caso, de base de la economía palestina? Deduzco que, en cuanto a pobreza y desocupación, deben atravesar índices catastróficos.

En Gaza hay más de un 50% de la población claramente por debajo de la línea de pobreza. En el resto de Palestina debemos andar por un 40% a trazo grueso. Nuestra economía está supeditada a la ocupación. Ya no se soporta más, se vive de la mano de la solidaridad internacional, y ellos cuando pueden, también sabotean eso.

Ahora también destruyeron carreteras, hospitales…

Se trata de hacernos la vida, literalmente, imposible. Si viajás a Palestina, ingresás por Jordania, te reciben las tropas de ocupación, ellos deciden si ingresás o no, incluido el presidente Mahmud Abbas. Incluso por la puerta de acceso por Egipto, dependemos de la buena voluntad del gobierno egipcio de turno. Estamos atrapados. Si querés viajar desde acá, arribás al aeropuerto Ben Gurión, con toda una iconografía que es una bofetada para nosotros, y con mucho miedo de no poder entrar. Camino a Jerusalén vas viendo piedras grabadas con los nombres de los poblados que allí existieron, y esa es otra forma de porfía y resistencia de nuestro pueblo, ya que las borran y se las volvemos a escribir, una y otra vez.

¿Muchos soldados y una maraña de puertas y muros que atravesar?

Es terrible. Y entre los soldados, muchos argentinos. Se forman grandes filas, por ejemplo para que te autoricen a cruzar de Jerusalén a Belén, incluso para quienes van a trabajar o a hacerse atender en el hospital. Les palestines, al no poder tener producción avanzada propia, están condenados a ser mano de obra barata.

Años atrás tuve acceso a través de periódicos israelíes pro amistad con el pueblo palestino, a denuncias acerca de severas dificultades para cruzar a trabajar, desde Gaza a territorio israelí, que incluían la retención de toda su documentación, y otras vejaciones a discrecionalidad de sus empleadores. ¿Eso persiste?

Sí, claro. Hay organizaciones de derechos humanos, como “Rompiendo el Silencio” que también están siendo perseguidas, y también se persigue a todos aquellos que decidan denunciar esta barbarie. De hecho, nosotros trabajamos con compañeres que no reconocen al sionismo del Estado de Israel, y es muy duro para ellos sostenerse desde esa mirada, e incluso poder comunicarse.

Los sistemas de comunicaciones enlazados en el vasto pacto tecnológico-militar entre Israel y los Estados Unidos, aún hegemonizan en buena parte el control de las redes que usamos cotidianamente…

Y ese pacto se extiende a nuestro continente, incluida la Argentina. Son muy pocas las veces que nos otorgan voz a nosotros, no sólo de parte de los medios hegemónicos, sino también de otros que critican a aquellos, pero replican la misma metodología. No profundizan nuestra realidad. Tenemos en claro que hay un cercenamiento de las voces palestinas, incluidas las de la diáspora acá en Argentina, salvo por las organizaciones sociales, políticas, que nos apoyan y los medios populares como el de ustedes; sin estos sectores, nos sería imposible llegar con nuestro mensaje. Sabemos todo lo que se juegan ustedes al darnos voz, sabemos de las dificultades que han sufrido algunos compañeres comunicadores. Si hasta a Pedro Brieger lo quisieron expulsar de la TV Pública por expreso pedido de la colectividad, allá por el 2006…

Y la influencia mediática aporta un gran espacio para cambiar el sentido de esta disputa… los multimedios suelen transformar a la víctima en victimario, y viceversa…

Así es, y desde ahí se afecta a la opinión de muchos compatriotas, que igualan a los cohetes que lanza Hamas con los ataques sionistas, cuando la asimetría es profunda. De hecho, las fuerzas de ocupación israelí cerraron todas las puertas de acceso al barrio Sheikh Jarrah, donde comenzó hace 2 meses el desalojo de las familias palestinas, y ahora ya no se puede ingresar.

Una expulsión más o menos velada…

Es que eso es lo que pasa. Mientras hablan del alto al fuego, siguen con sus andanadas terroristas.

Tilda, ¿Se sostiene aún, algún apoyo de sectores israelíes, o ya la agresión es orgánica y cuasi total? ¿Cuál es el horizonte que divisás?

Como te decía antes, hay solidaridad pero de grupos israelíes periféricos. La injerencia de los partidos árabes es muy mínima; pero esta vez también dan resistencia mis hermanos de la Palestina de 1948 con ciudadanía israelí. Hay sectores antisonistas que levantan sus voces, incluida la Argentina, que no es menor. Hay sectores del IJAN (Red Internacional Judía Antisionista) que así se manifiestan.

¿Y a qué se debe el silencio de tantos países que quizás manifiesta simpatía por la causa palestina, pero luego callan?

Son intereses geopolíticos y económicos que están en juego. Fijáte que nuestra Cancillería sacó una declaración, para mi gusto muy tibia y semejante a la de Naciones unidas en el medio de profundas asimetrías. Acá hay una sola parte, y que se entienda: Hay un ocupante que somete a los ocupados. No olvidemos que el primer viaje en comitiva que hizo nuestro Presidente, fue a Israel para aplicar convenios económicos, de armas, tecnológicos y demás. Cuando lo que pide la comunidad palestina, es precisamente el boicot a través de desinvertir en el Estado de Israel.

Es decir, cuando menos, una posición controvertida de parte de nuestro gobierno…

No entiendo la política de nuestro gobierno en esta materia, ya que como país adherimos a la organización de Derechos Humanos de Naciones Unidas, y ahí también trabajan la cuestión del colonialismo… entonces, la actitud gubernamental es muy esquizofrénica y triste: pedimos que, así como en su momento se reclamó por el fin del Apartheid en Sudáfrica, se haga lo mismo en el caso del pueblo palestino. No podemos mirar a un costado, cuando desde acá se continúa pactando con un gobierno genocida.

Daniel Chaves
dafachaves@gmail.com