
06 Sep La realidad nos depara sorpresas y destapa viejos problemas irresueltos
Sorprendidos quedamos de algo que se venía viendo, y subestimamos. Es que las cuestiones tienen algo de sorpresa y mucho de descuido. Los escenarios cambian y nuevos formatos irrumpen, desconciertan, apremian, sumen en la desesperanza o generan una irrupción descontrolada de respuestas que suenan a viejas facturas por cobrarse. Es que en realidad, algo seguramente no se ha hecho, se dejó de comunicar o se comunicó mal, y en este sentido la mala comunicación es la falta de trabajo sostenido de aquello que se hace. A esta altura del relato, el lector podrá preguntarse ¿a qué puedo estarme refiriendo? o, por el contrario, se ubicará en torno al panorama político post PASO, donde la educación está en danza entre otros aspectos claves, que son esenciales en la vida social de las personas.
Durante cuarenta años me dediqué a enseñar buscando educar a jóvenes. Me convocó especialmente la formación de docentes para que fueran ellos quienes acompañen a los educandos en la tarea de formar su pensamiento estratégico, necesario para resolver problemas. Valoricé en este trabajo, en torno a las Ciencias Naturales que enseñé, a la pedagogía ligada con la alfabetización sobre las temáticas de la ciencia. Fueron prioritarios estos alcances para que sus destinatarios puedan entender, animarse y plasmar en una escritura propia aquello sobre lo que se desarrolla. En pocas palabras, reconocerse en esa producción escrita y oral como autor, y no como actor. Supe que para eso y desde la docencia, debemos dar las herramientas para trabajar la lectura, y dicho sea de paso, así focalizada, fomentarla.
No resulta menos importante el desarrollo de la comunicación pedagógica involucrada con la evaluación. De este modo, los estudiantes pueden observar ¿Qué sucedió?, ¿Qué puedo mejorar y completar?, ¿Qué otras preguntas se abren en torno a lo trabajado? Y ¿Por qué y para qué debo mejorar? La evaluación es un proceso que sostiene la enseñanza y el aprendizaje.
En tanto que las situaciones que hoy nos preocupan están vinculadas, lo educativo ocupa un lugar central en el desarrollo del pensamiento crítico, ligado con un trabajo de alfabetización en todos los campos de conocimientos que la escuela toma para su estudio. La comunicación de aquello que ocurre y las posibilidades de mejorar, contemplando diferentes puntos de partida, donde los sujetos se encuentran, es un viejo problema que debe abordarse de manera urgente.
En tal sentido, y particularmente en lo educativo, la consideración de los puntos de partida de los sujetos, que no es el mismo, deben resolverse con propósitos claros acerca de qué hacer. Mal se actuaría si se pusieran en competencia, en tanto sujetos y/o instituciones educativas como diferentes perspectivas, no muy nuevas, pero de resonancia de acuerdo a lo que actualmente se propone.
Enseñar, construir, comunicar adecuadamente permite saber qué hacemos en relación con un derecho clave, como es la educación.