La marea verde que mueve el buen cambio

Seguimos sumando fechas históricas a nuestro calendario de luchas y batallas dadas y ganadas: 13 de junio y 18 de junio. La primera marca el inicio efectivo de un camino que fue vetado y obstruido en múltiples ocasiones, la segunda marca un hito histórico en el reconocimiento de las minorías segregadas de nuestra sociedad.

Temática verde: Aborto legal, seguro y gratuito. 13 junio: marcha, movilización, pañuelazo, intervención artística, vigilia durante la escucha y la espera de la media sanción al proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo. En los artículos anteriores, quien escribe ya ha dejado bien en claro la opción y posicionamiento político e ideológico respecto a este tema: el aborto legal, seguro y gratuito es un derecho que nos deben y significa un avance en tanto acortar la brecha de desigualdad entre las mujeres de distintas clases, así como también es un reconocimiento y una puesta en marcha de la plena conciencia del cuerpo femenino, el cual empoderado de decisión sobre sí mismo, se erige tanto como territorio de lucha, así como también como un bastión de poder de las mujeres como sujetos deseantes y con poder de decisión.

El debate anterior al inicio de la sesión donde se logró la media sanción a favor de la aprobación del proyecto de ley fue atractivísimo. Se pudieron escuchar discursos y argumentos más que interesantes, sobre todo de voces que anteriormente no se habían pronunciado como sujetos políticamente activos (por ejemplo Lali Espósito, Dolores Fonzi o Muriel Santana, entre otrxs), y se levantaron con mayor fuerza voces que desde hace años levantan este emblema cuando nadie más lo hacía (la siempre polémica Malena Pichot, Florencia Freijo, entre otrxs, etc.). Los argumentos explicitados durante la sesión no fueron menos interesantes: de los 174 discursos, se destacan los discursos de la Lospennato, Donda, Kicillof, Rossi, Del Plá, quienes votaron a favor de la media sanción de la ley.

Lamentablemente, no se puede argumentar lo mismo del lado de lxs autodenominadxs “pro-Vida” quienes dieron discursos carentes de argumentos válidos, apelando a lo chabacano y sinsentido como la justificación religiosa, asemejando la legalización del aborto con un genocidio o comparando un embarazo no deseado con los cachorros regalados de una perra que acaba de parir. De este modo queda claro el posicionamiento de ambos bandos: los “provida” concibe a la mujer como una máquina proveedora de vida, sin deseos ni poder sobre su cuerpo y su decisión de ser madre. Nuevamente, no se discute si el aborto sí o el aborto no, se discute quién tiene el derecho al acceso al aborto que, como toda cuestión que se mercantiliza entrando al mercado, acceder a ello es una cuestión de poder.

Pronto comenzará el debate y la sesión donde se votará la media sanción que falta para que el proyecto de ley de la interrupción voluntaria del embarazo sea una realidad. Estaremos en las calles, en las redes, en cada uno de los rincones donde nos toque estar, de nuevo con el grito en la boca, el pañuelo colgado, la alegría de la lucha y la satisfacción de conseguir los derechos postergados.

Otra de las fechas trascendentes que este junio nos dejó es la del 18 de junio. En este día la justicia argentina dio un fallo histórico: prisión perpetua para el asesino de Diana Sacayan, activista trans asesinada de 13 puñaladas en el año 2015. Tres años, 11 audiencias e intensas manifestaciones en pos de justicia, hicieron de antesala a la primera sentencia por travesticidio dictada en  nuestro país: el Tribunal Oral en lo Criminal N° 4, integrado por los jueces Adolfo Calvete, Ivana Bloch y Julio César Báez, sentenció a cadena perpetua a Gabriel David Marino bajo la carátula de homicidio agravado por odio de identidad de género. Otro derecho se ha conquistado: una victoria más que se suma a la ley de identidad de género es la de reconocer las cosas por su nombre: a Diana la mataron por ser travesti, eso se comprobó y se ajustició.

Luchemos y pidamos también por una justicia realmente igualitaria, que accione en todos los casos por igual y que se escape de la lógica del patriarcado y el capitalismo que se encuentra en la base de nuestras sociedades. Que se investigue y se resuelvan con la misma rapidez que se sancionó la sentencia a Nahir Galarza (sentenciada a cadena perpetua por matar a su novio Fernando Pastorizzo el pasado 29 de diciembre de 2017), los casos de Marita Verón, María Cash, Araceli Fuelles, Lola Chomnalez, por nombrar algunos. Que la justicia sea justicia y ayude a que las desigualdades se extingan de una vez.

Rocío Rivera
rocio@huellas-suburbanas.info