La Justicia también es de derecha o de izquierda.

Tenemos en América Latina, en los últimos días, dos noticias que por su envergadura deberían ser analizadas en un contexto más amplio, antes que unidades separadas. Estamos hablando del envío de armas a Bolivia y del intento del gobierno chileno, encabezado por el derechista Piñera, de apropiarse de una parte de la plataforma continental argentina y áreas de fondos marinos y oceánicos, áreas exclusivas de explotación nacional. Estos dos sucesos están conectados. Pero retrocedamos un poco y pensamos que es un síntoma, elemento que compartimos todxs.

 Esta idea de Jacques Lacan explica la vida humana como una forma de ser en el mundo. Y cada persona tiene un síntoma, por lo cual individualiza y universaliza a la vez, ya que la tiene todo el mundo. Es la forma particular que cada ser humano tiene y lo diferencia del resto. No es algo malo, aunque puede generar problemas… Es estructural y es la forma en la que nos vinculamos. Estos dos sucesos son parte de un síntoma de América Latina. ¿No es la derecha latinoamericana portadora de un síntoma con estas actitudes y formas de hacer política?

 Pensemos en el apoyo del PRO al gobierno de Piñera, su preconización de que “todo lo extranjero es mejor”. Es una forma de síntoma que tienen para vincularse con el mundo. Si le sacamos este síntoma, literalmente, deja de haber derecha argentina. No hay derecha argentina sin cipayaje.

 Por el lado del gobierno chileno, hay que señalar que está en plena retirada. Han perdido dos elecciones importantes y de las que estaban seguros de que iban a ganar. Pero de nuevo, el síntoma de este gobierno es embarrar la cancha y buscar algún rédito político para pelear con el gobierno argentino, de ahí la ocupación. Con Macri esto no pasaba.

 Respecto del envío de armas a Bolivia, también son síntoma de una derecha que cuando no gana las elecciones y se empieza a ver lo que realmente son, actúan desesperadamente. Claramente el envío de armas a Bolivia define mejor a la derecha argentina que las estatuas que se auto colocan en la Capital Federal pero también son gestos de un sector político que no sabe para donde va. Más vigente que nunca ese dicho de que el fascista es un burgués asustado. Hoy enfrentan cargos de delitos de lesa humanidad.

 Estas son algunas opiniones de cómo conflictos legales revelan lógicas más universales, más amplias. Una sentencia judicial individualiza pero leídas de esta forma colectiviza el análisis donde no se pueden desconectar cosas. Fue Hegel el primero en la filosofía del derecho en entender que el todo hace a las partes, y la lección me parece muy relevante políticamente: no podemos analizar hechos aislados. Ese error nos haría entender superficialmente la política y no sus lógicas internas y externas.

 Desde este punto de vista, la segunda oleada progresista avanza pero con una derecha que impunemente irá utilizando cualquier herramienta que tenga a mano para golpear, asesinar y encarcelar. La Justicia será un ámbito de lucha política en las próximas décadas y de lectura política. El problema radical de esta situación está en que el progresismo latinoamericano, en el mejor de los casos, espera tiempos mejores para sus políticas en el ámbito de la Justicia. Tal correlación de fuerzas nunca existirá sino se la provoca.

 Lo que parece ir quedando es una oleada progresista en la región que, por un lado, se deja golpear pero por otro avanza, en términos electorales, y con una historia que lleva su peso. La era pospandemia con un EEUU también en problemas, puede darle su espacio a lograr cambios. Sin embargo, sigue siendo la Justicia, la de siempre, la que marca la cancha y muestra los conflictos generales del continente.

Mauri Delpir
Mauri.Delpir@huellas-suburbanas.info