
05 Jul La creciente presencia de China en América Latina
“Si Estados Unidos y la Unión Europea reducen sus dependencias estratégicas de Pekín sin avanzar en sus relaciones con otras partes del mundo sólo conseguirán mayor aislamiento internacional”[1].
Hace tiempo, que mucho del desarrollo de América Latina tiene que ver con China, la política de Deng Xiaoping de reforma y apertura significó un crecimiento del PBI chino del orden de 8% anual y el desarrollo del socialismo con particularidades chinas elevó el nivel de consumo de la población en forma creciente. Estas cuestiones convirtieron a China en el principal comprador de materias primas del mundo.
Luego China consiguió equiparar su balanza comercial con los países latinoamericanos con sus exportaciones de bienes de consumo, y más recientemente, también de productos intermedios, como maquinaria, componentes electrónicos y muchos otros, haciendo competencia directa a Estados Unidos y, sobre todo, a una Europa que durante décadas se ha beneficiado de su potencia exportadora mundial.
Cuando la mayor parte de los países latinoamericanos empezaron a acumular déficits comerciales con el gigante asiático, China empezó a desarrollar un segundo nivel de influencia económica que es el de la inversión directa. A pesar de la competitividad de China en el sector manufacturero, no han sido estas empresas las que se han lanzado a producir en América Latina, sino más bien el sector eléctrico, así como la búsqueda de recursos naturales. Más allá de la inversión directa, la participación de China en la construcción de infraestructuras en la región se ha financiado con préstamos por parte de los grandes bancos de desarrollo chinos.
Habiendo alcanzado un nivel de relaciones económicas mucho más amplio, no nos debe extrañar que China haya podido avanzar también en sus relaciones diplomáticas con la región. De hecho, en los últimos años, de los países latinoamericanos que aún mantenían relaciones diplomáticas con Taiwán dejaron de tenerlas, con Panamá como caso prominente y más recientemente, Honduras. Las incertidumbres sobre el futuro de las relaciones diplomáticas con Taiwán de los pocos países que quedan son enormes, como reflejan la evolución de las recientes elecciones en Paraguay.
Las tendencias políticas en la región sin duda se están viendo influenciadas por China, como queda patente en la campaña electoral de Lula da Silva y su política exterior. En términos más generales, los gobiernos populares tienden a un modelo alternativo de desarrollo en el que el papel del Estado juega un rol importante. Enfrente la derecha neoliberal promueve un modelo privatista “extractivista”, como el de la nueva constitución jujeña, el cual es resistido por los pueblos, porque mientras genera recursos no distribuye nada. O sea, una verdadera política de saqueo.
Bolivia
El reciente acuerdo de Bolivia con Rusia y China señala con claridad la diferencia entre el modelo jujeño y uno popular.
Luego de la firma, un importante convenio con empresas de China y Rusia para industrializar el litio de los salares de Pastos Grandes (Oruro) y Uyuni (Potosí), el presidente Luis Arce Catacora reafirmó que no permitirá que acciones y argumentos políticos dañen la economía de Bolivia, que ingresa a la era de la industrialización.
“Aquí está el Gobierno cumpliendo con el país, lo dijimos en la campaña, vamos a industrializar el litio y aquí estamos cumpliendo la palabra una vez más. No vamos a permitir que los temas políticos dañen la economía de las y los bolivianos. Vamos a continuar trabajando para darle certeza a la economía boliviana y, por tanto, a la población que aquí hay un Gobierno que trabaja y aquí están los resultados que presentamos a Bolivia y al mundo entero”, dijo en el acto de firma del convenio.
En presencia del Jefe de Estado fueron suscritos los convenios con la Corporación CiticGuoan, perteneciente a CiticGroup de China, y la Empresa UraniumOneGroup, de la Corporación Rosatom de Rusia, en un acto público.
“La firma de estos dos importantes convenios sin duda no sólo nos plantean hechos concretos, sino también con la visión estratégica que tiene nuestro país de avanzar para lograr que el país pueda producir alrededor de 100.000 toneladas de carbonato de litio el año 2025 en los salares de Uyuni, Coipasa y Pastos Grandes”, indicó en el acto de suscripción de los acuerdos.
CiticGuoan, en Uyuni, invertirá $us 857 millones, además busca invertir en la instalación de fábricas de baterías y tras estudios técnicos, una ensambladora de vehículos eléctricos.
La UraniumOneGroup realizará un estudio de factibilidad y pre-inversión para la extracción de litio y aprovechará la geotermia existente en Pastos Grandes.
“Estos nuevos convenios se suscriben en el marco del modelo económico social productivo que consiste en industrializar nuestros recursos naturales para el beneficio de los bolivianos, bajo un modelo de negocios soberano” declaróel ministro Franklin Molina.
A los argentinos nos toca elegir qué modelo de desarrollo queremos: uno y otro están a la vista.
[1]Alicia García-Herrero *Economista e investigadora española y directora jefe de economía para Asia-Pacífico en el banco de inversión francesa Natixis desde junio de 2015.Es académica y ha trabajado en Bruegel, un thinktank con sede en Bruselas.
El creciente poder de China en América Latina – Por Alicia García-Herrero