La agenda de los trabajadorxs

Pocos días antes del cierre de listas, y colaborando con el debate político necesario junto a concejales de los tres distritos, nuestra Mesa Regional avanzó en definiciones. ¿Por qué antes del cierre? Porque hay quien privilegia nombres, y está bien. O posicionar a su propia agrupación, y es legítimo. Pero lxs trabajadorxs organizados siempre queremos definir para qué. Esto es, qué políticas vamos a impulsar de la mano de nuestrxs compañerxs candidatxs, qué plan de trabajo, cómo avanzamos en más justicia social y democracia, conociendo los límites de una realidad tras los bombardeos del neoliberalismo y el parate de la pandemia.

 

Y desde ese debate, junto a las agrupaciones políticas amigas establecimos apoyar activamente, militando la calle, las redes y los medios, a lxs candidatxs de los trabajadorxs en el Frente de Todxs.

 

Las listas de la autodenominada izquierda no hablan con nosotros, y cuando lo hacen en asambleas y debates, pretenden decirnos lo que hay que hacer desde un imposibilismo de inicio. Desconocen los avances que conquistamos de la mano del peronismo y sus configuraciones históricas. Pretenden demoler, desde el discurso, a las conducciones que elegimos democráticamente, pretendiendo desde ninguna experiencia y menos desde la construcción de alianzas de lo diverso, un purismo que de entrada lleva a más derrotas. Los que leemos a Trotsky no entendemos cómo se puede hacer trotskysmo así, desde un sendero de negación de la realidad y el aislamiento de la propia conciencia de lxs trabajadorxs.

 

Los que comprendemos que es necesario fortalecer la unidad de clase, visualizamos que el FDT nos garantiza eso junto a centrales sindicales reacias a una orgánica común, pero que aún así, nos posibilita tener un espacio político común.

 

Alberto y Cristina, Axel y Verónica, junto a nuestros intendentes, son quienes sintetizan una voluntad actuante contra las políticas neoliberales. Cada medida de sus gestiones es un paso para reconstruir un país para todxs.

 

Pero también vemos los problemas que aún faltan tratar para fortalecer esa transformación. Temas profundos que pueden desatar conflictos fuertes con los propietarios de medios concentrados, de empresas monopólicas, de grandes extensiones de tierra destinada a la exportación de alimentos, de empresas energéticas antes estatales y desde los 90 concesionadas… con los especuladores de moneda extranjera y sus turbios negocios que siempre atentan contra el trabajo y la producción nacional.

 

Y sabemos de la fuerza social y política necesaria para dar esas batallas, por la democratización de los medios, por una reforma fiscal que obligue a los que más ganan a pagar más impuestos, por un Estado fuerte capaz de regular las ganancias de unos pocos en favor de sueldos, jubilaciones, más puestos de trabajo, infraestructura suficiente, justicia, educación, salud y vivienda para todxs, por mencionar algunos de estos problemas estructurales.

 

Tenemos experiencia acumulada en entrenar trabajadorxs, formar cooperativas y articularlas con las obras y el mantenimiento de lo público. Sabemos dar combate contra la inflación mediante la coordinación entre productores y consumidores, compras comunitarias y mil formas de hacer llegar lo necesario a quien lo necesita con menores precios. Somos los protagonistas centrales en las negociaciones paritarias, en las que defendemos el valor de salarios y jubilaciones, las condiciones laborales y la regulación del conjunto del trabajo mediante las mesas de salario mínimo, vital y móvil. Hemos reclamado colectivamente junto a nuestra población ante los abusos de las energéticas, aunque sabemos que hace falta más control y regulación, hasta que estemos en condiciones de retomar estas empresas a manos del Estado, que somos todos. Estuvimos y estaremos en la calle apoyando las medidas que permitan un recorte de los privilegios de los dueños de tierras, de dólares fugados, de ganancias extraordinarias obtenidas por el saqueo de los bolsillos populares, de jueces vendidos al privilegio.

 

El sueño de una Argentina justa, libre, soberana y en unidad con Latinoamérica se hace hoy y sin permiso, pero requiere de una alianza social creciente, consciente y capaz de darle continuidad, sustento y cada vez mayor profundidad, productores pymes, pequeños y medianos agrarios y trabajadorxs ocupadxs y desocupadxs. Por eso nos odian aquellxs que saben que no van a ganar lo que esperan, los que necesitan como el oxígeno la desigualdad y la humillación del otrx. Por eso tenemos razón, y convicciones para ganar esta y todas elecciones que vienen.

Gustavo Zapata
gustavo.zapata@huellas-suburbanas.info