Hoy Recordamos a Julio Cesar Strassera

El hombre que cambió la historia

El 18 de septiembre es un día especial para recordar a Julio César Strassera, pues un 18 de septiembre de 1933 nacía, hace 90 años. Y, a su vez, un 18 de septiembre de 1985 el Dr. Strassera realizó en su carácter de acusador el alegato final ante el tribunal del denominado “Juicio a las Juntas”.

Julio César Strassera fue consagrado como el histórico Fiscal del juicio a las Juntas Militares, un hombre valiente, honesto, humilde y de firmes convicciones.

Hay que contextualizar que la democracia estaba naciendo, y estaba sumamente frágil. El accionar de Strassera marcó una bisagra en la Justicia y la democracia argentina, lo cual posicionó al país en un lugar de prestigio internacional.

El Juicio a las Juntas Militares fue un hito en la historia política nacional, que pasaría a los libros. Un acto de justicia para siempre, como, de algún modo, lo certificaron esas dos palabras finales de su alegato. “Nunca más” indica el compromiso de que los crímenes no se repitan.

Hay que señalar que, durante el Juicio a las Juntas, todo lo que Strassera se proponía probar tenía una novedad trágica, no porque muchos no conocieran los hechos e incluso detalles de lo que había sucedido, no porque las organizaciones de Derechos Humanos no lo hubieran denunciado antes, sino porque el fiscal le presentó a los jueces de la Cámara, testigos que habían sido desgarrados por la enormidad de los crímenes que se animaron a denunciar. Sólo las víctimas conocían una parcela del infierno, si habían conservado la vida, o sus familiares habían podido reconstruir el final de algunos muertos. Sólo las víctimas habían sido arrastradas por sus captores hacia esos aguantaderos y pozos del dolor, donde los victimarios martirizaban y destrozaban a sus prisioneros. Strassera hizo una implacable síntesis de lo que la CoNaDep había investigado en tiempo récord, y de cuyo informe fueron seleccionados trescientos casos.

Hay que señalar su compromiso y valentía cuando aceptó el nombramiento como fiscal, propiciado por el presidente Raúl Alfonsín. Pues era un momento donde las cosas no fluían: los militares conservaban sus batallones (como lo demostraron varias veces) y no imaginaban que la justicia civil se iba a animar a tanto. Esos militares se habían negado a juzgarse, como se los propuso Alfonsín, y consideraban que la autoamnistía que habían declarado antes de entregar el gobierno sería convalidada, como muchos dirigentes de otras fuerzas políticas habían hecho.

Se ignoraba qué riesgo esperaba a los protagonistas judiciales del juicio. Ni Strassera, ni Moreno Ocampo, ni los jueces de la Cámara podían estar seguros de que lo que hicieran no iba a traerles consecuencias personales, acorde con la gravedad de aquello que juzgaban. Todos estaban en peligro, y todos debían tener esa valentía que no tiene nada que ver con el desafío oratorio, sino con la firmeza.

Todos recordaremos siempre ese 18 de septiembre de 1985 cuando expresó:

Señores jueces: quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: NUNCA MÁS»
(Fragmento del alegato final de la fiscalía durante el Juicio a las Juntas Militares)

Actuó con valentía y responsabilidad, y hoy es un justo e inmortalizado protagonista de la historia nacional.

Javier Argolo
javier.argolo@huellassuburbanas.com