FUE CON LA ESPADA, CON LA PLUMA Y LA PALABRA… Y ESTA TIERRA LO OLVIDO – Parte 1

Atravesamos una  época en que proliferan sistemas de comunicación. Pero estamos más desinformados gracias a las “fake news” y a las operaciones mediáticas. En paralelo la noticia se transformó en una simple mercadería más. La profesión periodística ha sido bastardeada, y muchos de los que la ejercen son simples formadores de opinión al servicio de las “necesidades” de la empresa que los contrata. No sucede solo en nuestro país, en Europa se censura a determinados medios porque brindarían “información dañina”. En EE.UU. se despide a periodistas por criticar la línea de acción de su gobierno.

De todos modos, aquí estamos… En el mes en que celebramos el “Día del Periodista” intentaré rescatar del abandono la historia de un compatriota sumido en el olvido por la mayoría multimediática.

Jorge Ricardo Masetti, ya que de él se trata, nació en 1929 en la ciudad de Avellaneda, provincia de Buenos Aires, y murió en Salta en 1964. Hijo de un empleado municipal y de una obrera. A los 15 años, casi como si fuese una aventura, descubrió el periodismo. Y después de fracasar como cantor de tangos y arquero de Racing, ese periodismo se convertiría en su destino. Y como periodista será consecuente con sus convicciones.

Trabajó durante un breve período como redactor en la agencia de publicidad Saporiti. En los medios radial y televisivo, tuvo a su cargo la sección política internacional del noticiero de radio El Mundo, como así también ser redactor de noticias en el viejo Canal 7. Además, escribió numerosos cuentos que se publicaban en los diarios.

Su principal emprendimiento editorial, Cara y Ceca, un magazine moderno, de tono moderadamente opositor al gobierno, fuerte impronta cristiana y un cierto aire moralista y conservador. En la redacción de la revista participaron los periodistas Mario Valeri, Ernesto Giachetti, Antonio Baio y Eugenio Pérez. La administración y archivo estaban a cargo de Ricardo Sueiro. Se editaron 8 números semanales y dos suplementos políticos.

Dichos suplementos se dedicaron  a “la pacificación del país” y al diálogo peronista-radical. Hubo notas sobre los principales dirigentes políticos del momento como Arturo Frondizi, Alfredo Palacios y Celestino Gelsi, entre otros. El semanario destacó también la figura del joven diputado peronista John William Cooke, a quien le atribuyó “renovados y revolucionarios aires”.

En 1958 trabajaba como reportero en radio El Mundo.  En ese entonces la Revolución Cubana era noticia casi permanente en los medios. Masetti tiene el propósito de profundizar una investigación sobre ese proceso. Los cables informativos que despliegan las agencias de noticias son muchas veces contradictorios.  Eso facilita la creación de preconceptos y prejuicios.  Pero tiene la intención de poner en claro esos sucesos.

Decide viajar a la isla caribeña y meterse en la Sierra Maestra para estar al tanto de lo que estaba sucediendo en Cuba, ser un observador participante. Su objetivo de máxima era conseguir entrevistas con Fidel Castro y con Ernesto “Che” Guevara. Ambas metas son logradas, lo que también le permite ver el accionar de los hombres y mujeres protagonistas de la lucha revolucionaria. El involucrarse en ese conflicto bélico, Rodolfo Walsh lo definió como  “la mayor hazaña individual del periodismo argentino”.

El 1° de enero de 1959, se produce la salida de Fulgencio Batista hacia la República Dominicana y la entada de Fidel Castro en Santiago de Cuba. Las radios de todo el país replicaban la noticia. En ese contexto, Masetti presentó a la madre del Che Guevara ante las cámaras de Canal 7 y mantuvo una entrevista telefónica con el entonces célebre guerrillero para Radio El Mundo.

Como parte del proceso conocido como “Comisión Depuradora” contra personas consideradas criminales de guerra o muy implicadas con el régimen de Batista, la Revolución instituyó los juicios revolucionarios. Por medio de procedimientos sumarios muchas de esas personas fueron fusiladas. Comenzaron desde ese momento campañas periodísticas contra Cuba.  El epicentro de las mismas estaba radicado en Estados Unidos, que veía la imposibilidad de defender sus intereses en el lugar que hasta ayer consideraba un protectorado  propio.

El periodista e intelectual Enrique de la Osa acusó a las revistas Time, Life y las agencias United Press International (UPI) y Associated Press  (AP) de estar al servicio del Departamento de Estado y la Cancillería de los Estados Unidos.  A raíz de esta situación montaron un operativo convocando a más de 200 periodistas extranjeros, la “Operación Verdad” que logró quebrar el monopolio informativo de las agencias internacionales.

Luego de dicho evento, Fidel Castro impulsaría la creación de una agencia de noticias.

El día 17 de abril se firma el acta constitutiva de la misma, así nace Prensa Latina. Sus comienzos, en forma provisoria,  ocurren en una pequeña oficina del edificio N, ubicado en la calle homónima, entre 23 y 21, en el barrio El Vedado, en La Habana. Sus conformación inicial  era curiosa: los cubanos Fernando López Rojas (publicista), José Santiesteban Torres (abogado), Virgilio Perera Pérez (agrimensor), el empresario mexicano Guillermo Castro Roa y el periodista argentino Carlos Aguirre.

El desarrollo de la agencia Prensa Latina y los posibles motivos por los cuales alguien con la capacidad manifiesta de Jorge Ricardo Masetti han caído en el olvido o en la negación se pueden continuar leyendo en la segunda parte de esta nota en www.huellas-suburbanas.info

Juan Carlos Dennin
juancarlos@huellas-suburbanas.info