“El gobierno actual demuestra que no debe llamarse democracia a un gobierno neoliberal”

Entrevista al Dr. Mario Rovere, ex viceministro de Salud de la Nación

El doctor Mario Rovere, médico sanitarista, fue Viceministro de Salud de la Nación en la última etapa del segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner, bajo gestión del Dr. Daniel Gollán.

Supo ejercer como Decano organizador de las carreras de Salud en la UNLaM, entre otras múltiples y relevantes funciones académicas que continúa desarrollando en diversas instituciones.

Con suma cordialidad, establecimos comunicación y nos recibió en sus oficinas del microcentro porteño, muy bien predispuesto para analizar diversas problemáticas y aspectos que hacen a la salud pública general.

Doctor Rovere, como para comenzar le pido que brinde un diagnóstico del estado actual de la salud pública a escala nacional.

Bueno, de alguna manera, a partir del 11 de agosto ha cambiado fuertemente la percepción del mapa político del país. Ello otorga una visión gratificante de un número significativo del pueblo argentino, que ha entendido que no se puede jugar con las variables básicas. Cuando eso se pone en juego, queda de manifiesto que hay modelos políticos que, por lo menos para Argentina, son inviables. Uno de ellos es el que se lleva puesta a la salud pública, que ha tenido una serie de amortiguadores; es distinto respecto a la situación del hambre y la pobreza, donde tenemos suficientes diagnósticos catástrofe. Pero en lo concerniente a la salud, la situación social y económica tiene un impacto directo. Además, la capacidad de respuesta del sistema de salud está mermada en todos los sectores. Ha empeorado incluso la atención privada en el país, en lo que se refiere a calidad y cobertura.

… con fuertes incrementos de precios….

Sí, con incrementos de precios por encima de la inflación general. La seguridad social con otro golpe duro, ya que depende del nivel de empleo y salario. Y ambas tasas se han caído. El sector público no es más catastrófico porque se disimula la disminución de la capacidad de compra real al haberse descentralizado en gastos provinciales y municipales. También se amortigua la catástrofe incrementando el gasto de bolsillo.

¿Por ejemplo?

Por ejemplo, autorizando una cirugía pero pasándole una parte del costo al paciente. El gasto en salud además es fuertemente inequitativo. Por ejemplo, cuando aumentan los medicamentos es igual para todos, pero la capacidad de pago de la gente no es igual. Así que el diagnóstico es de mucha preocupación, cuando uno lo mira en el espacio nacional. Cuando uno lo mira en el espacio del área metropolitana, todavía preocupa más. Las diferencias en área metropolitana entre los que están mejor y peor, son aún más graves que las que se dan en las provincias. En Ciudad de Buenos Aires y los tres anillos del conurbano, las diferencias se hacen enormes.

En el ámbito local que transitamos y desarrollamos Huellas Suburbanas, se da una situación dramática en el hospital municipal de Morón, con faltas de insumos básicos. También hemos recibido comentarios desde distintos nosocomios relativos a suspensiones de operaciones programadas.

Es que, cuando el sistema de salud entra en colapso, la primera víctima son las operaciones programadas; se supone que pueden esperar, entonces se van postergando… al infinito. En el caso de Morón, debemos además agregar la política criminal que ha hecho el gobierno nacional con el Hospital Posadas, lo cual es un capítulo aparte para otra conversación. Lo cual muestra a una Secretaría de Salud despreocupada, indolente, sin capacidad de respuesta en lo que debería ser el rol compensatorio de Nación a favor de los que menos tienen.

En el caso del hospital municipal de Morón, su presente es más patético para los vecinos, al considerar que fue reinaugurado hace muy pocos años…

Exactamente. Hay una miopía municipal, porque tal vez el intendente sea un hombre muy joven y sus padres no le hayan contado. Pero la política de Morón comenzó con el abrazo al hospital de Morón contra (Juan Carlos) Rousselot. El que no entienda que a ese hospital los vecinos lo consideran como un recurso propio, se está suicidando políticamente.

Pensando en lo que se avecina, ¿Qué se debería entender –y accionar- desde la planificación estratégica en salud?

Estamos casi en reuniones permanentes pensando en ello. Estamos en un contexto de mucha preocupación, porque hay los mismos sueños y anhelos que antes, pero no los mismos recursos. El gobierno actual demuestra que no debe llamarse democracia a un gobierno neoliberal. Son una aristocracia, gobiernan contra las mayorías populares, mucho de los cuales han votado contra sí mismos. O un gobierno es popular, o no es democrático. En salud vemos con toda claridad las fallas en la distribución del ingreso, al encontrarnos con problemas de salud evitables asociados directamente a los determinantes sociales de la salud. En ese marco, la planificación estratégica consiste en la configuración de actores que tengan pocos puntos en común pero la voluntad mancomunada de definir a la salud como un derecho; del otro lado se alinearán quienes crean que la salud es una mercancía, donde entra en juego la cuestión meritocrática. En último caso, lo que le va a dar la viabilidad a cualquier proceso técnico político es tener la suficiente articulación de actores que defiendan la propuesta. Cuando uno escucha la necesidad de “volver a (Ramón) Carrillo”, no es casual que hasta hoy nadie haya logrado romper con la idea de que el hospital público es para todos y porque todos así lo sentimos, es que la calidad también se sostiene.

Basándonos en los recientes resultados electorales, y pensando en un futuro no lejano. Ahí sí que vamos a recibir una auténtica pesada herencia. Desde la prevención, ¿Qué se podrá trabajar frente a las múltiples demandas inmediatas con que se van a encontrar en el área de la salud?

La situación alimentaria de los niños en Argentina deja daño. Así y todo, tenemos una obligación ética de reparar y compensar esos daños. El último año ha sido devastador, sobre todo para los sectores populares. Ahora necesitamos recuperar el derecho a comer sano y seguro. Esa secuencia es de prioridad número uno. Desde el punto de vista de la prevención, se han producido daños que no se explican siquiera por razones económicas.

¿Cómo cuáles?

Tenemos, por darte un ejemplo, un absurdo incremento en enfermedades que pueden prevenirse con preservativos. Hay un aumento descomunal de sífilis congénita, que es una enfermedad que casi había desaparecido. Uno compara lo que se hacía hace 4 años en términos de campaña de salud sexual reproductiva, incluso explicando distintos métodos anticonceptivos… de hecho, tenemos infinidad de dispositivos de comunicación social que pueden permitir transferir rápidamente a la población mecanismos para auto-protección. Necesitamos recuperar urgente la cadena de suministro de vacunas…

… Hay un faltante significativo de las mismas…

Es inexplicable. Y Nación debe recuperar u rol de autoridad sanitaria. Cuestión que comienza a desacreditarse si tiene un hospital insignia para ello, y resulta que lo tiene como está actualmente el hospital Posadas. También vale la pena decir esto: Nunca se podría haber hecho lo que se le hizo al Posadas, sin la complicidad de algunos gremios. Evidentemente, hubo voluntades que se vendieron. Por el resultado electoral de 2015 en sí, no se podría haber llegado a esta situación. Pensamos que Salud volverá a ser prioridad en caso de triunfar en octubre la fuerza nacional y popular; volverá a ser Ministerio, y esperamos que se consiga una recuperación de la salud pública tanto a nivel nacional como en las provincias.

Hay una tendencia marcada a la medicalización. ¿Hay alguna relación entre esa mercantilización de los medicamentos, con el desarrollo del neoliberalismo como uno de los principales rectores del mundo globalizado?

En el mundo se dice que el “socio” de la medicalización y la medicamentalización, es la sobre-especialización. Cuando uno analiza el modelo médico norteamericano, descubre que hay el doble de especialidades que en Europa. La sobre-especialización es alimentada de alguna manera, por algún pool de laboratorios. Algunos logran ser  monopólicos en algún segmento. Y cuando no, al menos conforman un oligopolio de 1 o 2 medicamentos. Hay especialidades enteras que son alimentadas por 1 o 2 laboratorios, que son a su vez los que organizan los consensos, organizan los criterios del tratamiento…

Recuerdo el caso de la Gripe Aviar, con un único medicamento y la cuestión del laboratorio…

Por supuesto, porque además, la patente de ese único medicamento lo tenía un único laboratorio, que curiosamente era la mano derecha de George Bush (h). También la propia OMS ha perdido autoridad por no resistirse al financiamiento privado.

¿Es posible reducir los precios de los medicamentos? ¿Estamos en condiciones de reducir costos desde la producción de medicamentos en laboratorios públicos?

No sólo eso: No estamos en cero. La República Argentina tiene 44 laboratorios públicos, distribuidos por buena parte del país. Hay grandes experiencias en Santa Fe, Rosario, San Luis, Córdoba, la Universidad de La Plata… e incluso existe una ley relativamente nueva, que crea la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos, cuyo objetivo es coordinar el intento por evitar que cada uno procure hacer todo. En algún momento se consiguió que una parte significativa del Plan Remediar comprara medicamentos a esos laboratorios. Asimismo, la guerra no es descomunal, porque los laboratorios le han soltado la mano a la canasta básica. Entonces, hoy los laboratorios públicos podrían atender el 100% de la atención primaria. Los privados se van corriendo hacia los segmentos más rentables.

¿Qué sería un segmento rentable?

Es un segmento que tenga muy alta tecnología, inaccesible para los otros laboratorios. Una herramienta entonces, es articular el mix entre público y privado. Hoy día hay drogas huérfanas, para patologías sociales que los laboratorios tienen la patente pero no tienen interés en producirla. También el Estado puede fijar precios como comprador masivo. Las provincias pueden armar una cooperativa para la compra de medicamentos. Hay países que trabajan directamente no con genéricos, sino con copias, como es el caso de la India o Sudáfrica. Pero cualquiera de estas medidas, tienen que estar enmarcadas en un Plan Nacional de Medicamentos. Hay que evitar los monopolios para evitar los abusos de precios. Es algo bien concreto: las personas pueden fallecer si no pueden acceder a los medicamentos que precisan.

Hace tres años, durante el “amanecer” de la gestión nacional de Cambiemos, el ex juez Eugenio Zaffaroni, acaso anticipó que estábamos a las puertas de un “genocidio por goteo”. A la luz de los acontecimientos, ¿Qué tan lejos de esa definición nos encontramos, considerando muertes por motivos evitables, no acceso a medicamentos y demás?

Primero, no hay un sistema de registro que monitoree el derecho a la salud en este sentido. Además hay una anestesia social. Cuando uno comprueba cómo se silenció la muerte por frío de una persona en un pasillo de un hospital público, uno se da cuenta de que se ha perdido hasta el criterio básico de solidaridad. Mientras se gastan millones en terapia intensiva, esa persona podría haber sobrevivido esa noche, quizás, con un mate cocido y un pan. Hemos tenido un gran retroceso aunado a un importante maquillaje de ese retroceso. Los grandes medios han sido cómplices de estas situaciones. De todos modos, existe el Monitoreo de Muertes, Discapacidad y Enfermedades Evitables. Ahí emergen las responsabilidades. Lo que llama Mortalidad Evitable se traduce como homicidio por Omisión. Creo que es una excelente pregunta la que me hacés, porque no sólo necesitamos volver a tener al derecho a la salud como un norte para el pensamiento sanitario, sino que precisamos herramientas de monitoreo del cumplimiento de ese derecho a la salud traducido a las necesidades cotidianas de nuestros ciudadanos.

Por último, ¿Cuáles son tus expectativas para el área de la salud, de cara a lo que se viene?

Esta era, y es, la más didáctica de las elecciones, porque a pesar de todos los intentos de maquillaje, estaba todo sobre la mesa. La gente tenía que elegir entre dos modelos, y así lo hizo. Las políticas neoliberales fueron plebiscitadas en Argentina, y perdieron por goleada. Después, hay que tomar todas las precauciones, conociendo las travesuras que se hacen en Argentina. Pero no tengo dudas de que los factores de poder en nuestro país tendrán que aprender a leer el mensaje contundente. Mi segundo motivo de optimismo es que, a pesar del esfuerzo que se ha hecho desde los medios por ignorar y ningunear la movilización social que el país ha tenido, nos hemos movilizado mucho y se ha notado. Y debemos permanecer movilizados, para que el voto popular no sea traicionado.

Daniel Chaves
dafachaves@gmail.com