El desafío

No hay duda que vivimos una de las crisis más graves y conflictivas de nuestra historia, el desafío que la derrota electoral del 2015 proyecta sobre la Argentina actual es de dimensiones alarmantes, que pone a prueba su presente y su futuro como espacio social. Mucho más grave es percibir las enormes dificultades para enfrentar tamaña crisis a raíz de que se genera y acentúa un clima de incertidumbre y desconfianza que empeora y realimenta el proceso de deterioro.

La tragedia de los días actuales, el desorden de un plan económico que día a día destruye sin piedad al pueblo argentino, deja poco tiempo para mirar hacia atrás. Una profunda reflexión nos permitirá encontrar las razones de nuestro conflictivo presente. Si además le agregamos la orientada confusión de los grandes medios de prensa oral, escrita y televisada, infantería periodística mercenaria de la prensa monopólica que ofrece al pueblo el triste espectáculo de su decadente visión política, el panorama se torna aún más incierto.

No pocos argentinos se preguntan cuál es la causa de la decadencia de nuestra patria, de su vaciamiento histórico, de la genuflexión de muchos de sus dirigentes. Podríamos agregar miles de razones, ensayar miles de explicaciones, adjudicar cargos a granel pero lo que importa hoy es saber; ¿qué destino tiene la República Argentina? ¿Hay esperanza? Claro que la hay, pero siempre que sepamos interpretar su angustia en la búsqueda de su felicidad y bienestar.

Si bien es cierto que venimos de un largo período de destitución de valores republicanos, proceso cuyo inicio podríamos ubicarlo en el Golpe de Estado de 1955 y hace eclosión en los finales del Siglo XX, dejando como resultado una sociedad desintegrada sin representación política y con una enorme capacidad de desconfianza. Llega ahora el momento de trazar la estrategia para unir a los argentinos en un amplio Frente Para la Victoria. Porque es absolutamente imprescindible colocarse a la cabeza de un proyecto real de cambio y manejar los complejos y delicados componentes que lo definan. Es una tarea vacante irrenunciable no sólo para el peronismo, sino para todo patriota que comprenda la crisis argentina.

Amerita el nacimiento de un nuevo Frente Nacional que resulte en una superación de los líderes del Siglo XX, para lo cual se deben sumar corrientes heterogéneas procedentes de todo el aspecto político – ideológico, que tendrán entre sus factores de coincidencia la reafirmación del Estado Nacional. Las grandes experiencias del Yrigoyenismo y el Peronismo forman parte de la tradición del pueblo argentino, no conviene desdeñar sus lecciones, sus rasgos positivos y negativos.
“Las grandes transformaciones de la realidad se hacen cuando hay una íntima articulación entre un gran sujeto popular movilizado y un proyecto político nacional”.