DOS BANDOS EN PUGNA

Por Luis Furio
Un repaso objetivo y desapasionado de nuestra realidad política pone en evidencia aciertos y desaciertos que gravitaron en este ya largo proceso eleccionario. Estamos al final de una década cuyo balance no puede ser lineal pero abre una perspectiva de lo que pretendemos ser y la posibilidad de lograrlo.    
Enfrentados groseramente a un desordenado frente opositor donde prevalece la derecha recalcitrante, oligárquica, dictatorial y represiva carente de proyectos alternativos con liderazgos personalistas sin organización partidaria nacional, en suma una cadena nacional opositora con pretensiones de restauración conservadora, reeditan con falsa máscara de modernidad el añejo y vilipendiado esquema de la Unión Democrática. Si a esto le agregamos una persistente operación mediática, el cuadro se torna altamente conflictivo.  
La cuestión no es tan fácil como para atribuirla a un gobierno democrático popular que más allá de sus aciertos se debate en los límites de sus contradicciones, poniendo en tela de juicio los logros más relevantes de su gestión. Un inmenso caudal popular puede, quiere y debe sostener la continuidad de este proyecto popular.  Pero, percibe con meridiana claridad un oscuro tramado de intrigas en el seno del Poder Ejecutivo que pone en peligro el futuro del modelo.  
Hoy la realidad cambiante y casquivana nos ubica en otra perspectiva. La regla de la Democracia impone aceptar la decisión de la mayoría, debemos afrontar los riesgos que implica una Segunda Vuelta que permitiría el regreso de una Derecha  que a pesar de los años  no ha olvidado ni aprendido nada.  Debemos revertir este incierto presente evitando regresar al pasado teñido de dolor sangre y explotación…..al que no debemos ni queremos volver.   (escrito el  30/10/2015). 

(Actualización el 25/11/2015) La regla de la Democracia impone aceptar la decisión de la mayoría. Estamos en la hora amarga de la derrota, pero no estamos vencidos. Ser peronista es ser testigo, pero no testigo pasivo e indiferente, significa implicarse en el problema actual y de esa manera ser parte de una historia que debe ser superada.