DOS BANDOS EN PUGNA

Por: Luis Furio

Un repaso objetivo y desapasionado de nuestra realidad política pone en evidencia aciertos y desaciertos que gravitaron en este ya largo proceso electoral. Estamos al final de una década cuyo balance no puede ser lineal pero abre una perspectiva de lo que pretendemos ser y la posibilidad de lograrlo.   

 
Enfrentados groseramente a un desordenado frente opositor de derecha recalcitrante, oligárquica, dictatorial y represiva carente de proyectos alternativos con liderazgos personalistas sin organización partidaria nacional, en suma una cadena nacional opositora con pretensiones de restauración conservadora reeditan con falsa máscara de modernidad el añejo y vilipendiado esquema de la Unión Democrática. Si a esto le agregamos una persistente operación mediática, el cuadro se torna altamente conflictivo.  

La cuestión no es tan fácil como para atribuirla a un gobierno democrático popular que más allá de sus aciertos se debate en los límites de sus contradicciones, poniendo en tela de juicio los logros más relevantes de su gestión. Un inmenso caudal popular puede, quiere y debe sostener la continuidad de este proyecto popular.  Pero, percibe con meridiana claridad un oscuro tramado de intrigas en el seno del Ejecutivo que pone en peligro el futuro del modelo.  

Hoy la realidad cambiante y casquivana nos ubica en otra perspectiva. La regla de la Democracia impone aceptar la decisión de la mayoría, debemos afrontar los riesgos que implica una Segunda Vuelta que permitiría el regreso de una Derecha  que, a pesar del paso de los años, no ha olvidado ni aprendido nada.  Debemos revertir este incierto presente evitando regresar al pasado teñido de dolor, sangre y explotación… al que no debemos ni queremos volver.