Cautivo de un sistema

A la hora en que escribo esto, entre la madrugada y el alba del día posterior al asesinato de Daniel Barrientos, la niebla que cubrió durante la noche a la húmeda superficie del conurbano empieza a dejar ver las primeras luces del día. Baja la niebla, baja la rabia, se diluyen los arrebatos de ira y entonces la claridad empieza a dejar al desnudo las miserias preexistentes que rodearon al asesinato de Virrey del Pino.

Por un lado, un gremio totalmente quebrado, con una conducción (encabezada por Roberto Fernández) recién electa pero desgastada y anquilosada por décadas de enriquecimiento personal y desidia para las bases, y una oposición (con Miguel Bustinduy al frente) que es sólo un vulgar desprendimiento de la conducción actual y a la sazón impulsados por el todopoderoso Grupo Dota. En esas condiciones internas a nivel sindical, el abandono de los trabajadores del transporte es total, no se puede esperar mayores medidas de seguridad de quienes nada suelen hacer y, como muestra, vale la gestión sindical de UTA que ayudó al deterioro del salario, carga horaria, obra social, etc. 2500 millones de pesos le dio el gobierno de PBA a las Cámaras Empresarias para que instalen cámaras en los colectivos. Jamás se implementó, salvo excepciones. ¿Y nadie lo auditó?

Por otro lado, la exasperante lentitud, la desidia y el exagerado nivel de chupamedismo del gobierno del FDT para con los empresarios tampoco ayuda. Las condiciones laborales bajan mientras unos presionan por subsidios y los otros ajustan y pijotean migajas para quedar bien con el FMI, es decir EEUU.

En teoría, bajo un gobierno popular, los trabajadores deberían tener otro nivel de preponderancia y no mirar absortos como, al igual que el resto de la población de a pie, son tentempiés de la miseria electoralista de ciertos dirigentes. No sólo la oposición intentó rapiñar vilmente con la muerte del compañero Barrientos; muchos actores de la política oficialista también lo hicieron. Y por último, la inusitada violencia del ataque a Berni, que es en realidad un ataque a Axel Kicillof y por ellos a todo el movimiento nacional, es un reflejo del discurso de odio desarrollado por los medios oligárquicos y destinados a generar todo el caos social que les sea posible de acá a Agosto.

A la Policía de la Ciudad no sólo le interesó poco defender al ministro bonaerense, sino que al mismo tiempo reprimió a los colectiveros junto a la infantería. Quien esto escribe reconoció pocos afiliados a UTA con militancia activa en las imágenes del corte, y a ninguno entre los que golpearon a Berni. Me permito dudar, aunque me resulte incomprobable, que algunos de ellos sean colectiveros.

En el plano social, esta muerte se asimila en dos días como mucho, mañana otro homicidio u otro escándalo mediático tapará todo. Y el compañero de Virrey del Pino será sólo un mal recuerdo para la opinión pública. Este sistema no visibiliza los cuerpos de los trabajadores que queman vida y gastan salud para que se enriquezcan otros. En 2022 el Informe anual de accidentabilidad laboral con datos de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo, mostró que…«en 2021 el sistema de riesgos del trabajo cubrió un promedio total de 9.608.617 trabajadoras y trabajadores y se registraron 318.067 accidentes de trabajo (AT) y enfermedades profesionales». Y eso en el empleo registrado. Ni hablar de la informalidad o los subocupados. Esos números de la SRT, fríos y que no alcanzan a explicar nada, se podrían triplicar fácilmente. Un trabajador muere cada catorce horas. Hace tres años que se dejó de medir ese número.

Nada cambió para mejor. La niebla ya terminó de desaparecer y el día estalla en grises otoñales. Es otro día de trabajo en el transporte, en las fábricas, en los obradores. No sé de dónde sale tanta niebla. Humedece los huesos y duele mucho cuando reparas en ella. No tenemos pañuelos de ningún color los trabajadores. Estamos sujetos a nuestra propia organización. No tenemos pañuelos de colores, ni ONG’s que nos financien pero tenemos, aunque a veces nos quieran hacer olvidar, un programa. Ayer nomás lo escribimos. Del 45′ a Huerta Grande y La Falda. Al fin y al cabo, algún día, habrá que recrearlo y entonces sí, ya no habrá niebla que nos impida recuperar nuestra identidad.

Sebastián Jiménez
sebastianjimenez@huellas-suburbanas.info