¿ADONDE NOS LLEVAN?

El endeudamiento externo más grande y más frenético de todos los países del mundo, ocurre en esta Argentina desde que asumió este gobierno de CAMBIEMOS. La deuda tomada la tercera semana de junio a 100 años fue “colocada” a una tasa muy alta pero en forma muy eficiente. La licitación se realizó en el término de dos horas, desde que la anunció el Presidente hasta que se cerró la misma, con sobreoferta de colocaciones. Hubo ofrecimientos por 9000 millones de dólares, Solamente se tomaron 2.750 millones a una tasa del 7,125 %. Comparando el bono a 100 años que colocó México en 2014. Al 5,75 por ciento, por cada 100 dólares que tomó ese país, pagará 575 en intereses en la centuria. Argentina, al 7,125 por ciento, pagará 713 dólares.

Además, estos 2.750 millones de dólares de deuda se destinaron a gastos corrientes, y no a infraestructura productiva. Como si una familia hipotecara su propiedad a 30 años, para comprar comida, elementos de limpieza, una máquina para cortar el pasto, ropa, o pagara  los cuadernos y libros de los chicos para la escuela.

Por otra parte, por cada dólar que ingresó a la economía real cinco lo hacen para suscribir Lebacs, es decir vienen a “timbear”, vienen a alimentar la especulación financiera.

No está siendo bien tratado el plan económico en el exterior. Las críticas son efectuadas por periódicos y analistas económicos de los más variados. El País de España, la BBC de Londres, Financial Times, etc. Lo más probable es que no lleguen las inversiones productivas prometidas, si no deja de crecer el endeudamiento, si no baja el déficit fiscal y si no se le brinda seguridad jurídica a los posibles inversores. El acuerdo de fusión Clarín-Telecom, que deja fuera de juego a dos grandes como Telefónica y Claro, no es precisamente una buena señal para quienes supuestamente estarían dispuestos a instalar aquí empresas, productivas o de servicios.

Mientras tanto, en el frente interno el partido gobernante ya puso en movimiento toda la artillería, todos los fierros mediáticos y de los otros… y está en plena campaña. Cada una de las “jugadas” que realiza el PRO está destinada a seducir a cierta parte del variopinto electorado que ungió Presidente al empresario y a sus socios del establisment mediático, comercial, agropecuario e industrial, apuntando allí donde debe recuperar o revitalizar los votos que podrían irse o se fueron, producto del “desgaste” que supone la gestión de gobierno. Especialmente en este caso, promesas incumplidas, reorientación de los objetivos primarios, decepción de los electores, mentiras evidenciadas en la realidad, estrategias fallidas, reiteración de políticas que no dieron los resultados anunciados, carestía de la canasta de alimentos, desocupación, cierre de empresas, disminución de los puestos de trabajo, tendencia a la precarización laboral, crecimiento de la violencia delictiva e institucional.

Las maniobras para terminar con las pensiones a discapacitados, a viudas, la suspensión de las becas progresar, la imposición de un salario mínimo a la baja, la intervención mediática en La Salada, en la Villa 1-11-14, la represión de la protesta, la activación de las usinas de mentiras y falsedades destinadas a desprestigiar a los candidatos de la Unidad Ciudadana, único sector que enfrenta con cierta potencia a las políticas neoliberales de estafa y conculcación de derechos, son todas acciones que apuntalan las políticas del gobierno y pretenden mostrar un proceso de ordenamiento interno. El discurso unificado de todos los programas televisivos y radiales, salvo algunas honrosas excepciones,  hacen que se vislumbre un panorama desolador para la gente de a pie, para las personas del pueblo, para los sectores más desprotegidos, para la clase media empobrecida a fuerza de tarifazos.

Todo tiende a la concentración mediática y económica, dejando fuera del sistema a miles de ciudadanos que no perciben ingresos porque fueron despedidos, y que además son ejemplo de aquello que podría sufrir quien intente levantar la cabeza por encima de la línea de flotación, quien intente reclamar y quienes intenten ejercer el derecho a la protesta.

Respondiendo a la pregunta inicial: Nos quieren llevar a los noventa, con el riesgo muy concreto de que, a similar proyecto, lo acompañe similar desenlace.