
05 Abr “A nosotros siempre nos preguntan ¿Por qué el futbol? y lo que respondemos es ¿Por qué no el futbol?”
Entrevista a Maia Moreira, integrante de la Coordinadora de Derechos Humanos del fútbol argentino
Luego de otro 24 de marzo en donde las calles se vieron colmadas por miles de argentinos que recordaron a los 30 mil desaparecidos del último golpe cívico militar, entrevistamos a Maia Moreira, integrante de la Coordinadora de Derechos Humanos del futbol argentino. Esta organización se creó hace un año con el objetivo de inculcarle al futbol un contenido social importante que, en este caso, abarca las políticas de memoria, verdad y justicia.
¿Cómo surge la coordinadora?
La coordinadora nace por el encuentro de plural de hinchas, socios y socias de diversos clubes. Nos convoca la misma inquietud, que es trabajar algo que consideramos como una deuda pendiente, que es la de llevar los derechos humanos al futbol, considerando al futbol como el deporte más popular de nuestro país y como una herramienta muy eficaz para trabajar sobre estos temas. Decidimos trabajar sobre tres ejes: “Memoria verdad y justicia”, “género” y “violencia institucional”.
¿Qué clubes la integran?
No tenemos representatividad según los clubes, sino que la integran hinchas de cualquier club independientemente de que militen o no hacia el interior de sus clubes. La integramos socios, hinchas y también dirigentes, pero quienes somos dirigentes no representamos a nuestro club, sino que participamos a título personal.
¿Son clubes con un compromiso social y relacionado con los Derechos Humanos importante?
Se dieron diversidad de casos. Algunos llegan porque tienen en sus clubes áreas donde se trabajan los derechos humanos, otros porque tienen un recorrido en la militancia de los derechos humanos fuera del futbol, y otros desde un lugar que los interpela como el habitar los clubes de futbol, sienten la necesidad de militar desde ese lugar, pero no tienen recorrido de militancia política o en una organización. Hay de todos los casos.
Teniendo en cuenta los tres ejes que me nombraste al principio, ¿Qué actividades realizan?
Nosotros y nosotras lo que tratamos de hacer es plantear una agenda propia que vaya más allá de la agenda planteada de los DDH con ciertas fechas representativas como el 24 de marzo. Nuestra propuesta es trabajar por cada eje una actividad de orden más masivo y otra al interior de los clubes. Hicimos volanteadas en los estadios, en conjunto con la campaña de abuelas respecto a la identidad. Para el Día internacional de la mujer, también repartimos volantes en los estadios con las redes de la Coordinadora e historias de violencia machista en el fútbol. Por otro lado, tenemos actividades que llevamos al interior de los clubes. Estuvimos yendo a varios clubes con una actividad que se llama “derecho a jugar, derecho a vivir”, es algo más interno, pero a la vez más profundo porque hay un debate, hay pluralidad de voces, se escucha al grupo.
¿Creen que en la actualidad cuesta concientizar sobre la importancia del fútbol como contenedor social?
Hoy hay una visión del fútbol donde se lo trata de desligar de cuestiones políticas y cuestiones de poder. El futbol es político, los clubes como instituciones tienen política. Todos y todas sabemos que en el fútbol se tensan cuestiones poder, sobre todo en el futbol profesional. Desde la relación que el futbol tiene con la política, el camino es buscar con que se los puede ligar. A nosotros siempre nos preguntan ¿Por qué el futbol? y lo que respondemos como contra pregunta es ¿Por qué no el futbol? En definitiva, el fútbol nos interpela, nos hace formar parte de comunidades, los clubes no dejan de ser micro sociedades. El futbol también es un espacio donde falta gente porque hubo hinchas desaparecidos, donde hay violencia de género y hay represión policial. Todas esas cosas pasan al interior de los clubes, entonces “¿Por qué no el futbol?”
¿Cómo es realizar este tipo de actividades en la actualidad, con un Gobierno que no muestra interés en los DDHH y no promueve desde el Estado este tipo de políticas?
La coyuntura actual te marca la cancha desde un montón de aspectos. Los clubes no dejan de articular con el Estado más allá de la relación que tienen con el Gobierno de turno. Hay algunos clubes que son más permeables y te reciben de una forma más amena, y hay otros que no, aunque no te dejan de recibir. A donde nos abren las puertas nosotros vamos. Lo que nos interpela es trabajar el futbol como herramienta, usarlo para llegar a todos y todas. El futbol tiene que ser la excusa para dejar ahí un granito de arena.
¿Qué cuestiones le exigen al Estado?
Nosotros no tenemos ningún contacto con el Estado, de hecho, siempre nos preguntan si tenemos vínculos AFA. Somos una organización independiente, y no buscamos depender de nadie. Lo que le reclamamos al Estado es cualquier cuestión que tenga que ver con los Derechos Humanos y que se los tenga en cuenta como lo que realmente son y no se hable del “curro de los Derechos Humanos” por ejemplo. No somos ajenos a la situación en la que vivimos, de hecho, una compañera repartiendo volantes tuvo un incidente con la policía por llevar un pañuelo verde.
¿Trabajaron con organizaciones de DDHH?
Hicimos la campaña con la abuela al interior de los estadios. Nos surgió la necesidad de generar medios de comunicación propios, lo que sucede es que las historias que contamos nosotros, no se cuentan en otros medios de comunicación y eso nos hace articular con otros organismos. El año pasado hicimos una mesa en Ferro con las chicas de la Campaña nacional por el aborto legal, seguro y gratuito a cuatro días de la última votación.
¿Cómo participaron el último 24 de marzo?
Este año lo que decidimos hacer fue una intervención, en donde se hizo un reconocimiento a once hinchas desaparecidos de diferentes clubes. Buscamos una forma distinta, original que tenga el sello identitario del futbol que para nosotros es el carnet. Creemos que el carnet del club para uno es como el DNI, nos representa. Entonces hicimos once carnets grandes, los once de clubes diferentes. Repartimos volantes, donde elegimos tres historias de estos hinchas desaparecidos.
En la marcha se vieron distintas actividades artísticas y hasta juegos. ¿Se puede pensar en algo parecido con el fútbol para más adelante?
Es posible. Creo que eso no depende tanto de pensarlo, sino que lo más complejo las intervenciones es la masividad de la gente, la disposición del espacio que vos tengas. Se necesita mucha gente para hacer este tipo de cosas, es bastante el cuerpo que hay poner. Nosotros apostamos a hacer cosas que sabemos que podemos lograr, todavía nos falta un poco más de recorrido, este es un año de consolidación. No lo descarto para nada, me encantaría, pero es bastante complejo por la cantidad de gente y porque la marcha del 24 no es una marcha cualquiera para nuestro país.
Cuando uno habla de la relación entre futbol y derechos humanos, aparece el Mundial del 78. ¿Hicieron o tienen intenciones de hacer una especie de revisionismo histórico de lo que fue ese hecho para la Argentina?
El año pasado que se cumplieron 40 años del Mundial 78, sacamos unos microrrelatos, casi un relato por día. La mitad eran contenidos propios de la Coordinadora y la otra mitad fueron invitados periodistas que aportaron tratando de contar desde esta época como se había sucedido y algunas experiencias de ellos y ellas. Para este 24 no quisimos trabajar sobre lo que fue esa época, sino que sacamos un contenido diferente que se llama “futbol y memoria, un partido del presente” en donde invitamos a once hombres y mujeres a que hicieran una reflexión sobre el presente. Ahí escribieron mujeres y hombres desde diferentes ámbitos.
¿Creen que es poco lo que se sabe de la relación futbol-Derechos Humanos?
Creo que no es que se sabe poco. A los que nos interesa nos movemos más, nuestro interés como Coordinadora es interpelar a los neutrales. Hay un montón de personas que están al lado nuestro en la cancha, leen algo y por ahí desde el futbol o desde la pasión leen una historia y se interesan al ver un hincha desaparecido que es del mismo cuadro que ellos. Me parece que en realidad no hay un desinterés, hay material y nosotros tenemos compañeros que forman parte de la Coordinadora que han escrito libros. Ahora por suerte están saliendo un montón de libros en materia de género, como “Pelota de papel 3” que es un libro escrito solo por mujeres. Los derechos humanos están latiendo, hoy hay una coyuntura que atraviesa todo que es la de género.
Ustedes abarcan mucho este tema en la Coordinadora…
Me parece que sería negacionista no ver que hay una cuestión de género que está atravesando todo, hay un debate que se está dando en todos los arcos sociales y que llegó al futbol que es el último bastión que por ahí el patriarcado no quiere asaltar.
Hace poco se vio con lo que paso con la profesionalización del futbol femenino
Si, claro. Nosotros hicimos un informe en el marco del Dia internacional de la mujer y la verdad que es difícil. Hicimos un relevamiento de algunos datos y solo el 7% de mujeres integra comisiones directivas, solo el 25% de mujeres representa la masa societaria y entre un 300-600 veces hay de diferencia entre presupuesto destinado a futbol femenino y a futbol masculino. El futbol es xenofóbico, homofóbico, machista. Tiene un montón de improntas que de a poco se están tratando de ir abriendo y saldando, es parte de un proceso a largo plazo.