XX años de cultivos transgénicos en Argentina (2da parte)

Cambios en los modos de producción, en las tecnologías y su efecto socioambiental

Los Actores en el proceso de investigación /difusión y adopción de los cultivos  transgénicos

Diversos actores con diferentes tipos y dotación de capital, y por supuesto intereses, interactúan en el campo de la producción alimentaria en la cual se incluye la investigación, difusión y adopción de los cultivos transgénicos.

Los productores

En la actualidad resulta complejo conceptualizar y determinar quién es un productor agrario, las definiciones antiguas hacen referencia a quien, dada la posesión de capital puede planificar, supervisar y tomar decisiones en una explotación agropecuaria. Esta dotación les posibilita contratar trabajo y arrendar tierra si fuera necesario. Esta situación sumada a los contratos de arrendamiento por plazos cortos y al cambio tecnológico, en especial la maquinaria, determina la tercerización en la ejecución de actividades, y con ello una cierta homogenización tecnológica, en la cual sobresale la utilización de las mismas formulaciones de plaguicidas lo cual explica tanto la aparición de plantas silvestres resistentes a este herbicida como la consecuente elevación de las dosis y cantidades globales utilizadas. Sumergidos en un profundo proceso de transformación tecnológico / productivo, los productores agrarios de argentina, tanto familiares como empresariales, han adoptado las semillas transgénicas, y su paquete asociado, ofreciendo pocas resistencias Entre las ventajas que visualizaron hace 20 años para adoptar las semillas OGM, y que algunos casos todavía mencionan en la actualidad, sobresalen; a- La facilidad en el manejo especialmente con lo cual disminuye el tiempo operativo de trabajo. b-  La menor utilización de insecticidas y herbicidas y la consecuente disminución en el costo de producción. c- Los mayores rendimientos productivos. d- La mayor plasticidad en los tiempos de siembra.   Entre 1996 y 2015, se aprobaron en Argentina 35 tipos de eventos transgénicos (de soja, maíz, algodón y papa  Entre los productores ha primado una mirada de corto plazo en la obtención de mayores rendimientos y facilidad en el manejo sin atender al efecto socioambiental.

Las asociaciones de productores

Aún antes de la liberación de los OGM, las entidades que nuclean a los productores, tanto las tradicionales como la Sociedad Rural Argentina o las Confederaciones Rurales Argentinas como las de conformación más reciente, el caso de AAPRESID, se mostraron partidarias tanto de la investigación como de la difusión y adopción acrítica de las semillas transgénicas. En sus discursos primaron aspectos relacionados con las ventajas productivas y económicas que estas tecnologías traerían para los productores por sobre aspectos relacionados con la sustentabilidad ambiental y la resiliencia de los agroecosistemas.

Los medios periodísticos

Los medios periodísticos, especialmente aquellos ligados por sus programas, audiencia y publicidad (y propaganda) con los sectores agrarios, han jugado un rol fundamental en la incidencia ante los tomadores de decisión y la opinión pública, enalteciendo las ventajas de los OGM, por ejemplo, la posibilidad de mejorar la alimentación mundial, pero sesgando la información sobre los efectos ambientales y en la salud de los OGM. En el caso de la información brindada a los productores se realzan “las bondades” de estos organismos especialmente la facilidad de manejo, la reducción de costos y el alza en los rendimientos, es decir aspectos agronómicos. Resulta importante destacar que en ocasiones no resulta sencillo diferenciar la publicidad de las empresas de la información “pura” que puedan brindar los periodistas de los medios, dando por resultado la provisión de mensajes confusos, parciales, reduccionistas y sesgados donde se puede visualizar las injerencias e interrelaciones de intereses propios de los medios con los de las empresas químicas y semilleras. Destacamos a los diarios Clarín y La nación y las radios La Red, Continental y Mitre.

No obstante, lo dicho existen medios que han tenido posiciones críticas respecto de la adopción y efecto de los OGM.

Las Instituciones del estado / Los integrantes de la CONABIA

La aprobación de los primeros cultivos transgénicos se da en contexto de eliminación, privatización y supresión en sus funciones de organismos e instituciones públicas que planificaban, regulaban o ejecutaban políticas específicas para el sector agrario. Esta situación sin duda facilito de manera integral el camino para la expansión del poder público de empresas privadas en la difusión de las semillas modificadas genéticamente. Aunque con matices y cierta heterogeneidad interna, instituciones como el INTA, ministerios y secretarias, como la de agricultura, las universidades públicas y privadas han propiciado a partir de sus estrategias y prácticas tanto la investigación como la difusión y adopción de los OGM, casi de manera acrítica sobre sus efectos socio ambiental y económico. Desde la cesión del INTA de materiales genéticos para incluir el gen de resistencia a insectos en el algodón Bt  hasta la inclusión acrítica de los OGM en los programas , la inclusión de publicidad en apuntes de estudio, la articulación para la realización de investigación “serias” , la cesión de infraestructura por parte de las empresas a las instituciones del estado puede evidenciarse al apoyo recibido y la influencia en la toma de decisiones y discursos establecidos desde las empresas privadas a actores públicos.

La comisión Nacional Asesora de biotecnología agropecuaria (CONABIA) es una instancia de consulta y apoyo técnico para las instituciones del estado que tienen que tomar decisiones respecto a la investigación y liberación al medio de los OGM. Se trata de un comité de expertos, sin participación de miembros de la sociedad civil, que analiza las solicitudes de investigación en laboratorio y liberación al ambiente de todos los OGM.  Esta Comisión está formada por representante de los sectores públicos y privados involucrados en los OGM de uso agropecuario.

Las empresas semilleras

Los gobiernos nunca hicieron estudios propios para cotejar los informes presentados por las empresas. Las compañías beneficiadas fueron Syngenta, Monsanto, Bayer, Indear, Dow, Pioneer y Nidera, entre otras. Las empresas han buscado mantener su rentabilidad por varias vías, por un lado, tratando de generar paquetes tecnológicos constituidos por bienes complementarios y a veces interdependientes; Soja RR, Glifosato, fertilizantes, insecticidas, etc. Por otro generando innovación permanente de tal manera que se presenten tecnologías que “resuelven” los problemas generados por “las otras” tecnologías. Por último, se intenta posicionarse en los mercados a partir de contrataciones, adquisiciones y fusiones entre empresas biotecnologías, químicas y semilleras. Las empresas buscan de esta manera obtener márgenes crecientes de ingresos, así como “retener” una porción creciente del mercado. El último paso de las empresas es impedir la reutilización de semillas por parte de los productores para lo cual han pugnado e incidido ante los diferentes gobiernos y representantes del poder de la argentina  para la sanción de una nueva ley de semillas que incorpore la posibilidad de patentar organismos vivos, como si fueran bienes industriales, así como también cobrar regalías extendidas cuando los productores decidan (RE) utilizar sus propias semillas, en este caso mediante la firma de contratos.

En el inicio del proceso de difusión las empresas, en especial Monsanto, siguieron una estrategia particular para cada OGM; firmar un contrato en el caso del algodón, permitir el reúso en el caso de la soja (a fin de facilitar el acceso de los productores a las semillas OGM y así saturar el mercado), y para el maíz, dado que se trata de una semilla hibrida que no puede reutilizarse, no planteó ninguna estrategia en particular.

Las organizaciones de la sociedad civil

Las ONG y redes ambientalistas y relacionadas a la producción agroecológica fueron quienes, desde sus proyectos de trabajo y vinculación con otras redes, grupos de consumidores y partidos políticos europeos, iniciaron los procesos de información sobre la investigación y liberación al medio de los OGM, así como también las actividades de denuncia de las vinculaciones entre las instituciones del estado y las empresas biotecnológicas. Estos grupos realizaron actividades de investigación, de información e incidencia en los tomadores de decisión. Llegando incluso acciones legales a fin de frenar la liberación comercial del maíz Bt (resistente a insectos) en el año 1997. Las actividades se enmarcan en el respeto sobre la soberanía alimentaria, como un derecho inalienable de las comunidades, el resguardo de las semillas criollas y la imposibilidad de una coexistencia, por lo menos pacifica, entre las producciones agroecológicas y las basadas en OGM dado la contaminación con el polen proveniente de las plantas OGM, el caso del maíz, y los plaguicidas utilizados a fin de controlar las ocasionales “plagas”.