
05 May Una ciudad detenida en el tiempo
Por: Luis Caracciolo
Colaborador especial desde Mar del Plata
Toda sociedad debe ser dinámica, evolutiva e inclusiva. Se entiende por la dinámica o dinamismo social, al fluir de las costumbres, usos y creencias de una sociedad. Es el mecanismo que rige la conducta de las masas frente a determinados estímulos y en determinadas circunstancias, siempre respondiendo al condicionamiento social al que el individuo ha sido expuesto durante el transcurso de su vida, la propia experiencia y el subconsciente.
Cuando mencionamos al evolucionismo social, hacemos referencia al término que define los cambios que se dan en una sociedad a través de la historia, haciéndose cada vez más compleja.
La inclusión social se relaciona con los sectores más humildes de población, y también con personas que son discriminadas como los aborígenes. Es de vital importancia incluir a toda persona, sin importar su raza, religión o idioma.
Estas características son la base para la formación en el individuo, del sentido de identidad y de pertenencia de la ciudad que habitan.
La falta de estas características, o la escasa evolución de las mismas, hacen que una comunidad-en este caso Mar del Plata-sea considerada una ciudad con poco desarrollo sustentable en el tiempo, o dicho de otra manera, con una expectativa poco alentadora para la evolución industrial. Esta situación, la ha llevado a ser (desde hace unos años) la de mayor desocupación en el país.
Es el fiel reflejo de la sociedad que la compone, tanto a nivel político, especulativo, financiero, corporativos o las Organizaciones no Gubernamentales. Se vive siempre esperando y dependiendo que la ayuda venga de la Nación o de la Provincia.
No hay proyecto consensuado de política municipal. Cada gestión administrativa que asume, no se hace cargo de la realidad del municipio, ni del cumplimiento de lo pregonado en la campaña electoral. Por el contrario, comienzan a justificar su inoperancia basándose en la herencia recibida, o en la situación general de la comuna.
Pero lo más grave, además de la carencia de referentes políticos, es la connivencia o el pacto de silencio que se crea en el entorno, tanto en el oficialismo como en el opositor. Se conoce la situación, pero nadie quiere oponerse o cuestionar sobre situaciones puntuales, creándose un círculo vicioso, en donde todos se ponen a resguardo ante situaciones similares, es decir una corporación.
En contrapartida la ciudadanía, y en especial la juventud y muchos colectivos, se están involucrando en temas políticos y en la defensa de conquistas sociales de la gestión anterior.
Se percibe que se está dejando de lado el individualismo, por el de inclusión, el empoderamiento y la defensa de los derechos Humanos.-