¿UN TIRO EN EL PIE DE LA PROPIA SOCIEDAD?

Allá por el año 2001, comenzaban los estertores del gobierno de De La Rua.    Dentro del equipo gobernante se encontraban varios discípulos de Cavallo, que había ocupado el Ministerio de Economía. Podemos recordar a Melconian, que había sido coautor en su momento, de la socialización de la Deuda Externa Privada.  Además estaba Prat Gay, coautor del “corralito” que secuestró los ahorros ciudadanos  y  Federico Sturzenegger autor del Megacanje. También  estuvieron Ricardo López Murphy, quien no pudo sostener su plan económico ni una semana y tuvo que renunciar y Patricia Bullrich,  quien como ministra de Trabajo aplicó un salvaje ajuste que alcanzó a los estatales y a los jubilados.

A fines de aquel año se produjo el mayor colapso de nuestra historia, tanto que algunos pronosticaban la balcanización del país.  Consignas como “Que se vayan todos”, “Chorros devuelvan nuestros ahorros” tronaba   por las calles del convulsionado  país hasta que la represión y los muertos pusieron el final del Gobierno de De La Rua.

Pero como la memoria puede llegar a desvanecerse, todos esos que no iban a volver, retornaron.Algunos en 2015 para integrar el gobierno de Mauricio Macri, y algún otro, están reapareciendo hoy en día con el mismo rumbo.

Lo curioso es que al terminar el período de gobierno 2015/2019 el panorama en  que dejaron el país era bastante similar al de 2001.  Argentina estaba prácticamente en default técnico desde 2018, las tarifas de servicios públicos habían alcanzado cifras siderales, había récord de inflación y un veloz sobreendeudamiento sideral, ya que el FMI había apostado a la reelección de Mauricio Macri.

Las elecciones de 2019 dejan como vencedor al Frente de Todos.  Dos meses y medio después el gobierno se encontró con la Pandemia Mundial del Covid a la que tuvo que sobrellevar, dejando de lado muchas de sus propuestas previas.El estado enfrentó la pandemia, cumpliendo con su rol.  El gobierno devolvió el status de Ministerio a la degradada Secretaría de Salud con lo que modificó a la suba su presupuesto e incumbencias.  Construyó hospitales modulares y reacondicionó otros.    Adquirió insumos y desarrolló proyectos: adquirió respiradores e insumos necesarios, evitó que no faltara oxígeno, apoyó y subsidió la investigación para el desarrollo del “Neokit-COVID-19” y otros tests,  se desarrolló tratamiento con plasma, el suero hiper inmune (equino) anti-SARS-CoV-2, compró vacunas y subsidió laboratorios para producir las mismas en territorio nacional.

Es casi obvio explicar que fallecían personas, que la economía quedó resentida, y que alrededor de 10.000.000 de compatriotas se alimentaban en comedores barriales.  Y mientras todo esto sucedía, como en  ningún otro país del mundo, tanto los medios de comunicación como la oposición política se opusieron a toda medida sanitaria adoptada (difundieron dudas sobre las vacunas, organizaron marchas, rechazaron las “cuarentenas”, etc.).

El tiempo continuo su camino entre aciertos y errores gubernamentales. Y así  se llegó a las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias donde se impuso la oposición.  El gobierno sobrevaloró el impacto de la vacunación masiva.  Pero pesaron las emociones provocadas por insatisfacciones en el ámbito económico o educativo.

Ahora tenemos casi encima la elección y los sectores populares pueden llegar a pegarse nuevamente un tiro en el pie.  Y puede llegar a suceder pese a que más allá de las alternativas testimoniales, la opción de defensa del pueblo siempre va a estar del lado del peronismo.  Y esto se puede comprobar viendo cómo actúan cada una de las dos fuerzas principales.

De algún modo, el gobierno está defendiendo la mesa de los argentinos.  Nuestro país produce alimentos para 650 millones de personas.  Sin embargo, somos 45.000.000 los que vivimos en este suelo, y 10.000.000 de nosotros no pueden acceder a los alimentos básicos para su subsistencia.  Empresas como Arcor, Ledesma o Molinos Río de la Plata, principales productoras de alimentos ganaron trimestralmente, y durante la pandemia miles de millones.  Los productores de trigo y maíz ganaron un 200% en dolares. Y todos, en las cercanías de las P.A.S.O. profundizaron los aumentos de los alimentos, cosa de jugar contra el gobierno.

El  gobierno anuncia el congelamiento de los precios de los alimentos por tres meses, una medida transitoria, y el eslabón de una política a mediano plazo, no inmediatista. De inmediato, Juntos se dedica a  ponerse del lado de los empresarios y difunde la mentira de que esa decisión no sirve.  Cuando el gobierno del Frente de Todos puso un freno a la exportación de carne, para detener la aceleración de los precios, Juntos por el Cambio o JUNTOS, como ahora se llaman, salió en defensa de los grandes  productores agropecuarios.

Con el peronismo en el gobierno las Retenciones Agropecuarias sirven para evitar que los argentinos no paguemos los alimentos al mismo valor que en el extranjero. Cuando Juntos por el Cambio asume el gobierno, lo primero que hace es eliminarlas.  El gobierno falló al no expropiar la empresa Vicentín para lograr equilibrar el precio de los alimentos.  En ese momento JUNTOS se opuso y logró manifestaciones, sobre todo de clase media que difundieron los medios para lograr ese cometido.

Hoy se sabe que el juez de la causa VICENTÏN imputó a 14 directivos de esa empresa por estafa, prohibió su salida del país y les impuso una elevada caución. Es “vox populi” que todo fue un fraude millonario organizado por funcionarios macristas. El peronismo durante la pandemia estableció una doble indemnización para evitar despido de trabajadores, mientras que JUNTOS directamente las quiere eliminar.

La versión previa de JUNTOS en el gobierno llevó a aumentar las tarifas de servicios públicos hasta un 3500%.

El peronismo otorgó remedios a jubilados, Junto por el Cambio los fue eliminando. Conectar Igualdad, una iniciativa del gobierno peronista,  entregaba notebooks a estudiantes y docentes con el fin de achicar la brecha educativa. Juntos por el Cambio se encargó de eliminarla con fundamentaciones absurdas. Siempre el peronismo, aún con errores, va a estar del lado de los trabajadores.  En cambio JUNTOS, va a estar del lado de los empresarios, a cualquier costo.

Intereses contrapuestos abrevan en la esencia de la política.  Quien toma la iniciativa política puede beneficiarse porque al pueblo le gusta que el gobierno se plante, que actúe. Se hace imposible dialogar con quien nunca va a querer hacerlo. El gobierno debe mostrarse más duro con los formadores de  precios.  Argentina no puede darse el lujo de que existan sectores hambreados. Sobre todo porque mientras el pueblo trabajador lo padece, otros, los de arriba,  “levantan la  plata en pala”.

Se dice que el oficialismo en su camino electoral la tiene difícil porque se van a mantener las diferencias adversas.  Pero hay quienes opinan que puede achicarlas y aún otros, que hasta puede dar vuelta la elección  en la Provincia de Buenos Aires. Las encuestadoras siguen arrojando cifras pese a los errores que cometieron antes de las P.A.S.O. O los “horrores” de la errónea difusión de datos del  boca de urnas.  Los buitres carroñeros se relamen por su segura victoria en noviembre. Pero habrá que ser responsables, y tratar de hacer lo imposible para poner claridad en medio de la sombría tormenta que se avecina. Solo el pueblo salvará al pueblo…

Juan Carlos Dennin
juancarlos@huellas-suburbanas.info