Un paro que dejó algo más…

El paro convocado por los sindicatos que forman parte del Frente Sindical para el Modelo Nacional (FSMN) el pasado 30 de abril se dio en el marco del peor momento político y económico del Gobierno Nacional. Más allá de la actitud de la CGT de no convocar a una medida de fuerza nacional y la insólita decisión de la Unión Tranviaria Automotor (UTA) de parar el 1ero de mayo, el paro llevado adelante por el FSMN se sintió fuerte y tuvo un gran acatamiento de las bases que mostraron un hartazgo generalizado con la política económica de Macri. Esto quedó demostrado no solo por la gran movilización que se llevó a cabo en la Plaza de Mayo, sino también por las amenazas de Patricia Bullrich y el intento de llamar a la conciliación obligatoria por parte de Dante Sica.

Este accionar de los sindicatos más combativos está en consonancia con la pésima imagen que el Gobierno tiene frente a la sociedad a meses de las elecciones nacionales. Mientras la dirigencia opositora busca construir un frente lo más amplio posible para ganarle a Cambiemos en las urnas, un sector importante del sindicalismo empieza a mostrar su poder de movilización y le exige a la CGT cambiar su postura. Esto último es importante destacarlo, porque si bien la conducción nacional de la CGT no se plegó a la medida de fuerza, si lo hicieron 70 regionales que estuvieron presentes en el plenario donde se decidió el paro. Es decir, a nivel local y regional, empieza a haber movimiento de parte de lxs trabajadorxs, que lejos están de tomar la misma actitud que el dúo Daer-Acuña, quienes tienen muchas chances de quedar como una de las peores conducciones de la CGT en un momento dramático del país.

También es importante señalar que muchos trabajadores decidieron parar más allá de que la conducción de sus gremios no adhirió a la medida. Este tipo de situaciones le suma presión a la CGT, y más si se tiene en cuenta que en los sindicatos comúnmente denominados “negociadores” empiezan a aparecer sectores internos dispuestos a internar confrontar con las distintas conducciones. Un ejemplo es el de la UTA, en donde hubo una fracción que decidió parar el pasado 30, en oposición a lo que decidió la conducción liderada por Roberto Fernández.

La coyuntura es realmente adversa para las mayorías populares, y si bien todxs aquellos que estamos comprometidos con un modelo de país absolutamente opuesto al de este Gobierno mantenemos una esperanza respecto a lo que pueda pasar en octubre, el futuro de la próxima gestión no parece ser muy promisorio si no se consiguen acuerdos políticos sólidos para enfrentar la crisis tanto en el ámbito macroeconómico como social. Es por ello que este tipo de actitudes de los sindicatos son de suma importancia para construir hacia futuro un bloque de poder que esté dispuesto a gobernar en un contexto sumamente dificultoso y con un escenario altamente confrontado. Ningún candidato/a de la oposición puede pretender ganar las elecciones y gobernar sino se tejen acuerdos con otros espacios políticos y con los gremios. Es momento de dejar los sectarismos de lado.

Panorama local

 En Morón también se sintió el paro y hubo sindicatos con un alto nivel de adhesión como el caso de SUTEBA en donde el 90% de los afiliados pararon. También se sumaron a la medida de fuerza La Bancaria, Gráficos, ATILRA (industriales) y SMATA, entre otros. En el caso de la UOM, una conciliación obligatoria dictada el 16 de abril que abarcó hasta diez días hábiles, impidió que los trabajadores se puedan adherir al paro, otra muestra de lo que mencionábamos al principio. Sindicatos que en sus distintas sedes regionales toman actitudes distintas a las de la conducción nacional. Los distintos armados de los frentes opositores locales deberán tener en cuenta el rol  de los gremios más combativos en sus distritos para confluir todos en un mismo espacio que tenga el suficiente volumen para ofrecer  otra alternativa a este modelo económico.

El paro del pasado 30 de abril no fue un paro más. La decisión de la CGT de no sumarse a la medida no impidió que esta tuviera contundencia, esto fue lo más significativo de esa jornada. Así como los sindicatos realmente opositores se alinearon y formaron el FSMN, que ya empieza a ser algo más que un grupo de gremios disidentes de la CGT, la dirigencia opositora debe plegarse a este tipo de actitudes y poner el mayor esfuerzo en juntar todas las voluntades posibles para llegar a octubre con chances reales de ganar la elección.

Alejo Spinosa
alejo@huellas-suburbanas.info