
05 May “Todos tenemos un límite para aguantar”
Entrevista a Lorena, recicladora, vendedora y una de las referentas de la feria americana de plaza de la Cultura, en Morón norte
Realidades incómodas que no se pueden ni deben ocultar.
En muchas ocasiones, esta profesión de periodista-reportero te sitúa frente a actores sociales de variada procedencia ideológica, empresarial, comercial, profesional, que responden «con el cassette», como decimos quienes ya peinamos algunas canas.
Surgen, así, respuestas más o menos esperables, escasa audacia, a veces incluso una nula disposición a saltar más allá de sus áreas de confort.
No fue este, felizmente, el caso.
Como suele suceder, desde las entrañas más sencillas y postergadas de nuestro pueblo, afloran las verdades dichas a corazón abierto. Entonces, todo se vuelve más sencillo, y la entrevista deviene, suavemente, en una amistosa conversación entre iguales, con similares inquietudes, privaciones y esperanzas. La solidaridad fluye, y la más cruda realidad irrumpe con toda su potencia, por más que muchos se esmeren en ocultarla… A como dé lugar.
Esto es lo que experimenté durante mi visita a la feria americana inmensa, que ocupa la plaza de la Cultura, sobre calle Cabildo frente a la Universidad de Morón.
Allí conversé con Lorena, una de sus referentes desde hace varios años, y luego se sumaron espontáneamente a la charla otros vendedores y vendedoras, que restauran y reciclan a nuevo todos los productos que allí se pueden conseguir.
Cada cual brindó a Huellas Suburbanas testimonio de su realidad más profunda, sin tabúes ni reparos, conocedores de sus sacrificios diarios y su lucha por sobrevivir.
Lorena, recuerdo hace algunos años cuando se convirtieron en “noticia” en algún multimedios…
Recuerdo que una vez vino Canal 13, y en el zócalo del noticiero pusieron “¿Qué hacemos con esto?”… y esa fue la primera vez que se acercaron de la municipalidad de Morón.
¿Se comenzaron a ocupar de la situación, les ofrecieron algunas herramientas…?
No, en aquel momento, nada. Pero pusieron una carpa que duró como 5 meses, hicieron un censo… pero no pasaron manta por manta para ver quién estaba trabajando. Bajaba gente de los colectivos, y censaban a cualquiera. Acá hay dos clases de puesteros: el que viene todos los días y lo toma como un trabajo, y los que llamamos “golondrinas”, que van dos días a cada feria, coincidiendo con los días que son fuertes de cada feria. Las ferias tienen su boom, así como lo fue La Salada en la crisis de 2001… ahora ya no da más ni siquiera para La Salada, o sea que ahora son las ferias americanas de ropa usada.
¿Y qué pasó con ese censo?
Lo fueron haciendo, pero quedó todo en la nada misma. Y así hemos continuado hasta ahora, que dicen van a arreglar la Plaza de la Cultura. Así que tuvimos una reunión con el municipio…
¿Y hubo alguna clase de acercamientos?
Ellos querían cerrar la plaza, imagináte que una obra de esas, como poco, demanda unos 6 meses… ¿Qué hacemos todos nosotros 6 meses sin trabajar?
Máxime en este contexto socioeconómico…
Nosotros no queremos llegar a ninguna clase de conflicto, ni cortar calles; no es nuestra intención… obviamente que si no nos queda otra, lo vamos a hacer, estamos hablando de trabajo. Así que tuvimos una reunión, se conversó para que se vaya arreglando por etapas, corriendo a los manteros al otro lado y de esa manera poder seguir trabajando. Ellos quieren reordenar la feria, y está perfecto, sabemos que hay que hacerlo, pero eso es un asunto político de ellos, no lo podemos hacer nosotros. A causa del desorden, y la ausencia del Estado, hay cosas que pasan que van más allá de los que venimos a laburar, y son riesgos que una misma corre como laburante.
En ese momento se sumó a la conversación otra recicladora-comerciante, jubilada ella e inquilina, que se moviliza hasta la feria con un andador, y remarcó: “Ellos tienen que entender que esto es un sacrificio, nosotros venimos a trabajar, lo necesitamos. Lo tienen que entender. Soportamos el calor, el frío, el viento, la lluvia, el humo del tránsito, las peleas callejeras. Para nosotros esto es un trabajo”.
Y tienen una gran exposición acá, a todos los riesgos que conlleva la calle…
Claro, y en un momento en que sentís toda la ausencia, y esto se vuelve tierra de nadie, cada uno puede venir acá y hacer lo que quiere, total “no pasa nada”. Nosotros estamos haciendo todos nuestros papeles legales, somos recicladores de juguetes, de ropa usada, de antigüedades… esto lleva mucho más que el trabajo de venir y exponer lo que hay. En casa tenemos que lavar la ropa, arreglarla si está rota, arreglar y reparar los juguetes. Hay un laburo atrás, ayudamos al medio ambiente porque si no, todo esto terminaría en un tacho de basura y contaminando todo.
¿Qué sector social viene mayormente a comprar a la feria?
Trabajamos con los laburantes, con los sectores populares, que no se pueden comprar un jean a 15 mil pesos…
De esta forma, también tienen la dignidad de poder comprar y llevarse algo a su casa y utilizarlo.
Visten bien a sus hijos, les llevan las mochilas para que vayan bien al colegio…
¿Cómo obtienen las mercaderías?
Hay gente que viene y las regala, otros las venden, y se forma una cadena: Nos dejan la mercadería, nosotras las arreglamos… porque mismo acá vecinos de esta zona de Morón, que antes eran clase media, cuando a los chicos no les entra más la ropa vienen, nos ofrecen esas prendas, y ellos con eso compran, acá mismo, un talle más grande. O te cambian una prenda por otra más grande.
De alguna manera, vuelve a ser un trueque como en otros tiempos….
Es una mezcla de todo. Nos vamos ayudando uno al otro. Nos acostumbramos a esto. Venimos de los golpes padecidos durante el gobierno del Pro, de la pandemia, ahora te hablan de la guerra… y está todo bárbaro, tenemos que entenderlos a todos…
… El asunto es que las dirigencias también entiendan al pueblo…
Vos todo lo que querés, es laburar. Acá tenemos cámaras, ellos saben quién es quién, y no pueden pretender que nosotros actuemos en aspectos de lo que se tienen que ocupar ellos. Nosotros nos pusimos en regla, es una manera de que, al menos a través de un monotributo social, ingrese algún aporte hasta que, en algún momento esto se recupere, pero además hay que contener a la gente para que no explote todo. Todos tenemos un límite para aguantar. Hoy ya se nos vuelve imposible alquilar. Y esta es una realidad muy concreta.
… que pega duro a más de la mitad de la población…
¡A mucho más de la mitad! Acá tenés propietarios de la zona, que te traen las camperas de los hijos y se llevan otra más grande, y el marido tiene laburo, pero no llegan a fin de mes. No llegan. Es una realidad sobre la que hay que actuar de alguna manera.
¿Y ustedes acá, qué elementos necesitarían para mejorar, optimizar, para ganar en comodidad?
Por lo menos, tener gazebos para no estar en el piso trabajando. Además el sol te quema parte de la mercadería que tenés. Nosotros pagamos para ir al baño, pagamos por el agua caliente…
Justo pensaba en eso, provisión de baños químicos quizás…
Baños químicos sólo para los feriantes, y gazebos. Nosotros le propusimos al municipio que nos ocupamos de toda la limpieza. Nos vamos a poner de acuerdo, ¿Quiénes más que nosotros queremos mejorar y continuar con nuestro trabajo? Somos mayormente personas de más de 45 años para arriba, que nos cuesta conseguir empleo por razones de edad, acá estamos todos afuera del sistema. Entonces, qué mejor que tener el monotributo social, todo organizado, que se constituya en una feria legalizada, vinculada con el INAES.
Formalizar la feria con todo lo que ello requiere, legitimada institucionalmente.
Y así te evitás gente que se te mete, que no viene a vender sino a hacer otras cosas… evita un montón de riesgos, tanto para ellos como para nosotros. Los comerciantes mismos ya nos conocen… no es tan difícil investigar y saber quién es quién acá.
Lo que es indudablemente algo positivo que fluye acá, es cómo experimentan la solidaridad
Sí, de hecho mayormente las mujeres acá somos promotoras de género; he tenido que levantar mi manta para ir a ayudar a compañeras en situaciones de violencia de género. Fallecen familiares y acá realizamos colectas, si a alguien le falta un medicamento, nos organizamos y se los conseguimos. Además, nosotras hacemos “la olla” en plaza La roche los sábados, y con eso tratamos de ayudar a los demás y también colaborar con el municipio. Creemos que están dadas todas las condiciones para podernos sentar y consensuar un proyecto entre todos, y que todos los manteros puedan participar y opinar. En algún momento, hasta nos hemos tenido que quedar a dormir acá, porque se había corrido el rumor de que nos venían a sacar…
He recibido comentarios de dirigentes, quizás de fuerzas políticas actualmente no vinculadas al Ejecutivo municipal, que han mencionado la inviabilidad de esta feria…
Sí, nos quieren hacer desaparecer.
¿Y en caso que las elecciones resultaran favorables para algunas de esas voces? ¿Se montaría un escenario de resistencia?
Y, sí. Por eso venimos reclamando institucionalizar la feria. Acá nadie tiene coronita, tenemos que estar unidos todos por el laburo, esto es un sustento, una forma de vida para llegar a fin de mes.
¿Cuántos son acá, en días normales? ¿Y cuántos manteros vienen los días más fuertes, que me dijiste son los martes y viernes?
Días normales seremos unos 80 manteros. Martes y viernes francamente no lo sé… si te ponés a pensar, debemos ser como mil, y si el día está lindo, vienen muchos más.
Eso habla a claras de la situación económica, eso ya no se puede ocultar.
No, no se puede, pero no hay ningún indicio que te permita pensar en que algo va a mejorar. Esto es constante. A mí, personalmente, el dólar no me interesa…
… pero nos afecta injustamente, porque se traslada a todos los precios de nuestra canasta cotidiana.
Sí, parece que la yerba está en dólares, las vacas comen dólares en vez de pasto… no somos más el granero del mundo, pero la yerba sale de acá, las vacas crecen acá, y no entiendo porque el pueblo tiene que pagar todo en dólares… o sea, el alquiler está en dólares, y vos cobrás un sueldo en pesos… hay negocios que dejan de comerciar hasta tanto se estabilice el dólar, porque dicen que cuando van a comprar, no les alcanza con lo que vendieron para reponer… hasta las bolsitas de nylon. Es más fácil decir que esta feria molesta, no es linda la imagen… pero, ¿Qué quieren hacer? Necesitamos que nos den una solución.
Una alternativa concreta, realizable e inmediata
Inmediata, claro. ¿Y si no, con qué pago el alquiler, la luz? ¿O cuál es mi alternativa, que me echen y viva en la calle con mis hijas y nos caguemos de hambre? La otra es la de siempre: pedir que esperemos. Nosotros nos ofrecimos a venir y arreglar estas veredas, cambiar las cerámicas, pintar, todo. Pero que nos den una solución, porque primero por la pandemia, después por la guerra, después por el dólar, después por el Fondo Monetario, ¿Y a nosotros todo eso qué carajos nos importa? Sinceramente. Si la plata que otorgó el Fondo Monetario no le llegó a ninguno de los que estamos acá, ni a los colectiveros, ni a los comerciantes. ¿Quién se la llevó? Ya sabemos quiénes… pero nosotros somos los delincuentes que ponemos una manta con ropa usada para vender, y los que se roban toda la guita andan como si nada. El otro porque era la derecha, ¿Y estos, por qué? Supuestamente los votamos porque era algo más popular, porque sabíamos hacia dónde íbamos, y la verdad… (se queda pensativa)
Hay que seguir resistiendo…
¡Ni hablar! Eso siempre! Y quiero destacar algo: nosotros estamos muy agradecidas al (Movimiento) Evita, nos dieron la contención que no nos dio nadie más, ni desde el municipio ni desde el Estado nacional. Acá mucha gente dependía de un bolsón de comida, y estos chicos están siempre para cualquier cosa que necesitemos… y gracias a la intervención de ellos esta feria no se cerró. Y hay que decirlo, porque fueron ellos, pusieron el pecho, hablaron, y esos gestos hay que mencionarlos. Ahora nos están ayudando a hablar… creo que hay soluciones para todo. El tema es que el Estado quiera ocuparse. Por eso les pedimos a todos los manteros estar unidos, y está todo bien, y que las autoridades sepan que puede haber un montón de diálogo, pero el puesto de laburo no se negocia, ni una semana, ni dos días, ni nada. No se negocia.