
02 Nov Se reabrió la temporada de pases en el HCD de Morón
Desde hace algunas semanas, quedó abierto el mercado de pases en el reparto de cargos y cambios de casaca en ciernes. Si bien ello atañe al conjunto de la política argentina, nuestro sainete preferido es el que se circunscribe a la hoguera de vanidades exóticas, saltimbanquis y oportunistas que pugnan por predominar en el mundillo político de Morón.
Fiel a la costumbre que ya conoce el reducido sector de la sociedad que realmente está informada al respecto, comenzaron las renuncias en la bancada de concejales del actual gobierno municipal.
Hay quienes argumentaron decepciones, discrepancias, destrato de parte del intendente aún en ejercicio de sus funciones, o bien arrepentimientos algo tardíos –luego de 3 años y medio de acompañar más o menos incondicionalmente a la gestión del derrotado Ramiro Tagliaferro.
También puede haber primado cierta prudencia o una mirada propia del viejo Vizcacha, con el objetivo de adaptarse al cambio de gobierno que se veían venir.
Hasta ahora, las dimisiones en el bloque de Cambiemos son dos. Rumores de fuentes bastante involucradas en la temática, auguran que el desarme incluirá, probablemente, a dos o tres ediles más. Cuestión que podría desencadenarse durante las próximas semanas.
¡A los botes, a los botes!
El público lector pretenderá que mencionemos a los ediles que conformaron bloques unipersonales tras abandonar a Cambiemos en el HCD distrital, pero a lo largo de estas líneas los dejaremos enmarcados en el terreno de lo impersonal: Es que, ¡Maldita buena memoria!, si tuviéramos que nombrar a cada funcionario que saltó de un bote a otro y desobedeció la voluntad para la cual fueron votados por sus vecinos a su debido tiempo, deberíamos retrotraernos a muchos años atrás, y trazar una línea de tiempo que incluya a todos los casos que acontecieron con igual o similar resultado.
Nada fuera de lo común. El problema radica, como siempre, en manejarse con distinta vara según convenga, o no, a determinado sector para hacer leña con las miserias ajenas.
Quien esté libre de culpa… que arroje la primera piedra. ¿Lo leyeron alguna vez?
La puerta entreabierta
Decía, noches atrás, un viejo sabio, que precisamente por sabio está en la ruina, que más temprano que tarde penderá de algún bonito anaquel un cartelito que rezará: “Concejales, cambalachescos, de dudosas referencias, se ofrecen para negociaciones varias, dizque claudicaciones de coyuntura. Consultar precios. Tarifas especiales para vencedores circunstanciales”.
Entre dichas menudencias, y el horror de una probable vuelta al engaño de las listas testimoniales (para distraídos/as: dícese cuando el pueblo vota por determinado referente, éste luego renuncia y asume otra figura), queda una vez más en claro algunas razones para que el grueso de la ciudadanía se mantenga escéptica de toda esta clase de movimientos.
Puesto que, como reza aquel antiguo tango, ni los más enconados antagonismos –aparentes- políticos e ideológicos del mundillo legislativo de aquí y acullá, trabajan en sus proyectos sin antes dejar una luz de apertura para que continúe el pase de voluntades de una fuerza a la otra.
“De noche, cuando me acuesto
No puedo cerrar la puerta
Porque dejándola abierta
Me hago ilusión que vendrás”
Mi noche triste (tango). Contursi – Castriota