Respuesta de organizaciones populares ante los índices de pobreza anunciados

Días atrás el INDEC dio a conocer su versión sobre la pobreza, los medios de comunicación -así orillen cualquier frontera ideológica- repitieron los números con más o menos preocupación. Periodistas, panelistas y dirigentes de ocasión, expresaron su profunda angustia sobre los números que creen conocer.

Las organizaciones populares, mientras sufrimos la estigmatización cotidiana por parte de Ministros, funcionarios y candidatos de la fuerza gobernante, nos hacemos cargo de las consecuencias inexorables de la tragedia social a la que empujó Mauricio Macri al conjunto de los argentinos.

Sectores sociales que jamás hubieran imaginado tener que pedir comida para poder llegar a fin de mes se arriman a los comedores o merenderos para poder alimentarse. Asalariados que pudieron conservar el trabajo en este tiempo, padeciendo la flexibilización de hecho de las condiciones de trabajo, se acercan con angustia a pedir alimentos porque el sueldo no les alcanza para cubrir los pañales, los alquileres o la comida cotidiana de su familia.

Para los miserables del INDEC, una argentina o un argentino que tiene ingresos mensuales por arriba de los 10.800 pesos, no es pobre. Sencillamente, están delirando. Por mucho que se esfuercen en analizar datos, índices y cuanta macana pretendan anunciar, es insultante pensar que un compatriota dejó de ser pobre con 11.000 pesos por mes en el bolsillo.
Según los miserables del INDEC, también, en la Argentina, el 80% de sus habitantes vive con menos de 19.000 pesos por mes. Y la mitad de nuestros compatriotas vive con menos de 10.000 pesos por mes.

No tienen idea el costo de un alquiler en una pensión con baño y pieza compartida. No tienen idea lo que sale un pañal, un remedio. No tienen ni la más remota idea de cómo vive un argentino promedio.

Han sometido a nuestro país al verdugueo cotidiano. Ahí anda Mauricio Macri por la vida, pensando que hablarle a un puñado de miles de personas le permitirá terminar su gobierno sin consecuencias políticas.

Las grandes corporaciones económicas, que fueron beneficiarias exclusivas de éstos cuatro años de saqueo planificado de la economía argentina, piensan que no hay nadie cuestionando sus negocios. Aún mas, imaginan un futuro en el que puedan seguir extorsionando a los gobiernos de turno para seguir maximizando sus ganancias, reclamar más ajuste y flexibilización laboral para incrementar su rentabilidad, absorbiendo dólares y recursos del Estado para fortalecer su posición dominante en el mercado.

Pueden encontrar oídos amables en cualquier rincón de la política argentina, pero las organizaciones populares que nos hicimos cargo de las trágicas consecuencias sociales en las que sumergieron al país, no tenemos ninguna voluntad de olvidar que no tienen derecho a reclamar un centavo más por cada una de las maniobras especulativas que pusieron en jaque el aparato productivo nacional.

No hay margen para que las petroleras y las empresas generadoras y comercializadoras de servicios básicos en la Argentina pretendan seguir incrementando sus ganancias a costa del esfuerzo con el que se junta el mango el pueblo trabajador.

No hay margen para que la timba financiera sea premiada, la rentabilidad de las grandes exportadoras se siga beneficiando con la devaluación de nuestra moneda, mientras los precios de los alimentos se disparan ante cada “guachazo” que le pegan al dólar.

Hay que parar la dinámica en la que la política sólo tiene oídos para escuchar las demandas de los grandes grupos económicos. Hay que parar la pelota, y asumir que la enorme deuda contraída en éstos cuatro años es con el Pueblo. Es con un modelo productivo y solidario al que le han puesto un palo en la rueda.

El gran desafío es que nuestros compatriotas puedan volver a trabajar.
Una vez más, será responsabilidad del Estado generar las condiciones para que eso suceda.

Las organizaciones populares hemos acumulado una experiencia que nos permite tener respuestas a la Agenda Urgente de nuestro futuro. Es por el camino productivo que sostuvieron nuestras cooperativas de trabajo, es por el camino de la construcción de viviendas y el desarrollo de un hábitat comunitario y organizado, donde encontraremos la oportunidad de revitalizar un mercado interno absolutamente destrozado.

Lo hemos dicho más de una vez: somos la fragua que sigue apretando los alambres de una Patria que seguimos soñando.

Arraigo, vivienda, trabajo y dignidad. Salud y Educación. Comunidad organizada y justicia social. Libertad para nuestras compañeras y nuestros compañeros presos.

 

FRENTE MILAGRO SALA

Colaboradores diversos Huellas Suburbanas
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