RÉQUIEM PARA UN MILITANTE

Al cumplirse 7 años de su muerte

Néstor Kirchner en Villa Palito

Hay momentos en que parece que Dios, indignado con un pueblo, apartara de éste la luz de su mirada y extendiendo su mano lo sumiera en las sombras.  ¿Será el destino muchas veces cruel de hombres y naciones quien se encarga de mutilar las esperanzas de un pueblo?

En este largo y azaroso “Vía Crucis” de deseos frustrados la muerte una vez más a destiempo e inesperada, cubrió de incertidumbre y dolor a todo un pueblo. Desde esta penosa y nefasta manía de escribir, convocado por la tragedia de lo irreparable, rindo desde el dolor el homenaje póstumo al hombre, al Militante Néstor Kirchner.

Los hombres que desaparecen jóvenes, dice Chateaubriand, son vigorosos viajeros que hacen pronto un camino que hombres débiles realizan a pasos lentos, y Macedonio Fernández, aquel lúcido metafísico porteño sostenía que el hombre libre en todo piensa, menos en la muerte. Así fue este inclaudicable militante político, toda su vida llevó la marca singular de sus -a veces- contradictorias conductas. Dueño de una Aristotélica pasión política, confió siempre “en el papel del individuo en la historia” profesando una enorme voluntad de acción para lograr su objetivo.

En el 2003, apenas iniciado el Siglo, irrumpió con fuerza en la arena política nacional y asumió la Primera Magistratura como un Presidente sin partido, de una nación sin Estado, con un país acosado desde todos los ángulos, angustiado y herido, pero con una formidable capacidad moral y material. Planteó entonces la necesidad de prestigiar el ejercicio de la política de manera que la gente volviera a creer en ella como herramienta válida para el cambio y la transformación.

Un repaso desapasionado de su militancia ha de marcar para la historia argentina un antes y después, con aciertos y desaciertos, luces y sombras, raro privilegio que invita a una racional reflexión sobre el hombre político y el complejo tiempo que le tocó vivir.

Cuando más grandes son los méritos de un hombre, cuando más evidente es el bien que ha conseguido realizar en su corta pero prolífica vida, mayor es la gratitud y el respeto ante su muerte.

Compañero  Néstor  Kirchner,  Descansa en Paz.