REGRESO SIN GLORIA

El resultado de las PASO del 13 de Agosto pone al desnudo sin vergüenza alguna el verdadero fin ideológico de personajes que pululan en el mercado de las ideas políticas. Es el caso del diputado Sergio Massa, político desvaído andrógino de la política, un indefinido cuya falta de ideas e incoherencia lo superan. Sufre de vanidad, no sabe vivir sin publicidad, pero como ocurre con frecuencia bajo el cráneo de los no definidos, allí se esconde un tribuno astuto y falaz.

Es surrealista que alguien con tan magros resultados electorales pretenda erigirse en conductor del “Peronismo Siglo XXI”. Es necesario hacerle saber que para tamaña empresa se debe primero tomar el trabajo de leer la apasionante historia del peronismo sus defectos y sus virtudes. Por el camino de la historia se llega al dominio de la política. Asociar la historiografía a la política le permitirá tener una clara visión del presente. Hago notar el dudoso peronismo de Massa: el hecho de estar afiliado no es garantía de nada. Además, y volviendo a la historia, hago notar al Tribuno de Tigre que el ciclo “Peronismo Siglo XXI”  se inició en el 2003 con Néstor Kirchner,  del que Massa participó y luego se alejó por diferencias ideológicas.

El problema de Massa es su odio a Cristina Kirchner, un odio que no tiene límites, es enfermizo: no lo puede evitar, menos disimular. Cristina fue  ganadora en agosto en la provincia de Buenos Aires y sus ideas tienen eco profundo en amplios sectores de la dirigencia política. Proponerse hoy, a partir de su eventual fracaso electoral, como salvaguarda del  peronismo, es una falta de respeto al Movimiento Nacional Justicialista, a sus triunfos, a sus derrotas y a sus crueles retrocesos.

La lógica Aristotélica no parece frecuentar las vigilias del Diputado.