Recordando a Raúl Alfonsín, a 14 años de su fallecimiento

Un 31 de marzo, pero de 2009, fallecía el ex presidente de la Nación y líder de la Unión Cívica Radical, Raúl Alfonsín.

Raúl Alfonsín falleció a los 82 años, el 31 de marzo de 2009, debido a un cáncer de pulmón y luego que su salud se viera agravada, en sus últimos días, por una neumonía bronco-aspirativa. Pasó a la historia como “el padre de la democracia”.

Nació un 12 de marzo de 1927 en Chascomús. Desde pequeño ese chico campechano supo que quería ser parte de la historia argentina. Por eso mismo, no dudó en abandonar su pueblo para internarse en el Colegio Militar de San Martín, en la ciudad de Buenos Aires. Entre sus compañeros de escuela estaba Leopoldo Galtieri, quien años después sería enjuiciado por decisión del propio Alfonsín por su participación en la represión ilegal y su actuación en la guerra de Malvinas.

El Dr. Raúl Alfonsín, junto a un joven Lic. Javier Argolo

Luego del liceo, Alfonsín se recibió de abogado en la Universidad de Buenos Aires. Pero cuando comenzaba a dar sus primeros pasos en la profesión, su vida cambió de nuevo: fue electo concejal de Chascomús por la Unión Cívica Radical. Otra vez en su tierra natal.

Como casi todo hombre de la política en aquel entonces, Alfonsín no estuvo ajeno al contexto de cada década: fue detenido por la Revolución Libertadora durante 1955, mientras que años después sería una pieza central en el recinto para el gobierno de Arturo Illia. Con el golpe de Estado encabezado por Juan Carlos Onganía, quedó otra vez tras las rejas, en esa oportunidad por intentar reabrir el Comité de la UCR en tiempos en que estaba prohibida la participación política. También imborrable fue su disputa interna con Ricardo Balbín. Las nuevas generaciones empezaban a reclamar un lugar de conducción en el centenario partido.

Pero si hubo un momento fundacional para el bonaerense, fue durante la dictadura militar iniciada en 1976, cuando Alfonsín fue miembro activo de la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos (APDH), desde donde denunció las violaciones a los derechos humanos. También, el dirigente radical fue uno de los pocos representantes de la casta política que rechazó la guerra de Malvinas.

Para las elecciones de 1983, la imagen de Raúl Alfonsín supo representar los deseos de renovación y cambio. Sobre todo, como un Nunca Más a los gobiernos militares. Primero, se impuso en la interna radical frente al ala conservadora, representada por Fernando De La Rúa y luego, por primera vez en la historia, el radicalismo venció al peronismo en las elecciones generales. Los sueños y esperanzas de millones de argentinos estaban representados por su capacidad de oratoria.

Sin embargo, su presidencia tuvo que hacer frente a múltiples desafíos de gran envergadura. Es que en esa efervescencia democrática se logró enjuiciar a las juntas militares, crear la CONADEP, y ampliar derechos sociales postergados en épocas castrenses. También hubo espacio para resistir los embates del poder militar.

La consolidación de la democracia y el paso del tiempo, sin embargo, pusieron a Alfonsín en la justa dimensión que logró al capear tempestades en tiempos de azotes reales y permanentes. Después de casi un siglo de permanentes golpes militares, la recuperación de los valores democráticos y los derechos humanos quedarán como una marca que le debemos, en gran parte, al “padre de la democracia”.

Para recordar algunas de sus ideas destacamos 10 frases suyas que aún tienen vigencia:

  • Justicia social.«Será imposible el desarrollo de nuestra patria si no damos respuesta a los requerimientos de la justicia social».
  • «En la Argentina hay hambre, pero no porque falten alimentos como en otros países, sino porque sobra inmoralidad».
  • Trabajadores pobres.«Hemos sometido al padre de familia a la humillación más grave que podemos someter a un hombre: trabajar los 30 días del mes y no alcanzar a ganar lo necesario para llevar el pan a su mesa».
  • Dictadura y especulación.«Vinieron a decirnos que iban a terminar con la especulación, y nunca quien especuló más ganó tanto y quien quiso trabajar en serio perdió más en la Argentina».
  • Sin injerencia extranjera.«Vamos a salir de esto, como otros países salieron de sus crisis. Vamos a arrancar en la medida que no nos mandoneen más».
  • El pasado.«Les pido que nadie se deje deslumbrar por los resplandores de las glorias del pasado».
  • Hacer historia.«Si cumplimos con nuestro deber, nuestros nietos nos van a honrar como nosotros honramos a los hombres que hicieron la organización nacional».
  • Las mujeres.«Las mujeres argentinas sufren todavía las consecuencias de esta sociedad anticuada y machista que ni siquiera le confiere la posibilidad de compartir la patria potestad de sus hijos». En 1985 se estableció por ley (23.264) la patria potestad compartida en nuestro país.
  • Frase de cierre de campaña del 83.«Si alguien distraído, al costado de camino cuando los ve marchar, nos pregunta: ‘¿Hacia dónde marchan, por qué luchan?’ Tenemos que contestarles con las palabras del preámbulo. ‘Que marchamos, que luchamos para constituir la unión nacional, afianzar la Justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que deseen habitar el suelo argentino'».

Sin ninguna duda fue mucho más que el padre de la democracia, fue un gran político, y el último estadista del País hasta el momento.

Javier Argolo
javier.argolo@huellassuburbanas.com