
10 Ene Recordamos a José Bielicki
Un día como hoy hace un año, un 10 de enero de 2022 nos enterábamos que en Mar del Plata había fallecido José Bielicki.
Cómo explicar quién fue José Bielicki en estas breves palabras; como ser objetivo al recordar un amigo, como poder describir una vida plena dedicada y consecuente con la Unión Cívica Radical.
El recordarlo es una forma de mantener viva su memoria y su gran labor.
Comenzaré explicando que José Bielicki había nacido el 30 de diciembre de 1934 en Bs.As, pero vivió en Morón, donde desarrolló la mayor parte de su extensa trayectoria, y que falleció a los 87 años en la ciudad de Mar del Plata. El pasado 30 de diciembre hubiera cumplido 88 años.
Bielicki había comenzado muy tempranamente su militancia en las filas de la Unión Cívica Radical. Este comienzo, y el haber tratado con personalidades notables hicieron que fuera forjando su temperamento político. José era de una personalidad especial, inquieto, afectuoso, con una generosidad poco común en la política, militante de hierro, sabedor de la historia partidaria como pocos, pero sobre todas las cosas un Radical inclaudicable.
José siempre le daba especial importancia a una etapa, cuando en 1958 fue secretario de Gobierno de la Municipalidad de Morón, durante la intendencia de Don Abel Costa. También tuvo un papel destacado cuando volvió la democracia, y en particular cuando fue diputado nacional, desde 1983 hasta 1987. En este período, demostró y fue parte de los grandes debates de nuestra naciente Democracia. Por eso, en las páginas de la historia del Radicalismo y de nuestro distrito, su acción será recordada como el diputado de la Democracia del Partido de Morón.
Fue parte fundamental en la sanción de normas esenciales en ese período, como la ley de Divorcio. Otros proyectos que impulsó desde el Congreso fueron la Declaración Jurada de Bienes, Régimen de elección de diputados nacionales (primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias), y Régimen legal para las actividades de importación y exportación de empresas privadas, mixtas o públicas.
También ejerció el periodismo y la docencia universitaria. Durante el transcurso de sus estudios de grado, fue un activo militante y dirigente.
Fue asesor del jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires durante el mandato del Dr. Enrique Olivera, secretario de gobierno del Dr. Guillermo Moreno Hueyo, y asesor del bloque de diputados nacionales de su partido.
Escribió el libro sobre Moisés Lebensohn “El Hombre que pudo cambiar la Historia” editorial Luminere. Bielicki siempre sintió una muy especial admiración por Lebensohn.
Con él se va un pedazo de lo mejor del radicalismo de raíz yrigoyenista, siendo algunos de sus faros Moisés Lebensohn, Arturo Frondizi y Raúl Alfonsín.
Tuvo una muy extensa trayectoria, él logro algo muy notorio, pues fue, y es, tanto querido como respetado dentro como fuera de la Unión Cívica Radical.
Siempre se caracterizó por su incansable trabajo por el Radicalismo, actuó con gran apertura y generosidad.
También su fallecimiento nos anotició de la partida de uno de los políticos de otra época, políticos de raza que defendían ideas y la búsqueda del bien común.
El radicalismo de Morón perdió uno de sus últimos grandes exponentes. Pero con José también ocurría un fenómeno especial, que no es muy común en la política Argentina. Esto se daba por una sumatoria de factores, como eran su personalidad e inteligencia. O que existieron circunstancias históricas que forjaron sus cualidades, para que las mismas fueran templadas por su precoz inicio en la política. Esas mismas circunstancias que hicieron que, apenas siendo un muchachito, comenzara a entreverarse con los personajes de la liga mayor de la UCR bonaerense.
En una Argentina poblada de mezquindades y de grietas, él tendía incansablemente puentes tanto dentro como fuera del radicalismo.
Eran muy comunes sus conversaciones con políticos de todas las extracciones, incluso muchos de ellos concurrieron a las mesas del Grupo Progreso, algo que debería ser normal en democracia.
Pero que en la Argentina toma una gran dimensión por su excepcionalidad.
Bielicki era un hombre eminentemente social, expansivo, cálido y con la inteligencia para integrar a los actores más diversos. Vuelvo a recalcar que promovió permanentemente el debate de ideas en un espacio que generó en el legendario Club “Lalín” en la calle Moreno de la Capital Federal.
El Grupo Progreso, que el lideró, fue por muchos años un ámbito de encuentro y de debates de ideas, al que asistieron figuras de la UCR y hombres y mujeres extrapartidarios, lo cual resalta en un país signado por un contexto de grietas, donde predominan los enfrentamientos. El hizo de la tolerancia, el encuentro, el respeto y el debate de ideas un faro para la política.
Su familia le realizó, en el restaurante Lalín, un cálido homenaje, organizado por su hija Patricia y su hijo Martin. También deseo destacar el gran esfuerzo de su hijo Martin por mantener vivo los encuentros del grupo Progreso.
Destaco dos datos que muestran el temple de José Bielicki: estando internado se comunicó con el IML para conseguir un ejemplar de su libro para un médico que lo estaba atendiendo. También se comunicó con Alberto Ventosa para sacar una nota que fue publicada el 12 de enero en El diario «La Opinión de Morón”. Activo y militante hasta el final. Sin dudas, José fue un radical con mayúsculas, un político de cuna y de tumba.
Hoy recordamos a ese gran y activo luchador, un militante del radicalismo, pero muy especialmente un hombre de la Democracia.
Argentina perdió a un gran demócrata, cultor del radicalismo más auténtico, comprometido y leal a convicciones profundas.
Hoy, a un año de su partida, de alguna forma él sigue con nosotros