¿Puede triunfar la Doctrina Monroe en el siglo XXI?

El significado de la expresión “la Doctrina Monroe”, se traduce en la frase “América para los americanos”. La misma fue elaborada en el año 1823 por el secretario de Estado John Quincy Adams, atribuida al presidente James Monroe.  Establecía que cualquier intervención de los europeos en América, sería interpretada como un acto de agresión, que requeriría la intervención de Estados Unidos.

Cabe preguntarnos si en la actualidad los Estados Unidos puede lograr estos mismos objetivos de dominio sobre América Latina y el Caribe, con una doctrina de principios del siglo XIX? Sería un grave error, si consideramos que en la actualidad nuestra región está blindada. Hoy dicha frase debemos leerla como “América para los estadounidenses”.

Hay al menos dos condiciones que deben cumplirse  para llevar a cabo esta política. La primera es mantener divididos a los países de la región, marcando sus diferencias y convencerlos que los triunfos individuales, pasan inevitablemente por el debilitamiento de las naciones vecinas.   Fue así como potenciaron a las oligarquías regionales, ayudando a frustrar el plan bolivariano de una gran unión de naciones. Casi dos siglos después utilizaron una técnica parecida, para desactivar los mecanismos de integración como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), Mercosur y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

La segunda condición, es imponer la teoría del miedo, en donde  Washington aparece como el único garante posible de la seguridad y tranquilidad regional. Se vende como “un mal menor” frente a las amenazas externas. Si en la época de Monroe los enemigos eran las potencias coloniales europeas, ahora se habla de terrorismo, de injerencia rusa o la competencia económica de China.  Así justificaron la ocupación de Cuba y Puerto Rico, las constantes intervenciones en Centroamérica, la contención del comunismo,  (excusa para los ataques contra la Revolución Cubana), el apoyo a las dictaduras militares y los planes contrainsurgentes que dejaron decenas de miles de muertos y desaparecidos.

Desde finales del siglo pasado en La Patria Grande, se avanzó en la nacionalización de los recursos naturales, la reducción de la pobreza y la búsqueda de fórmulas propias de complementariedad.  La unidad dentro de la diversidad fue uno de los pilares de la Celac, al reconocer un principio elemental: no es necesario compartir el mismo proyecto político para lograr la integración.

Durante esos años y en un proceso paralelo, China pasó a ser uno de los socios económicos más importantes de América Latina, comprando nuestras materias primas e invirtiendo cientos de miles de millones de dólares en el desarrollo de nuevas industrias con mayor valor agregado en nuestra región.

A su vez, emergieron actores importantes como los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Se tomó conciencia que ningún país, por más grande que fuera, podría hacer frente individualmente a los retos políticos, económicos e incluso medioambientales del siglo XXI.

La presión regional fue una de las razones que forzaron al presidente Barack Obama a reconocer el fracaso de su política hacia Cuba. Los republicanos cosecharon los resultados de la guerra silenciosa de Obama, contra gobiernos progresistas de  Argentina y Brasil, y redoblando los ataques contra Venezuela que ya había sido declarada como una amenaza a la seguridad nacional y la política exterior de norteamericana.

Si trazamos una línea de tiempo, veremos las consecuencias de la doctrina Monroe.

1846: México pierde la mitad de su territorio a causa de una invasión estadounidense.

1898: Estados Unidos interviene en la guerra hispano-cubano y también se anexa a los territorios de Puerto Rico, Guam, Filipinas y  Hawai.

1901: Incluyen la Enmienda Platt en la Constitución cubana, para garantizar sus derechos a intervenir en sus asuntos internos cuando consideraran conveniente.

1903: Washington promueve la independencia de Panamá de Colombia para negociar el acuerdo del canal interoceánico en mejores términos. Los panameños tendrían que esperar casi un siglo para recuperar la soberanía sobre esa parte de su territorio.

1910: Primera ocupación de Nicaragua, que se repite varias veces durante los años siguientes. Enfrentan allí la resistencia heroica del ejército descalzo de Augusto César Sandino.

1954: La Cía orquesta el derrocamiento del gobierno democráticamente electo de Jacobo Árbenz en Guatemala.

1959: Inicia la guerra sucia para derrocar a la Revolución Cubana, que se mantiene hasta nuestros días.

1973: Estados Unidos apoya y ayuda a organizar el golpe de Estado contra Salvador Allende en Chile. Se abre una etapa de dictaduras militares en la región apoyada y asesorada por Washington.

Los métodos pueden cambiar, pero el objetivo sigue siendo el mismo: eliminar cualquier ejemplo de resistencia.

Lo que está en riesgo, es que se cumplan los deseos de James Monroe y se posterguen por otros 200 años la independencia y la unidad de América Latina y el Caribe.

Luis Miguel Caracciolo
luiscaracciolo_siglo21@hotmail.com