Pragmatismo, oportunismo, escepticismo

Marcas ¿evitables? Que dejan severas secuelas

Cuántas preguntas que no obtienen respuestas y, para colmo, se siguen concatenando a lo largo de este verano definitorio para el futuro inmediato de nuestro país, y del conjunto de la región por diversos –y aciagos- motivos.

Una actitud que no podemos permitirnos desde Huellas Suburbanas, es indagar desde una soberbia intelectual que marque errores y limitaciones hasta en la “letra chica” del campo nacional popular, mientras desatendemos el fenomenal ataque de los espacios de derecha más o menos radicalizados no sólo en América Latina, sino también en varios puntos del orbe. En esta edición trabajaremos con intensidad al respecto.

No obstante, consideramos que para enriquecer y hasta fortalecer a un colectivo que se pretende transformador de las bases económicas y socioculturales, orientado al crecimiento y felicidad del pueblo trabajador, sostener un enfoque de acompañamiento tan fraterno como crítico, tiende puentes y aporta mucho más que el habitual seguidismo obsecuente, que se limita a repetir consignas y encerrarse en un segmento social de confort, convencido de un rumbo definido: Hay vida periodística más allá de los grandes bloques de ciudadanos cuya percepción de la realidad se conserva inalterable por diversas convicciones, por lo general del tipo ideológicas, a ambos lados de la disputa vigente. La “grieta”, que le dicen.

Cuándo querrá el Dios del cielo, que la tortilla se vuelva…

Algunas fuentes confiables aseguran que la unidad del campo nacional popular está “a la vuelta de la esquina” y que para marzo habría novedades en tal dirección. A lo sumo, durante el mes de abril. También aclaran que no resultará de ello un bloque decidido a enfrentar al establishment tal como muchos hemos sabido fantasear, sino que emergerá una especie de acuerdo módico de un cónclave entre “apresurados y retardatarios”, en términos del General Perón, con una fuerte dosis de timidez ante el escenario internacional, autojustificado desde aquello del “pragmatismo”, y no pocos sectores que arrimen a último momento para dar curso a sus habituales definiciones desde un oportunismo supuestamente válido en los entramados de la discusión política. Pero a todas luces inaceptable y hasta escandaloso a los ojos de millones de trabajadores, que continúan incrementando su escepticismo respecto a la dirigencia política vernácula.

Enfrentamos una peligrosa situación que sólo favorece al establishment empresarial – judicial y de fuerte base extranjera, para continuar vaciando de sentido identitario a un sector considerable de nuestra población. Cambiamos escarapelas por prejuicios xenófobos, héroes patrios por fauna regional, desarrollo industrial modesto e incipiente por timba financiera y deliverys, aspiraciones de Patria Grande por Grupo Lima, devaneos ideológicos por sanguchitos o Panamá Papers…

De este modo, resulta evidente que, en sintonía con lo que afirma el politólogo Nicolás Tereschuck en su nota publicada en Página12 el pasado 27 de enero, “no serán sólo los datos, los pésimos datos de la economía durante el gobierno del PRO, los que permitan estar más cerca de derrotarlo en las urnas”.

¿Qué tenemos para ofrecerle al conjunto de la sociedad, más allá de no ceder en las denuncias del desastre institucional integral, orquestado concienzudamente por el frente Cambiemos, en simultáneo con el tomar conciencia de que con eso no sería suficiente para que se vayan Mauricio Macri y adláteres de todo pelaje y procedencia?

¿Qué proyecto integral de país se ha delineado y se ha salido a comunicar al pueblo argentino de parte del campo nacional popular, para contrarrestar al imaginario propuesto por Cambiemos, de un futuro bello que, por más sacrificio que se nos imponga realizar, nunca llega?

No nos engañemos más: No ha sido por falta de tiempo que no se haya podido delinear una propuesta de futuro. Un horizonte soñado, por más prudente que sea, hacia el cual caminar. Algunos objetarán que el oficialismo supo manejar la coyuntura de modo tal que la oposición se haya pasado corriendo en acciones defensivas y dando respuesta a la agenda mediático-gubernamental, aprietes varios y toda esa camándula de canalladas en los bordes mismos de la práctica democrática, a las cuales ya nos tiene acostumbrados el conjunto del macrismo actual, y del conservadurismo tanto argentino como regional a través de la historia latinoamericana, más o menos desde las independencias y balcanización hasta nuestros días.

Las especulaciones, los oportunismos, los travestismos y los internismos que tanto están a la orden del día, son exclusivamente funcionales a la continuidad y consolidación del régimen vigente.

El contexto internacional juega a contramano de las intenciones de los mejores cuadros opositores que podemos tener en nuestro territorio nacional. Pero ello no justifica plenamente al letargo y/o retardo de esa misma dirigencia a la hora de movilizar a las grandes masas, desde la esperanza en un futuro más digno de ser vivido respecto a este macabro presente, donde lo único que brota es un genocidio por goteo, que continúa su lento pero sistemático avance.

Daniel Chaves
dafachaves@gmail.com