
08 Sep Posicion de ALAMES Argentina respecto al cierre del Ministerio de Salud
(N. del Editor: Desde Huellas Suburbanas decidimos contribuir a la divulgación de tan esclarecedor documento que elaboró la Asociación Latinoamericana de Medicina Social – ALAMES, y que nuestro apreciado Juan Canella supo facilitar)
Si nos remontamos a la historia, disciplina que el poder hegemónico quiere desconocer, observamos que en Alemania el 15 de junio de 1883, por primera vez los principios básicos del seguro de enfermedades se unificaron en una ley.
Podemos tomar otros ejemplos como Inglaterra, donde en 1897 contaban con una Ley de Indemnización de Trabajadores, en 1912 comenzó el seguro sanitario obligatorio y se inició el seguro de desocupación para algunas industrias, el cual se generalizó al resto en el año 1920, en 1925 nace la ley que inició las pensiones contribitivas para ancianos, viudas y huérfanos.
En 1942 la seguridad social en Inglaterra fue dotada de una doctrina: el Plan Beveridge, el mismo establecía la necesidad de insertar los seguros sociales en esquemas más amplios de políticas adecuadas al progreso social, por medio de la cooperación entre el Estado y los individuos, ello bajo los ideales de reducción de la pobreza y la inequidad, para alcanzar niveles más altos de integración social y solidaridad.
Queda claro que la preocupación de cómo una sociedad debe cuidar a un individuo, viene tomando forma desde hace ya algo mas de un siglo en el mundo.
En Argentina, esta preocupación con Ramón Carrillo, durante el gobierno de Juan Domingo Perón, encontró su propia forma: inspirada en el modelo de Beveridge del Reino Unido y del Servicio Nacional de Salud de Chile (organismo estatal que funcionó hasta que el dictador Pinochet lo eliminó). Así, el primer Ministro de Salud argentino, logró el mayor de los avances en el campo de la salud, adjudicando la misma como derecho, a toda la población.
En la página web de lo que alguna vez fue el Ministerio de Salud, se definía como objetivo del mismo lo siguiente:
“…El Ministerio de Salud y Protección Social tendrá como objetivos, dentro del marco de sus competencias, formular, adoptar, dirigir, coordinar, ejecutar y evaluar la política pública en materia de salud, salud pública, y promoción social en salud, y participar en la formulación de las políticas en materia de pensiones, beneficios económicos periódicos y riesgos profesionales, lo cual se desarrollará a través de la institucionalidad que comprende el sector administrativo.
Asimismo, se establecia que “…El Ministerio de Salud y Protección Social dirigirá, orientará, coordinará y evaluará el Sistema General de Seguridad Social en Salud y el Sistema General de Riesgos Profesionales, en lo de su competencia, adicionalmente formulará establecerá y definirá los lineamientos relacionados a con los sistemas de información de la Protección Social…”
Valorando los logros, a través de la historia y teniendo en claro los objetivos que cumplía el Ministerio de Salud no cabe mas que repudiar desde la mas profunda indignación la medida de degradación que se hace, no ya de la institución “Ministerio de Salud” si no lo que ello representa.
No es el objetivo de Alames, expresar solamente el repudio por tal medida. Consideramos que la misma, no responde a una disposición económica que permitirá palear la crisis en la cual este gobierno nos ha establecido.
Es fundamental resaltar que esto se da en un marco donde se triplicaron los casos de sífilis, con aparición de sífilis congénita; donde también la Asociación Regional de Diálisis y Trasplantes Renales de Capital Federal y Provincia de Buenos Aires, señalan que, por retrasos en los pagos por parte de las autoridades, no se sumarán nuevos pacientes a los servicios. También forma parte de este contexto, los recortes en los planes de vacunación, la renuncia del Director del Programa Nacional de HIV/SIDA, hepatitis y tuberculosis sumados a los vaciamientos en programas de Salud Sexual y Procreación Responsable, Maternidad e Infancia, Salud Mental y Promoción Comunitaria. Nada de esto es casual.
Sin lugar a dudas estas políticas están enfocadas al exterminio de la Salud Pública. En momentos donde, como ya ocurrió en el 2001, será esta la que dé respuesta a la crisis social, pues las Obras Sociales, están desfinanciadas producto de la devaluación, por un lado ya que muchos insumos están dolarizados y por otro el número de afiliados es cada vez menor, por la política de despidos y el colchón de ingresos de las Obras sociales, se va desvalorizando ya que los salarios que se obtienen por paritarias, están desfasados en proporción a la inflación, ante esta realidad, solo la Salud Pública podría dar respuesta. Pero si la menoscabamos, como está ocurriendo, la Indignación social caerá sobre ella. Corriendo el riesgo que ante semejante desprestigio, el ofrecimiento de cualquier “Seguro” privado, pase a formar parte de una ilusionista solución.
Tenemos claro, por conocimiento de la historia de nuestra región, que ante un Ministerio fuerte de Salud, la Cobertura Universal de Salud, propuesta por el Banco Mundial y transformada en proyecto del gobierno colonialista neoliberal no tendría opción alguna de llevarse a cabo. El espacio que deja el Estado por la denigración del ministerio, será sin duda alguna ocupado por el mercado. No lo permitiremos.
ALAMES ARGENTINA