
06 May ¿Por qué es importante pensar los Bancos con perspectiva de género?
¿Por qué es importante pensar los Bancos con perspectiva de género?
Por: Carolina Fernández, Economista. Integrante del
Observatorio de la Banca Pública Argentina por BNA
El sistema financiero en general, y las entidades bancarias en particular, constituyen un centro fundamental de reproducción de las desigualdades que existen en la sociedad y, principalmente, en la esfera de la producción y el trabajo. Desde el contenido que se propone en sus publicidades hasta los productos que ofrece en el mercado, el mundo financiero se encarga de sostener y alimentar determinados estereotipos de género– ideas o creencias arraigadas en la sociedad relacionadas con cuál es o cuál debería ser el rol de los hombres y las mujeres – que tienen un impacto directo y negativo no sólo sobre las mujeres y las disidencias, sino sobre la sociedad en su conjunto.
Un estudio realizado por el CEPA[1] arrojó que, a la hora de comunicar masivamente algún nuevo producto o herramienta financiera, generalmente a las mujeres se las piensa (y muestra) como personajes superficiales dentro de la trama. Consumistas descontroladas y malas administradoras, deben estar siempre acompañadas por algún varón que se preocupe por las finanzas y recursos del núcleo familiar y que las asesore en sus gastos. A esta altura, sabemos bien que dicha idea no tiene nada que ver con la realidad de la mayoría de las mujeres que, por el contrario, se reafirman como grandes administradoras en la vida cotidiana, aun cuando tienen muy pocos recursos.
A su vez, numerosos estudios detallan los obstáculos que tienen las mujeres para acceder a créditos y productos financieros, ya sea por falta de garantías, historial crediticio o ingresos en blanco que le permitan demostrar solvencia. Esto sucede principalmente por la dificultad para conciliar su vida laboral con la responsabilidad de las tareas domésticas y de cuidado. Una de las consecuencias más inmediatas de la menor y peor inserción de las mujeres en el mercado laboral formal se relaciona con la falta de ingresos demostrables y por ende la dificultad de acceder a productos financieros como por ejemplo créditos. Por ello, entendemos que es necesario generar herramientas financieras que permitan superar esos impedimentos y “nivelar la cancha”.
Sin embargo, las desigualdades no se reproducen sólo hacia afuera. También hacia el interior de nuestras entidades bancarias existen mecanismos y estructuras que refuerzan las desigualdades de género y acentúan las brechas entre varones, mujeres y disidencias. Si bien en la mayoría de los bancos el personal se divide de manera equilibrada entre varones y mujeres (la participación de las disidencias merece artículo aparte) se observa que, a la hora de ascender en la pirámide jerárquica, las mujeres están muy poco representadas en los cargos gerenciales y puestos de toma de decisión. Por ende, tenemos como resultado un sistema financiero pensado principalmente por y para varones.
Buscando un horizonte de igualdad.
Atendiendo la realidad del sector financiero, y en línea con la decisión política del Gobierno Nacional de poner en el centro la agenda de la igualdad, a partir de diciembre del año 2019 el Banco Central de la República Argentina (BCRA) promovió una serie de acciones, iniciativas, productos y herramientas financieras para reducir las desigualdades de género, entre las que se destacan: la creación de la Gerencia de Promoción de Políticas de Género, Resguardo del Respeto y Convivencia Laboral, la aprobación del “Protocolo de intervención ante situaciones de violencia, acoso y/o discriminación”, la validación de la utilización del lenguaje inclusivo en las comunicaciones, expedientes, formularios, documentación y producciones de la institución buscando migrar paulatinamente de la masculinización del lenguaje a la interpelación de todos los géneros, y por último, otra acción no menor fue la realización del Primer Encuentro de Directoras de Bancos Públicos, que contribuyó a reforzar la importancia de que haya mujeres en los directorios de los bancos y en los cargos gerenciales. Ocupar esos espacios permite habilitar la posibilidad de pensar y diseñar políticas institucionales desde adentro de las entidades financieras –con miradas de diversidad– con el objetivo de generar ámbitos laborales más igualitarios e inclusivos y de ir corrigiendo las grandes desigualdades que hoy existen.
La importancia de estos avances radica en que, al tratarse del Ente rector del Sistema, tracciona al resto de las Entidades Bancarias a pensar políticas promocionales para aquellos sectores de la sociedad que enfrentan mayores dificultades a la hora de insertarse en el circuito bancario.
Todo esto es posible porque existe la voluntad política de trabajar fuertemente en la reducción de las brechas de género, fomentando igualdad de oportunidades, trato y resultados para todos y todas, hacia el interior y hacia el exterior del sistema financiero.
¿Cómo abordan los bancos públicos la agenda de género y diversidad?
A continuación, te acerco un breve resumen de las acciones impulsadas desde los principales Bancos Públicos – Ciudad de Bs. As. (Ciudad), Provincia de Bs. As (BAPRO) y Nación (BNA)- en materia de Género, Diversidad y DDHH, siguiendo las iniciativas planteadas desde el B.C.R.A.
A modo de síntesis podemos resumirlas en dos grandes grupos: por un lado, aquellas medidas que buscan reducir las brechas que existen hacia el interior de las instituciones y atender las situaciones de violencia en el ámbito laboral y, por otro lado, en el entendimiento de que no existe un cliente universal o único, aquellas medidas que buscan promover la elaboración de herramientas financieras que se adecúen a cada realidad. En este caso, las entidades bancarias se hacen cargo de las brechas de ingresos y los mayores obstáculos que enfrentan las mujeres a la hora de acceder a financiamiento.
Si bien los avances registrados son significativos, aún queda mucho por hacer. Para ello resulta imprescindible sostener el compromiso, del sistema financiero en general y de los bancos públicos en particular, de trabajar mancomunadamente en la construcción de un horizonte de igualdad.