Politicemos la educación

“La educación del pueblo no se vende, se defiende”. Esa consigna repetida tantas veces durante los últimos años de democracia argentina, tomó fuerza e impulso el pasado jueves 30 de agosto cuando más de 300 mil personas acudieron al Congreso de la Nación para marchar rumbo a Plaza de Mayo y mostrar que hay una sociedad que firme y unida rechaza férreamente la magra oferta salarial a los docentes universitarios, pero, sobre todo, rechaza el ajuste feroz en la educación pública. El reclamo tomó importancia por la transversalidad que llevaba, siendo que a la marcha asistieron gremios de docentes y federaciones estudiantiles de nivel superior y secundario de todo el país, más el público que no pertenece al ámbito educativo. Ni la lluvia, ni el viento y mucho menos el frio pudieron detener lo que fue una movilización que dejó visible el profundo descontento que hay hacia un Gobierno que ya no tiene plan de gestión, y que su único objetivo es llegar a octubre del 2019 con alguna chance de permanecer en el poder.

En el medio de un día en donde se sintió fuertemente la crisis económica debido a la feroz suba del dólar, distintas agrupaciones de docentes y estudiantes lideraron una protesta que reflejó la bronca de una gran porción de la sociedad que necesitaba salir a la calle a descargar la bronca que venía acumulando. Porque mientras el peso argentino se devaluaba a un ritmo acelerado y los salarios bajan cada vez más, el Presidente y sus ministros solo atinaban a dar mensajes vacíos y absolutamente despegados de la realidad, queriéndole hablar a “los mercados” y no a “la gente”, con todo lo que esto implica y con las consecuencias que trajo anunciar acuerdos inconclusos. Este panorama económico se reflejó justo el día en que miles de personas levantaron bien alto la bandera de la educación pública y le demostraron al Gobierno nacional que en este tema no hay grises ni acuerdos posibles sobre la base del desfinanciamiento a las universidades, hay un reclamo claro y conciso.

La discusión sobre la política educativa del gobierno de Cambiemos trae consigo una larga lista de reclamos y conflictos en estos tres años. Desde la negociación paritaria con los maestros de las provincias año tras año, hasta la discusión de estos días respecto al presupuesto para las universidades. En estos dos casos hablamos de cuestiones relacionadas netamente con el salario docente, pero también hemos tenido movilizaciones contra la creación de la UNICABA en la Ciudad de Buenos Aires, el rechazo al Operativo Aprender, la tragedia ocurrida en Moreno producto de la desidia del Gobierno de Vidal y ahora también los reclamos contra la eliminación de materias en las escuelas técnicas del conurbano bonaerense. Todas estas cuestiones reflejan el modelo educativo planteado por el Gobierno, emparentado directamente con cuestiones técnicas, lejanas a lo político y que buscan constituir una educación pública disciplinada que no mantenga relación alguna con debates de fondo que afecten a la mayoría de la población .La famosa frase de “no politicemos la educación” es un fiel reflejo del tipo de modelo educativo que busca implementar Cambiemos desde que llegó al poder, en consonancia con el discurso de la “anti política” diseñado por Duran Barba y que es extraído desde el comportamiento social diario.

Está claro que en los años de gobiernos populares en la Argentina se ha avanzado en materia de educación y no solo desde la cuestión económica como puede ser la Ley de Financiamiento educativo, o las paritarias docentes casi siempre por encima de la inflación, sino que también se ha llevado al debate de la educación hacia un terreno más ideológico, en donde el debate de qué tipo de escuela o universidad queremos sea en pos de entender a la educación pública como una cuestión de Estado con soluciones políticas, y no empresariales. Por supuesto que esto no es suficiente y han quedado cuestiones pendientes que son de suma importancia, la problemática de la infraestructura en las escuelas del conurbano, o la concreta implementación de la Ley de Educación Sexual Integral, por citar dos ejemplos.

En relación al tema específico del que comenzamos hablando, podemos decir que la creación de distintas universidades en el conurbano bonaerense refleja la idea de buscar considerar la educación de nivel superior como un derecho, y no como un privilegio o algo inalcanzable para ciertos sectores sociales. Es por eso que a la marcha asistieron no solo estudiantes involucrados en la política universitaria o secundaria, sino que también se hicieron presentes aquellos que nunca se interesaron por este tipo de reclamos hasta que se sintieron involucrados y ahí sí hicieron visible y defendieron su derecho a poder estudiar en una Universidad pública de calidad y con presupuesto nacional.

Queda claro entonces que la defensa a le educación pública tiene un núcleo sólido de personas que la contienen, entendiendo y viviendo a diario la lucha por una mejora de la calidad educativa que tanto docentes como estudiantes llevan adelante en cuestiones que van más allá del rol que a cada uno le toca. Las cientos de miles de personas que salieron a las calles bajo la lluvia (que siempre le agrega un tono épico a este tipo de actos) reclaman por una solución política de este conflicto, porque saben que la educación es, ante todo, política y que cualquier intento por separar estas dos cuestiones bajo un argumento conciliador solo tiene como objetivo acallar voces y desvalorizar luchas históricas que se dieron en nuestro país.

Alejo Spinosa
alejo@huellas-suburbanas.info