
07 Abr Planificar la sensatez
Por: Gustavo Zapata
Sec. Gral. CTA
Morón – Hurlingham – Ituzaingó
En momentos de desastres naturales (aún queda por probar la hipótesis de guerra bacteriológica desatada) quedan en evidencia miserias y grandezas.
Lxs trabajadorxs organizadxs y no, están dando un ejemplo de los que siempre dan. Lxs que hacen todas las cosas y conocen el valor real de la vida y sus necesidades, ponen todo lo que tienen para resolver. Aportando los hoteles sindicales, repartiendo comida, fabricando elementos de seguridad, poniendo el cuerpo en hospitales, recogiendo la basura, distribuyendo productos esenciales… entre otros miles de aportes que permiten que una sociedad, que a veces los ningunea… o vota a sus verdugos, siga existiendo lo mejor posible.
Un gobierno que ha llegado para reparar los agravios y saqueos de 4 años de retroceso al pre-peronismo, se pone a buscar soluciones para el conjunto social, empezando por los que peor la pasaron. Pero no olvidándose del resto de los damnificados del ataque neoliberal macrista. Haciendo equilibrio entre las ruinas y con suma prudencia, avanza en medio de contradicciones que de un lado se muestran salvajes, como lo es todo fascismo disfrazado de liberal centrista.
Los grupos económicos están mostrando toda su indecencia insolidaria, desplegando estrategias de desgaste desde los precios descontrolados por un aparato estatal insuficiente, desde el control concentrado de alimentos básicos y recursos naturales monopolizados por generaciones de injusticias y latrocinios legalizados por sus gobiernos cómplices.
Del mismo modo y con la misma mano que pulsa la tecla del traspaso de capitales vía electrónica hacia paraísos fiscales para no pagar impuestos, dan la orden de despido de miles de trabajadorxs por considerarlos un costo evitable en la pandemia. Pero el destino de ese mensaje es otro: tirarle desocupados a un gobierno que dice y hace en función de la protección de las mayorías populares.
Los empresarios que controlan los servicios se resisten al congelamiento de sus abusivas ganancias y amenazan con cortes de servicio…
Sus medios de propaganda y difusión/domesticación/educación ideológica son reforzados por call centers/centros de reproducción de mensajes individualizados en una población aislada, que a veces tiene como único medio de comunicación la pantallita personal.
Viejos prejuicios antiobreros, antisindicales, racistas, de odio de clase y resentimiento planificado desde los dueños de todas las cosas hacia los que acaso sueñen con compartirlas… son trabajados con nuevas tecnologías que buscan remachar en las cabezas la vieja táctica de la división, en una estrategia de rencores direccionados. Las fábricas del encono buscan revestir de nuevas características a sus eternos objetivos: ayer los choriplaneros, hoy “los políticos”, mañana…
Hay quien dice que la lucha de clases es una categoría inservible para comprender los nuevos tiempos. Hay quien pide, aunque en la práctica nunca pasan del enunciado o demuestran un solo ejemplo de cómo hacerlo, la estatización y el control obrero sobre todo.
Quizás sean tiempos de avances y propuestas audaces, que contengan mayorías, que reflejen intereses masivos y aíslen angurrias minoritarias. Y será nuestra tarea más importante generar la organización y la conciencia para sostener esas medidas. Y que la salida a esta crisis planetaria tenga, en este rincón de la injusticia, un poco más de decencia planificada para que realmente todxs tengamos país y patria.