Nueve años de Huellas en el camino

“Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa; el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio, y por lo tanto, molestar”. Horacio Verbitsky

Otro pequeño aniversario desde aquel lejano, en todo sentido, agosto de 2014, cuando decidimos crear las Huellas Suburbanas, con enclave central en territorio moronense, pero siempre en articulación y colaboración recíproca con comunicadores y periodistas de diversas regiones del país y naciones vecinas de nuestra Patria Grande, sin olvidar las colaboraciones que hemos sabido recibir desde Inglaterra o Suiza. De la esperanza a los primeros tropiezos. De la recuperación cuasi refundacional, a ser parte activa de la severa crisis de la industria editorial en un marco inflacionario que ya se torna inaudito e insoportable, y que debilita hasta el filo de la bancarrota a aquellos medios regionales, comunitarios, de pequeña tirada y que persistimos en ofrecer una versión impresa como parte del esforzado trabajo que llevamos adelante, desde rincones deliberadamente discretos y silenciosos de nuestra comunidad.

A través de esas sendas recorridas, no podemos sostener desde esta columna editorial, que este repaso tras 9 años de publicación continua, sea motivo de orgullo, cuando para sostener esta herramienta informativa, nos toca atravesar un sinfín de penurias, privaciones desde las más elementales hasta las más sofisticadas que no están siquiera en nuestros planes alcanzar. Por no mencionar tensiones, presiones insensatas para publicar o dejar de publicar tal o cual artículo, sugerencias siempre infames para “bajar” tal o cual nota de ocasión, y una sarta de intereses ajenos a la práctica del periodismo, que pululan a nuestro alrededor y que algunas veces impactan contra nuestra débil estructura, lastimándola en más de una triste ocasión.

Y todavía cantamos, a pesar de las pequeñas – múltiples derrotas y las escasas aunque siempre dulces “victorias”, que nos hayan podido acontecer en este proyecto de tipo informativo y de opinión periodística a lo largo de este tiempo.

Mientras tanto… mientras tanto…

Seguimos en nuestra observación de acontecimientos, en nuestra comprobación desde la praxis en muchas ocasiones, de lo que pasa y desde dónde lo elegimos exponer. Y seguimos reiterando que todo aquello que un gobierno estropeó de la planificación existencial en vastos sectores postergados de nuestro pueblo, el que le siguió y se encamina a finalizar, al menos ahora formalmente, su mandato, tampoco logró resolver para esos nadies silenciosos y totalmente expulsados de las agendas multimediáticas. Esos nadies a los que los grandes multimedios únicamente colocan en pantalla para universalizar la pobreza supuestamente como elemento ineludible y constitutivo de la delincuencia, la marginalidad y las adicciones. Viejo y remanido “vicio” editorial que muchos medios disfrutan realizar desde tiempos inmemoriales, y sin que nadie les ponga un coto a tales prácticas generadoras de una opinión discriminatoria y racista entre amplios sectores de nuestras clases trabajadoras medias bajas, medias y medias altas. Pero tampoco es cuestión de adjudicarle toda la culpa a los chanchos… sino a aquellos que les dan de comer. En este caso, a sus mega-financieros que los impulsan y condicionan, y también a las autoridades de las áreas estatales pertinentes, que finalmente y tras falsas pujas pensadas más para “la tribuna” que para dar las disputas específicas en la realidad concreta, terminan mirando para otro lado, y permitiendo que esa generación de sentido siga su libre curso, quién sabe hasta qué extremos de racismo e intolerancias varias, aún por dilucidar.

Por cierto, todo ello trasciende al escenario electoral vigente, plagado de liviandades y una escasez programática abrumadora por donde se la mire. Nada es casual, tampoco lo es la baja concurrencia a votar en casi todos los escrutinios provinciales que se han desarrollado hasta el momento.

Seguramente habrá algún incremento en la asistencia a votar luego de las PASO, pero ello no tiene nada que ver con una definición altruista, con un compromiso de índole cívico a favor de un ejercicio democrático. Simplemente, son millones de compatriotas que irán a votar porque no les queda otro remedio, algunos se auto “eximen” en las Primarias Abiertas, otros elegirán con un muy escaso entusiasmo, unos cuantos apelarán al descarte, y otra mitad quizás, de la totalidad que concurran al cuarto oscuro, tendrán alguna clase de certeza y convicción en la decisión que están tomando. Pareciera poquito, tratándose del 40º aniversario de la recuperación democrática en nuestro país. Pareciera que todos tenemos unas cuantas deudas pendientes que solucionar, para que el descreimiento social por el amplio concepto de la democracia, no continúe ampliándose frente a cada episodio de inseguridad o avance del narcotráfico en ¿Varias? Regiones del territorio argentino.

Así las cosas, pareciera que las dirigencias debieran ocuparse con suma celeridad en los asuntos más profundos y esenciales, y pareciera por el contrario, que la loca carrera por la disputa de pequeñas cuotas de poder (y con ello, de contratos y recursos públicos a repartir discrecionalmente) se llevará puesto todo lo que resta de este año y los primeros meses del próximo. Por lo cual, lo esencial, la más profunda matriz cultural que tiende a correrse hacia extremos signados por la intolerancia, la abulia y el individualismo, seguirán libres de avanzar cual virus mutante por todo el suelo y el subsuelo de nuestra patria, sin superhéroe alguno que esté dispuesto a ir hasta las últimas consecuencias, en su afán de salvar al pueblo y resignificar el rumbo de la nación.

Nueve años de Huellas Suburbanas. Aún nos queda aire para dar testimonio de esta y otras cuestiones, y a sabiendas que cuando se apaguen los micrófonos y las cámaras de televisión, y la cotidianidad con toda su carestía vuelva a pegar, implacable, sobre nuestro pueblo, volveremos a recordar aquella genialidad de Rodolfo Walsh, cuando nos enseñó esa máxima irrebatible, que reza aquello de que “… el pueblo aprendió que estaba solo, y que debía pelear por sí mismo, y que de su propia entraña sacaría los medios, el silencio, la astucia y la fuerza…”

Daniel Chaves
dafachaves@gmail.com