“No podemos permitir que nuestro país termine siendo una isla para el desembarco impune de las grandes potencias”

Entrevista a Jorge D´Andrea, presidente del PJ Morón

Hemos conversado en varias ocasiones con Jorge D´Andrea. Siempre afable y preclaro en su enfoque de coyuntura, recibió a Huellas Suburbanas en su despacho del sindicato que encabeza desde hace algunos años, ATSA Hurlingham (Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina), para analizar coyuntura política y sindical nacional, y por supuesto el rol que le cabe al peronismo en la hora presente. Con un paisaje netamente moronense que asomaba a través del ventanal de su oficina, los árboles añosos de la plaza San Martín, y el palacio Municipal fueron el telón de fondo que nos acompañó en el diálogo que reproducimos a continuación.

Llega la casa nueva…

Si, la verdad es un gran esfuerzo de los compañeros. Tener una sede desde la cual el peronismo pueda desarrollar un mayor protagonismo político. Un lugar donde poder debatir el presente y por sobre todas las cosas, mirar hacia el futuro. Cuando uno ve a tantos jóvenes con ganas de participar, de instruirse, de ser protagonistas del futuro, creo que lo mejor que podemos hacer quienes ya pasamos esa etapa de la vida, es ayudarlos. En parte, el esfuerzo de haber alquilado esa casa está orientado en dicho sentido. Para que podamos sentarnos allí todos los peronistas, y donde podamos juntarnos con todos aquellos que pensemos un proyecto nacional popular, y en eso no puede haber distinciones partidarias

¿Cuáles serían los objetivos en común para lograr esa confluencia?

Pelear por los más necesitados, por el trabajo para aquellos que no lo tienen y para defender los puestos de quienes aún los poseen, por los movimientos sociales y sus reivindicaciones. Y además hay que incorporar a los empresarios, las pymes, los comerciantes, las cámaras empresarial y de comercio, a los profesionales. Porque el problema que afrontamos en nuestro país ya excede a un gobierno para encarar la reconstrucción de la ruina que nos van a dejar. Lamentablemente vemos día a día el deterioro del poder adquisitivo de los trabajadores, en franco aumento. Las pymes siguen cerrando sus puertas, siendo como son la contención económica de mucha gente. Ni que hablar del poder adquisitivo de los jubilados, y del flagelo de los tarifazos. Estamos en una crisis que se revela muy superior a la del 2001, con una gran insensibilidad de los gobiernos nacional, provincial y municipal, sin voluntad para escuchar la problemática de los trabajadores.

Hace poco más de dos meses que presidís el PJ de Morón. Días atrás se desarrolló un congreso partidario provincial en La Matanza, de donde se salió con la decisión de establecer una política de alianzas. ¿Cómo puede incidir en el ámbito no sólo provincial, sino además en el plano municipal dicha resolución?

Ante todo, me reconforta que el congreso provincial haya tomado como bandera unificar criterios con todo el peronismo y el campo nacional y popular. Creo que es algo que nosotros venimos haciendo, más allá de los posicionamientos personales que puedan tener cada compañero o compañera. Creo que esta decisión avala la tarea que venimos realizando. Seguramente tendremos que despojarnos de ambiciones personales, que son naturales dentro de la política. Porque hoy, más que nunca, está primero la Patria, que es lo que realmente está en riesgo. Entonces debemos hacer un gran esfuerzo para aunar criterios entre todos quienes formamos parte del campo nacional y popular, donde los trabajadores, tanto los activos como los jubilados,  deben ser el emblema de cualquier proyecto económico y político.

Hay que reconstruir la matriz productiva…

Lamentablemente, este gobierno destruyó esa matriz productiva nacional, y esto es central para entender el deterioro constante en la vida de los argentinos. Estamos todos incluidos en ese drama. Desde los rubros de servicios, hasta las ramas productivas de base, de la construcción, todos pagamos el costo de esta política gubernamental. Hoy tenemos a cientos de miles de compatriotas que se han quedado sin su obra social, que era el refugio de la salud de las familias. La salud pública, desfinanciada, hace lo que puede en el marco de un desborde absoluto. Por todo esto, me reconforta la madurez de la dirigencia partidaria, porque tenemos que hacer todas las alianzas que sean necesarias para comenzar a reconstruir una patria, que está desgarrada.

Se suele leer o escuchar la consabida idea de que el peronismo tiene que volver a enamorar. ¿Qué proyectos son, o deberían ser, los adecuados para lograr esa mística y ese acercamiento con una porción de la sociedad desencantada con el peronismo, y con la política partidaria en general?

Primero, recordar siempre una autocrítica. No nos ganaron: lo perdimos nosotros. Tenemos que pensar más como argentinos que como dirigentes políticos o gremiales. Necesitamos de todos para enderezar a una Argentina que no merece pasar lo que está atravesando. Tenemos que lograr dignificarles lo que les queda de vida a nuestros viejos, y me preocupa muchísimo el horizonte para nuestra juventud. También acá entra en juego la educación. Cuando deja de ser un problema del Estado Nacional, sino que se traslada todo a las provincias o los municipios, se la está dejando de atender. Es otro pilar esencial, tan desatendido como la salud pública. Estoy convencido que tenemos muchos hombres y mujeres capaces, no necesitamos inventar nada. Desde el peronismo, tenemos todo en nuestra doctrina. Y hay que trabajar.

Peronistas son todos, decía uno que sabía bastante del asunto… (risas)

Muchos se dirán peronistas, así es. Pero hacer peronismo desde la doctrina es otra cosa, no es fácil, hay que comprometerse mucho con la realidad. No podemos vivir alejados de los reclamos de nuestra gente. Cualquier vecino, cualquier trabajador, hoy nos reclama la unidad. Si no somos capaces de atender esos pedidos, es que estamos haciendo las cosas al revés. A esta democracia tenemos que defenderla con políticas públicas, que permitan esclarecer además a nuestra gente con respecto a la importancia que tiene la democracia para la vida de un país. Caso contrario, judicializar la política es meterla dentro de un terreno que hace al descrecimiento de la sociedad. Y hay que demostrar y convencer de que desde la política surge el camino que nos lleva a una sociedad mejor. Tenemos que acostumbrarnos al disenso. Tenemos que enmarcar a la Argentina como meta, y no a los hombres y mujeres y sus múltiples ambiciones personales. Si cada uno se queda pensando en sus propios objetivos, no podremos saber interpretar al resto de la sociedad.

¿Cómo ves a la CGT? ¿Se avizora un plan de lucha, o una continuidad similar a lo actuado en los últimos meses?

Te soy franco. Si fuera por los compañeros que estamos en el MOPOSI, todos aquellos que sufrimos las consecuencias de este plan de ajuste, ya estaríamos en la calle. Necesitamos una posición mucho más crítica de parte del movimiento obrero, de la CGT. Tenemos que ser capaces de escuchar realmente a los trabajadores, y veo que estamos muy distantes de la reacción que deberíamos haber tenido desde mucho antes, por lo menos dos años atrás. Nos decían que había que darle gobernabilidad al Presidente… y deberíamos haberle dado institucionalidad, pero no perder nuestros derechos con tal de darle gobernabilidad al mismo que trata de dañarnos, de quitarnos el trabajo…

¿Y entonces, por dónde pasa el rumbo deseable?

Estoy convencido de que, quitándoles derechos a los trabajadores, es imposible que tengamos una Argentina más justa y más sólida. Cuando los trabajadores, a partir del gobierno de Néstor Kirchner en 2003, empezamos a tener la posibilidad de contar con un Presidente que pensaba del medio hacia abajo en la escala social, los trabajadores empezamos a reivindicarnos con salarios un poco más justos, mayor cantidad de fuentes laborales… era un Estado que atendía cuestiones sensibles como la salud y la educación. Tener universidades en el conurbano para hijos de trabajadores, nosotros en nuestro gremio tener una escuela con 400 compañeros hijos de afiliados o parte de la comunidad, haciendo la carrera de enfermería. Y así en otros gremios, fue el fruto de esos 12 años de crecimiento para el trabajador y su familia. Por ahí pasa el rumbo. Y como contrapartida, al perder buena parte de eso, también se pierde el sentido solidario entre compañeros, cuidado con eso.

Es un elemento central del neoliberalismo eso que señalás: lograr el individualismo como “Meca” única de salvación.

Para mí, que lo pienso desde el peronismo, el ser solidario es saber cuándo darle una mano a un compañero. Hoy tenemos todas las herramientas y los cuadros militantes para volver a enamorar a una sociedad que perdió la fe en la política. No olvidemos el fraude que este gobierno les hizo a sus propios votantes con las promesas incumplidas de campaña. Lamentablemente, también tuvimos compañeros que habían crecido económicamente y se olvidaron de sus raíces, o bien compañeros que en campaña hablaban de los trabajadores, los jubilados y la juventud, y terminaron votando en el Congreso en contra de lo que habían prometido en su propia plataforma electoral.

¿Se le puede ganar, así las cosas, al macrismo este año?

Estoy convencido que vamos a llegar al triunfo. Este gobierno no puede continuar. Luego habrá que conducir a un país devastado, no será fácil reconstruirlo ya que, reitero, destruyeron toda la matriz productiva. No puede ser que exportemos, por darte un ejemplo, cuero, para importar zapatos…

¿Qué rol, desde el peronismo, le asignan al Estado en la reconstrucción de una Argentina industrial?

Es fundamental. Cuando uno habla de soberanía política, es cuidar lo nuestro. No se están cuidando las rutas marítimas, no se controlan nuestros ríos… si todo lo que entra y sale no tiene un adecuado control, las riquezas naturales que sigue regalando este gobierno… simplemente controlando todo ello, podemos darle vida plena a nuestra industria, y proteger a las economías regionales.

Incluso controlar con mayor severidad a la producción agropecuaria…

Seguramente. El Estado debe ser el Ente regulador para que todos los que vivimos en esta patria tengamos las mismas posibilidades. Desde ahí es que podemos recuperar la cultura del trabajo. Sostener el trabajo que tenemos, y darle empleo a seis millones de compañeros que sobreviven con planes sociales. El hombre se dignifica a través del trabajo. No podemos permitir que nuestro país termine siendo una isla para el desembarco impune de las grandes potencias. Por otra parte, tenemos una riqueza humana extraordinaria, una capacidad laboral envidiada por el mundo, y no puede ser que no tengamos suficientes fuentes laborales para todos.

¿Una conclusión breve para los desafíos que se presentan de aquí en más…?

Creo que en estos tres años nos hemos golpeado mucho. Y nos han servido de escarmiento. Es hora de que, quienes tenemos más años y quizás mayor madurez, junto a aquellos que ya están jubilados y han sido parte de nuestra historia, unidos al empuje y las ganas de los más jóvenes, sinteticemos esas experiencias: aquella sabiduría de antaño, nuestra fuerza y la energía juvenil, dispuestos a forjar una Argentina mucho más justa que la actual que nos toca vivir.

Daniel Chaves
dafachaves@gmail.com