
07 Dic Netflix y el discurso documental
Es llamativo como la plataforma de visionado online de series y películas Netflix ha ampliado de hace un tiempo hasta aquí su oferta de documentales de corte político histórico. En particular, dentro de esta categorización, resulta llamativo las propuestas cinematográficas que tienen como temática la revolución cubana, Cuba, la figura de Fidel Castro o del Che Guevara como protagonistas.
Vale la pena destacar entonces, que tipo de productos artísticos, con qué corte ideológico y desde qué lugar están enunciados tales producciones. Resulta pertinente destacar el documental recientemente agregado Cuba and the cameraman del periodista y director Jon Alpert. Este cineasta ha viajado numerosas veces a Cuba, entablando con este país y con su presidente Fidel Castro una relación cercana y entrañable. A lo largo de 30 años, a modo de bitácora de sus viajes a la isla, Alpert documentó con su cámara sus recorridos y las amistades que ha entablado en Cuba desde mediados de la década de 1970 hasta el 2016, año en que muere el comandante en jefe. Este recorrido cronológico de un extranjero por la isla nos permite ver en intimidad, y a partir de unas mismas figuras (tres hermanos agricultores, estudiantes, vecinos de la Habana, etc.) los cambios positivos y negativos que ha sufrido Cuba a lo largo de la segunda mitad del siglo XX.
Del mismo modo Alpert, nos ofrece una mirada respetuosa y al mismo tiempo cercana de la figura mítica de Fidel Castro, ya que este periodista estadounidense logró entablar una relación profesional estrecha con el comandante, lo que le permitió adentrarse dónde ningún otro periodista pudo, como por ejemplo en el avión de uno de sus viajes a Nueva York, y también en su hospedaje en dicha ciudad. De esta forma, el documental nos presenta una imagen humana, pero al mismo tiempo de una presencia y una fortaleza indescriptible de Castro. También, esta cinta nos muestra los avances en educación y salud que experimentó Cuba en las primeras décadas de la Revolución, la contradicción que el proceso revolucionario generaba en la sociedad, así como también las cíclicas crisis que el pueblo cubano debió afrontar gracias al bloqueo que Estados Unidos le impuso, y más adelante también, la gran crisis y posterior apertura de Cuba al mundo luego de la caída de la Unión Soviética, principal aliado comercial y económico de la Revolución.
De esta forma Netflix nos ofrece un producto ameno a la vista, lleno de la cotidianidad de los cubanos, desde un discurso directo y explicito, que deja al descubierto tanto la cámara como testigo, así como también al camarógrafo como investigador de campo, haciendo preguntas, inmiscuyéndose en el territorio e involucrándose sentimental y emocionalmente con los protagonistas de la historia, lo que se evidencia también en que Alpert hace partícipe a su familia de la producción.
Netflix ofrece otros dos documentales sobre cuba El Che y Cuba Libre (una mini serie con varios capítulos). Se destaca que las producciones ofrecidas por esta plataforma tienen un interesante espíritu documental, sin un evidente ejercicio ideológico, lo que permite diferenciar estas cintas de otros documentales de corte más examinadores como el dedicado a Gadafi titulado Mad Dog – Gaddafi’s Secret World, el cual está dedicado a desprestigiar la figura de Gadafi (basándose en muchos casos en rumores infundados) y no en mostrar de forma más documental la realidad de Libia. Podría ser una respuesta a esto que Mad Dog es una producción de la BBC y muchos de los documentales que tratan la temática de Cuba son producidos por productoras pequeñas, independientes o son realizados por Netflix.
Más allá de todo lo que se podría discutir acerca del género documental en sí y del criterio de selección que una plataforma mundial como Netflix adopta al momento de confeccionar su oferta, es interesante como esta herramienta de fácil acceso permite poner al alcance de la mano producciones diversas, de variadas temáticas, posturas, ideologías, etc.