
06 Abr Morón, desequilibrado
El sufrido simpatizante del gallito de Morón, parece que deberá acostumbrarse, una vez más, a sufrir durante una temporada que, transcurridas las primeras cuatro jornadas, arroja magras performances futbolísticas del tan mentado “equipo ofensivo” que propone, o al menos prometió su actual entrenador, Lucas Bovaglio, en estrecha articulación con la CD en uso de sus funciones.
Un equipo armado, como era de esperarse, de modo “gasolero”, con apuestas que no pasan de tímidos experimentos, con una idiosincrasia de pretendido elenco diseñado para salir a buscar los partidos en todas las canchas, pero que a la hora de la verdad, prosigue exhibiendo groseros errores en todas sus líneas, escasa construcción de juego, pocas situaciones de gol, una defensa que año tras año se “supera” en lo limitada que es, y las dudas que van tiñendo de gris el horizonte de un equipo que, de momento, cumple con las menos que discretas expectativas que había generado antes de iniciar el campeonato.
El último fin de semana posibilitó que el mediocre Gimnasia y Esgrima de la provincia de Jujuy, alcance sus primeros 3 puntos en el certamen, al vencer a Morón con un cómodo 2 a 0 en partido disputado en la mencionada provincia norteña, y que significó la segunda derrota al hilo en calidad de visitante para la institución señera del conurbano oeste bonaerense.
Cuando la ilusión y la realidad no pueden transitar de la mano por desajustes varios; cuando la seriedad de un proyecto se golpea frecuentemente y camina a los tumbos con más incertidumbres que certezas, respecto al camino que se viene transitando; entonces el Deportivo Morón pasa a depender del factor suerte. La suerte de que un fin de semana su rival de ocasión juegue peor que ellos. Porque, caso contrario, esto es muy sencillo: el gallo corre riesgo de irse más seguido de lo soñado con las manos vacías.
Es el momento de recapacitar, admitir errores, superarlos, barajar y dar de nuevo.