Médicos cubanos

Alain Delon es un famoso actor francés que además es millonario y conocido en su país por sus opiniones de derecha. En un momento de su vida tuvo problemas de salud y necesitó una operación ortopédica: los concejos médicos lo llevaron a Cuba.

El actor solucionó sus problemas y quedó tan agradecido que donó una gran cantidad de ambulancias (se habla de 200) de última generación para el sistema de salud cubano.

El “Chacho” Jaroslavsky, jefe del bloque de diputados radicales durante el gobierno de Raúl Alfonsín, también viajó a Cuba para hacer un tratamiento de rehabilitación.

Canadá y Cuba tienen pocas cosas en común, una de esas cosas es la tasa de mortalidad infantil más baja del continente americano.

Y podríamos seguir con los ejemplos, inclusive las anécdotas de muchísimas personas en el mundo beneficiadas por el sistema de salud cubano.

La pregunta más obvia es ¿Tan adelantada está la medicina en Cuba? ¿Cómo es esto posible en una pequeña isla bloqueada?

Si hablamos de tecnología es difícil pensar que Cuba tenga acceso a elementos más modernos que Alemania por dar un ejemplo. Lo que seguro sucede es que en Alemania cualquier tratamiento puede costar hasta cinco veces más que en Cuba.

El argumento anterior serviría para justificar la ecuación economía-salud, pero no explicaría por qué dueños de fortunas como Delon (no es el único) prefirieron Cuba a otros países con tecnologías iguales o superiores.

Allí habría que entrar en análisis de tipo político y social:

  1. El bloqueo frenó el acceso de Cuba de cuanto conocimiento tecnológico se tenga noticia, pero seguramente no fue tan duro en cuanto a los avances en salud, lo que puede haber facilitado el acceso a esos conocimientos por parte de los profesionales cubanos.
  2. La revolución cubana, por su dimensión humanística, impulsó el desarrollo de la medicina social, convirtiendo al médico en un personaje socialmente muy valorado.
  3. Al eliminar la medicina privada, la competencia entre grupos económicos por la posesión de adelantos científicos fue nula, lo que hizo seguramente desaparecer o minimizó el llamado celo profesional.
  4. Mucho debe haber tenido que ver en el desarrollo de los facultativos cubanos el hecho de que el Che Guevara fuese doctor en medicina. Recordemos que Ernesto Guevara propiciaba los estímulos morales frente a los económicos.
  5. La medicina alemana fue capaz de colaborar con un genocidio, la medicina cubana está en las antípodas de eso.
  6. El punto anterior es clave para entender a los poderosos que prefieren la salud cubana a otras. Están acostumbrados a ser tratados como consumidores en muchos rubros, pero qué pasa cuando uno de esos cálculos de debe-haber es su propia vida.

Turismo y salud

En Cuba, a partir de la caída de la URSS y el campo socialista europeo, se agudizó la falta de dólares. Una de las formas de obtenerlos fue mediante el turismo y también mediante el llamado turismo de salud.

Cuba siempre fue conocida por la belleza de sus playas, a las cuales agregaba la calidez de su pueblo y la tranquilidad, tranquilidad que se expresa en otro tema que comparte con Canadá y es la tasa más baja de criminalidad del continente.

Cuba entonces tenía a principios de las 90 dos formas de acceder a los dólares que precisaban (saliendo del mono cultivo de caña de azúcar): el turismo y la salud. Así hizo contratos turísticos con importantes empresas europeas que esquivaron el bloqueo yanqui.

En el tema salud la cuestión fue más complicada. Cuba ofrecía tratamientos en su propio suelo, lo cual restringía mucho el acceso. Entonces inició una serie de acuerdos con gobiernos y fuerzas populares para llevar su modelo sanitario a un conjunto de países y pueblos, así nacieron la “operación milagro”, entre otras.

Está claro que Cuba no sólo busca romper el bloqueo económico sino también su bloqueo político, difundiendo su sistema sanitario como una parte de su concepción social y política. Y esto es lo que más le duele a su poderoso vecino del norte y a la derecha en general.

La necesidad argentina

Argentina tiene un modelo sanitario donde el estado y las obras sociales garantizan en parte la cobertura de los servicios de salud, pero donde ha avanzado la medicina privada en forma importante. Lo que ha gravitado en los profesionales, generando el concepto de medicina-mercancía y hasta posiciones elitistas y aristocráticas. Por estas cuestiones es que cuando el gobierno de la Provincia de Buenos Aires dice necesitar 500 médicos de refuerzo ante la pandemia los números cierran, lo que no cierra es la disposición de esos profesionales a desplazarse a zonas muy humildes. O sea, en la Argentina actual médicos no faltan, lo que escasea son la solidaridad y vocación de servicio entre los mismos.

Las Brigadas médicas

Las brigadas médicas solidarias cubanas son entonces una formidable herramienta para suplir la posible falta de efectores de salud, pero vuelven locos a las élites que conducen los colegios profesionales y a las derechas neoliberales. Son un pésimo ejemplo para los mercaderes de la salud.

Gabriel Sarfati
gabriel.sarfati@huellas-suburbanas.info