
09 May Mala leche
Aquí estoy como buena pulga en la oreja, me asomo para leer los diarios (o portales más bien) para estar informada vió…
Ahora que la pandemia “ya pasó de moda” se me ocurrió ver qué está haciendo nuestro querido ministerio de Salud de la Nación, y me topé con la desafortunada decisión de dejar de repartir leche en polvo en los centros de salud de todo el país.
Rápidamente (tan rápido como puedo, soy una pulga) tipeo “nación deja de entregar leche” y me encuentro con una noticia del mismísimo Ministerio con una tierna foto de funcionarias de salud y de Anses con bebés en brazos (ajenos por cierto y morochos) donde nos explican que reemplazan la entrega de cajas de leche en polvo que se hizo históricamente en centros de salud, por un monto mensual que se actualiza trimestralmente a través de la Ley de Movilidad, y se deposita en la cuenta bancaria de quienes perciben AUH o AE. Además, anuncian que estarán trabajando para que esos fondos se traduzcan en una mejor alimentación y citan experiencias exitosas de transferencia monetaria que fomentan la corresponsabilidad de las familias, generando empoderamiento y autonomía, dando la posibilidad de elegir los alimentos y facilitando el acceso a una alimentación variada y acorde a las Guías Alimentarias Nacionales. Todo esto lo van a hacer sumando la astronómica suma de…… $800 pesitos en la tarjeta. Una ganga si lo comparamos con los 5.000 millones de pesos que el Ministerio destinaba a “acciones de nutrición”.
Como buena pulga que soy, voy saltando de oreja en oreja, cuando molesto demasiado salto antes que me aplasten. Así he tenido la posibilidad de recorrer el país y concurrir al “evento del mes” en los centros de salud de los lugares más recónditos que se puedan imaginar. Desde adentro de la oreja he escuchado cómo los trabajadores y trabajadoras se explayaban sobre la oportunidad que significaba la entrega de leche cada mes. Es un plomo porque implica más trabajo del que ya tienen (esa entrega viene con un montón de planillas para llenar y demás cuestiones burocráticas) pero les da la oportunidad de hacer controles de salud y detectar muchas situaciones “sociales”, no solamente enfermedades, además de hacer acciones de prevención y promoción de la salud.
El acceso a la salud es un tema pendiente en nuestro país, tanto en el sistema público como en el privado (pero dramático en el público) y una de las pocas acciones que acercaban a la población al centro de salud se acaba de reemplazar por 800 pesitos.
Evidentemente es una política elitista y totalmente alejada de la realidad, diseñada desde los “cráneos” que escriben Guías que se usan para equilibrar la pata de algún mueble desvencijado. Cuando leo empoderamiento, autonomía, posibilidad de elegir alimentos, acceso a alimentación saludable, me voy metiendo adentro de la oreja mientras me pregunto ¿Esta gente sale a recorrer la profundidad en la que está sumido el 50% de niños y niñas en situación de pobreza? ¿Será que piensan las políticas públicas para un cantón suizo? Pienso que esas dos cajas de leche eran la única posibilidad de no irse a dormir con la panza vacía de muchos niños y muchas niñas que al menos tenían eso a su alcance. Porque para comprar leche líquida con “mejor valor nutricional” que la leche en polvo necesitás una heladera y electricidad por ejemplo, “lujos” que muchas personas no se pueden dar.¿A ustedes no les parece una crueldad? Voy a hacer mía una reflexión que escuché desde adentro de la oreja de Silvio Soldán “¿Puede haber tanta maldad?”
Retomo mi búsqueda de portales, saltando de tecla en tecla, buscando las notas periodísticas de indignación, y encuentro una noticia idéntica pero denunciando al gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (del año 2021) y varias notas de las provincias de Mendoza, Corrientes, Tierra del Fuego y no mucho más. Como quien no quiere la cosa, veo una imagen del Presidente con su propio bebito recién nacido en brazos “dándole la mamadera”. Salto encima de la pantalla para verla más de cerca y confirmar que esa mamadera ESTÁ VACÍA, SEÑOR ¿será que pensaba llenarla con esa lechita en polvo que repartían en los centros de salud?
Cierro esta breve intervención de salto en salto, pensando
¿Qué hubiera pasado si Mauricio hubiera hecho lo mismo? Seguramente estaríamos pidiendo la renuncia de algún funcionario.
Y ahí nos encontramos con la opinión de quien supo ser su “secretario de gobierno de salud” luego de ser degradado el ministerio de salud, opinando lo siguiente: “Se está haciendo un ajuste sobre la población más vulnerable. Discontinuaron un programa histórico, que proveía a miles de centros de atención primaria. No solo se entregaba alto contenido nutritivo a los chicos, sino también a las madres. Era también una manera de conectar con los centros para que consulten oportunamente. Es una barbaridad”. Rubinstein también expresó preocupación porque considera que cada vez se podrá comprar menos leche, dada la alta inflación. “Y no nos queda otra que reconocer que Ni Mauricio se hubiera animado a tanto”.
Referencias:
https://www.latdf.com.ar/2018/05/suspenden-la-entrega-de-leche-en-los.html