Macri es el jefe espía sin corazón

El juez Martín Bava convocó al expresidente para este 7 de octubre, como también dispuso el procesamiento de la AFI macrista. El motivo de la citación es por el espionaje realizado a los familiares del hundido submarino ARA San Juan. La acusación es por inteligencia ilegal sobre los familiares. Nada nuevo bajo el sol. Lo indignante es que las pruebas demuestran que, mientras la familia desesperada buscaba información, sea positiva o negativa, Macri coordinaba los espionajes para que los familiares no sepan la tragedia del submarino. El mismo lo dice en su libro, confiesa que debía estirar esa situación. ¿Por qué? Por las elecciones.

 El juez Bava entiende que Macri coordinó todo esto desde la Agencia Federal de Inteligencia, entre 2017 y 2018: «Esas acciones buscaban influir en la situación política e institucional del país, puntualmente respecto a los reclamos que realizaban los mismos por el hundimiento de dicho submarino y la consecuente muerte de sus familiares, como así también apuntaban a conocer sus actividades, los lugares donde se reunían, sus datos personales y los de su entorno, como la identificación de sus referentes», dijo el juez.

 También deberán pasar por el tribunal el ex director de la AFI, Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, sumando cuatro procesados de la era Cambiemos. La base de Mar del Plata es una de las sedes que históricamente la SIDE tuvo en provincia de Buenos Aires y, desde allí, se siguió y fotografió a los familiares de los submarinistas. El juez entiende que la Agencia Federal de Inteligencia estaba en conocimiento de las acciones ilegales, y que además se reenviaban los datos al Presidente de la Nación, siendo este el argumento.

 También entiende que el contexto fue la agenda política del 2018, lo que explicaría por qué la AFI estuvo abocada a investigar a los familiares que reclamaban por sus seres queridos. Los seguimientos se hacían, a entender del juez, porque «podrían afectar a la gestión del entonces gobierno nacional» que encabezaba Macri. Y agrega: «Es claro que estas acciones ilegales no fueron ejecutadas por los agentes de base que por motu propio realizaron este espionaje ilegal, sino por el contrario, partieron de un interés político nacional que, en el final de la cadena, respondía al entonces Presidente de la Nación, ingeniero Mauricio Macri», resaltó Bava.

 La estrategia de Macri es victimizarse y denunciar persecución política. El problema de su abogado será sostener esa defensa en medio de una lluvia de pruebas en su contra. La ley se presume conocida y Macri no puede afirmar que no haya sido el principal beneficiario del espionaje ilegal. Seguramente apelarán todo, tanto la imposibilidad de salir del país como retrasar la declaración indagatoria, argumentando agenda de trabajo y las elecciones.

 El objeto de la estrategia es quitarse de encima al juez Bava, utilizando el Consejo de la Magistratura, cuya presidencia está en manos de la oposición, pero esa maniobra no tiene un futuro asegurado. Parece que la estrategia que mejor le queda es recusar al juez, fundado en que la acusación que se le hace es de competencia de otro tribunal. Como pasó con el camarista Martín Irurzún, quien le dio la razón a Arribas (amigo de Macri), un pedido de inhibitoria así podría resultarle más benigno, ya que las apelaciones irán al tribunal de Mar del Plata.

Mauri Delpir
Mauri.Delpir@huellas-suburbanas.info