
05 Jul Las ordenanzas de promoción de la agroecología
Una oportunidad para generar cambios profundos entre los seres humanos y con los bienes naturales
Recientemente se han sancionado ordenanzas en diversos distritos de la provincia de Buenos Aires, Lujan, Marcos Paz, 9 de julio, que promueven, de distinta manera, las producciones agroecológicas. En la mayoría de los casos se trata de complementar y avanzar por sobre las ordenanzas que prohíben o restringen la utilización de plaguicidas en las proximidades de los centros urbanos, las escuelas (rurales y urbanas) y los cursos de agua al mismo tiempo de promover la producción de alimentos en armonía de la naturaleza, seres humanos incluidos, en la búsqueda de alcanzar la soberanía alimentaria en sus múltiples dimensiones.
La agroecología es mucho más que u modo de producción, una ciencia o una alternativa productiva. La agroecología es un modo de percibir reflexionar y actuar en nuestra realidad agraria a partir de la cual perseguimos el fin de integrarnos nuevamente a la naturaleza, para desde allí recomponer los lazos entre los seres humanos y la armonía al interior de cada ser vivo. Buscamos restablecer el equilibrio a partir de instaurar y enriquecer flujos, ciclos y relaciones permanentes entre los componentes de los agroecosistemas, con el cosmos y la sociedad en la cual vivimos.
Ya en ocasiones hemos mencionado como el modelo agropecuario vigente y las políticas que lo sustentan, resultan un obstáculo para el desarrollo de la propuesta agroecológica así como su apropiación y puesta en práctica por parte de los productores/as. En este caso las políticas energéticas, fiscales, cambiarias y monetarias facilitan el desarrollo de la agricultura de tipo industrial en detrimento de la propuesta agroecológica. En los aspectos micro, la expansión de los cultivos transgénicos – en especial maíz – junto a la utilización de plaguicidas, puede contaminar a vegetales cultivados y animales criados bajo el modo de producción agroecológico con el consiguiente perjuicio productivo y comercial.
Ante esta realidad, la agroecología aparece como una propuesta integral para el desarrollo económico, social y cultural de las comunidades. Los policultivos, las asociaciones entre especies arbóreas y herbáceas, plantas anuales como perennes, son ejemplos de cómo las asociaciones recrean relaciones entre los mismos vegetales y su entorno físico y biológico potencializando los ciclos naturales de nutrientes, los flujos de la energía y los procesos hidrológicos. Por su parte la nutrición integral y armónica de los suelos, a partir del reciclaje de materiales orgánicos, determina una alimentación equilibrada de las plantas redundando en mejores posibilidades de crecimiento, desarrollo y lo que es evidente menores posibilidades de ataque de insectos y enfermedades- Estas plantas sanas, no contaminadas, con un equilibrio interno de nutrientes podrán alimentar de manera adecuada a los seres humanos.
A su vez la agroecología propicia la valorización del conocimiento local, del intercambio de saberes, el desarrollo local, la organización de los productores, y sus vínculos con los consumidores, así como la defensa de la soberanía alimentaria. Por todo esto, supera ampliamente los márgenes de una propuesta meramente técnica.
Si bien a partir de cada situación particular, desde las dimensiones ecológicas, ambientales, económicas y culturales, y los propios deseos y objetivos de los productres/as ; las propuestas de acción desarrolladas en las unidades productivas son diferentes es posible hallar ciertas semejanzas en la incorporación de la diversidad biológica, la nutrición adecuada de los suelos y el manejo ecológico de insectos, enfermedades y plantas silvestres. Es así como se reconocen; la siembra de abonos verdes, la confección de aboneras, la cría de lombrices, el laboreo mínimo del suelo, la aplicación de abonos foliares, la incorporación de asociaciones de cultivos en el tiempo de tipo arbóreo, arbustivo o herbáceo. De la misma manera se observa un patrón común en la búsqueda de articular la producción con la comercialización; para lo cual se fomentan la convalidación de los canales cortos dentro del mismo territorio productivo. En este caso se promueven las ventas en el predio, en ferias y en mercados de concentración locales, como una manera de promover el acceso a alimentos de probada calidad, a precios adecuados a los consumidores locales, reduciendo los gastos en intermediación, y evitando la contaminación de los alimentos durante el transporte. Se combinan así las propuestas de comercio justo junto con el desarrollo de las capacidades locales. Incluso en algunos de los distritos se están implementando sistemas participativos de certificación agroecológica de tal manera de poder crear un reglamento y un comité de seguimiento tal que se pueda monitorear en cada predio el cumplimiento de los acuerdos. En este caso no solo la instauración de agroecosistemas sustentables, sino también acabar con el trabajo infantil y lograr adecuadas condiciones de vida y trabajo para las familias productoras y los trabajadores/as. A su vez facilitar el acceso a alimentos sanos y nutritivos a toda la comunidad y no solo a aquellos que puedan pagar los altos precios de los alimentos de origen “orgánico” tal como sucede en la actualidad.
Se trata de una oportunidad excelente de combinar aspectos ambientales, sociales, económicos, culturales para producir alimentos sanos, en cantidad suficiente y a precios justos dentro de la denomina economía social y solidaria