La puerta que se abrió: el feminismo en todo y en todxs

Me gusta mucho escribir en Huellas Suburbanas. Es un espacio abierto, libre, sin restricciones político-ideológicas y además, mis compañeros son compañeros y buena gente. Por eso, me atrevo en esta pequeña columna cultural que me toca todos los meses, hablar de lo importante en este momento: el movimiento feminista, el cual es también algo que se milita desde el arte hace mucho tiempo, tanto como en la política.

Gracias al universo, sucedieron tres hechos que significaron un antes y un después en la evolución del movimiento feminista en la Argentina, y vale la pena destacar, sucedieron en el ámbito de la televisión y el espectáculo: la denuncia de Calu Rivero a Juan Darthes, los espantosos dichos de “Facu” Arana y las desafortunadas primeras palabras de Araceli González. Tres actores opinando de temas de actualidad. Es interesantísimo pensarlo desde una perspectiva de análisis cultural, ya que marca la incidencia de los medios de comunicaciones y de la industria cultural en los temas relevantes de la agenda social. Gracias a estos tres hechos, casi consecutivos, se inicia un proceso de resemantización de uno de los programas más criticados de la televisión argentina: INTRUSOS. Digo resemantizacion ya que un programa que supo lucrar con la vida privada de las personas, instigar a la violencia y a la cosificación de la mujer, pero que ha logrado dar un giro, consciente o inconscientemente hacia la apertura de un espacio de debate e interpelación directa a un público de gran llegada. Quién iba a decir que en el 2018 Jorge Rial iba a ser de los periodistas más vanguardistas y progresistas respecto a temas de género de la televisión argentina. VER PARA CREER, señorxs.

Estos hechos que parecen nimios episodios de la farándula argentina, suceden en simultáneo con la temporada de premios de las industrias cinematográficas más importantes del mundo: Los Golden Globes, los Premios BAFTA, y los Premios Oscar, por supuesto, entre otros. Quiérase o no, la temporada de premios es de suma importancia para la denominada industria del espectáculo: además del arte, los actores, directores, productores, y demás agentes de la industria, deben ganarse la vida para vivir, y la obtención de tal o cual estatuilla, los posiciona de manera diferente en el mundo cinematográfico, cotizando su caché de acuerdo a esto mismo. No son premios ingenuos y puro espectáculo, son de gran impacto económico, inclusive político y hasta podemos decir más, son inclusive, reproductores del sistema que mejor ha perpetuado los modelos económicos, sociales y políticos a lo largo de la historia, el sistema patriarcal. Todas las categorías tienen su acepción femenina y masculina (mejor actriz/actor, por ejemplo), excepto, uno de las estatuillas más codiciadas de estos premios: mejor director. Y sólo una mujer en la historia de los Oscar ha logrado obtener esta estatuilla: recién en el año 2008 Kathryn Bigelow la ha ganado, por su film The Hurt Locker (y solo cuatro mujeres fueron nominadas a lo largo de la historia de los premios). Lo mismo sucede con los nominados en cualquier categoría que sean de la comunidad negra u homosexual. Entonces no es sólo show business, es reproducción de un sistema que oprime a las minorías y que perpetúa económicamente a la propia industria.

Sin embargo, todo este afloramiento del debate sobre el feminismo y la toma de valor de las mujeres a denunciar tratos desiguales, abusos e injusticias, no solo se está llevando acabo aquí en nuestro país (que vale la pena decir, es de avanzada en cuestiones de derechos humanos y civiles) sino también en la industria cultural mundial. En la pasada entrega de los Golden Globes, llevada a cabo el 7 de enero, todas las artistas nominadas y que asistieron al evento, fueron vestidas de negro, un gesto simbólico de condena a las desigualdades de género llevadas a cabo por la propia industria. ¿Todo esto por qué? De nuevo la televisión legitimando lo que muchas veces la justicia tarda en procesar: La denuncia por abuso contra Kevin Spacey, uno de los actores mejores pagos de EEUU. Ya en la serie que protagoniza con Kristin Thompson, había denunciado que, por el solo hecho de ser mujer, ella cobraba un sueldo mejor que su compañero. Reproducción del sistema patriarcal, señorxs.

Entonces, vale la pena aclararlo, las palabras importan. Por eso los medios son los grandes orquestadores de los poderes palpables y de los simbólicos también. Porque la palabra legitima o deslegitima. A las feministas, se las llama feminazi. ¿Feminazi? ¿Acaso saben lo que hicieron los nazis? Porque salir a hablar, escrachar ante la falta de acción de la justicia, no es lo mismo que Auschwitz, no es lo mismo de que una mujer muere asesinada cada 18 hs. ¿Y después dicen que le temen al brazo fundamentalista del feminismo? Parece una tomada de pelo. Hay que leer, hay que informarse, no hay que repetir discursos. Quieren instalar la idea de que el feminismo es el odio a los hombres. A eso le contestamos, y acá cito a la gran Florencia Freijo: el feminismo es la búsqueda en la equidad de los vínculos. Vínculos laborales, comerciales, artísticos, amorosos, de amistad. Igualdad. ¿Por qué molesta tanto? Por que evidencia que el ser humano siempre necesitó de un chivo expiatorio a quien explotar para que el propio sistema funcione: esclavos, pueblos originarios, África entera, las mujeres. Las cosas como son. Explotación, señorxs. Pero como todo, así como hubo diferentes procesos de descolonización, como estuvo Mandela, y muchos otros que se pusieron al hombro la liberación de las minorías oprimidas, hoy en día, es la liberación de la injusticia social que viven las mujeres en todo el mundo. Hoy nombramos las cosas por su nombre: no es piropo es acoso, no es cortejo es abuso, no es crimen pasional es femicidio, no es ser histérica, no es no.

En esta próxima entrega de premios Oscar que se llevará adelante en unas semanas, hay nuevamente una mujer nominada a mejor director (mejor dirección creo que sería una denominación más pertinente): la talentosa Greta Gerwing. Hermoso momento histórico estamos viviendo las mujeres, y en el cine, en las artes también se acompaña la evolución del movimiento.

A todxs aquellxs que lean esta pequeña columna, les aclaro: el uso de la x es una decisión política, si se quiere, feminista: es el incluir a todos y a todas en una misma palabra, nadie antes y nadie después, todxs en la misma escala. Porque eso es el feminismo: igualdad, inclusión, justicia. Como dijo otra actriz talentosa Bimbo Godoy: no le tengan miedo al feminismo. Es la búsqueda que intenta construir una sociedad mejor, no homogénea, porque las diferencias hacen la grandeza, pero sí horizontal, sin jerarquías por cuestiones de género. ¿Hay otras jerarquías a vencer? Puf, muchísimas! Todas las que mantienen al sistema capitalista y liberal que se apoderó casi de todo el globo terráqueo. Pero “el que mucho abarca, poco aprieta” y vamos todxs por una batalla a la vez.

Rocío Rivera
rocio@huellas-suburbanas.info