La Minería de litio y su incidencia en todos los derechos humanos

En el número anterior tratamos de presentar la problemática asociada a la extracción de litio y su vinculación con la fabricación de baterías destinadas a almacenar energía eléctrica, con las cuales se intenta reemplazar al petróleo como combustible. Se persigue el objetivo de reducir la emisión de gases de efecto invernadero, y de adaptarnos de manera desigual  y acrítica al cambio climático. Trataremos en esta nota de avanzar sobre cómo pueden vincularse la extracción de litio con el no respeto de los derechos humanos. Si bien los derechos civiles son los que mencionamos con mayor frecuencia en la vida cotidiana, ya sea por la búsqueda de su consecución como cuando no se respetan, a lo largo del tiempo se han logrado incluir otra serie de derechos propios e inherentes de los humanos, pero que pueden extenderse desde una mirada bio-céntrica a toda la naturaleza.

¿Cuáles son estos derechos, que son vulnerados por la extracción de litio?

Son varios y relacionados entre sí, entre ellos cabe mencionar: a- El derecho a vivir, trabajar, soñar en un ambiente sano. En este sentido, la actividad minera vulnera este derecho cuando se extrae agua de la tierra, a fin de purificar la salmuera donde se encuentra y extrae el litio,  para separarlo de otros compuestos químicos por evaporación. Se utiliza agua de las entrañas de la tierra, la cual no estará disponible para el uso de los seres humanos, las plantas y  el resto de los animales. Además, se modifica el paisaje natural y el construido por los seres humanos, con un fuerte impacto en la diversidad cultivada y natural. b- Los derechos laborales, que implican la posibilidad de realizar emprendimientos productivos, que basándose en un adecuado uso de los bienes comunes naturales, posibilitan el sustento económico de las familias, a partir de la realización de actividades basados en la economía social y solidaria. El agua se contaminará con sales, perdiendo sus posibilidades de uso en el desarrollo de actividades agrarias. Los trabajadores empleados en las minas son expuestos a la convivencia diaria con materiales químicos que pueden afectar su salud. c- El derecho a acceder a alimentos sanos. La escasez de agua para uso en la agricultura, producto de su utilización en la actividad minera, determina una merma en la producción de alimentos, que sumado a la contaminación de la tierra, el agua  y el aire, pueden incidir en la calidad intrínseca de los mismos. D-Los derechos culturales. La cultura es el conjunto de saberes, creencias y pautas de conducta de un grupo social, incluyendo los medios materiales que utilizan sus miembros para comunicarse entre sí y resolver sus necesidades, pero también constituye un  tejido social que abarca las distintas formas y expresiones de una sociedad determinada. Las costumbres, las prácticas, las maneras de ser, los rituales, los tipos de vestimenta y las normas de comportamiento son aspectos incluidos en la cultura. La minería de litio será capaz de interponerse en los vínculos establecidos entre los miembros de cada comunidad, tal como pasa en Fiambalá, Catamarca. También socavará las formas de vinculación, obtención de los elementos relacionados con la satisfacción de sus necesidades, pasando del autoabastecimiento a la dependencia de las actividades de la minera, y no sólo en la obtención de trabajo remunerado, sino también en su conformación como un ente capaz de reemplazar, y mal, al Estado en el cumplimiento de sus funciones ineludibles. Por último,  se vulnera el derecho a la salud plena, un estado de equilibrio mental, espiritual y corporal tal que se alcance un nivel de vida digno vinculado a nuestros sueños  y al buen vivir.

Respecto a los minerales extraídos, se vuelve a cometer un grave error al conceptualizar a los bienes comunes naturales como “recursos naturales”. Los minerales, así también como el agua, las semillas, el suelo, son bienes dotados de la capacidad de permitirnos satisfacer nuestras necesidades, pero que dada su finitud, no son inacabables como de manera reduccionista se cree, ya que poseen sus propios ciclos, como el relacionado con la producción y mineralización de la  materia orgánica en el suelo. También, y desde una cosmovisión de inclusión de los seres humanos en la naturaleza, dadas las posibilidades de contaminación y pérdida de sus capacidades intrínsecas, como ocurre con el agua, deben ser utilizados con respeto. Son comunes porque nos pertenecen a todos los seres vivos y no pueden, ni deben, ser usurpados por nadie. La extracción de litio tiene lugar en un territorio y ecosistemas específicos, espacios, en los cuales se dan fuerte interrelaciones entre todos los seres vivos, y los no vivos, entre los cuales se producen flujos, relaciones, ciclos  y niveles de organización, los cuales no sólo nos permiten la sobrevivencia de cada especie, sino la continuidad de la vida de manera plena.

La salud y la enfermedad son el resultado de una interacción constante entre el organismo y el medio ambiente en el cual los seres humanos crecemos y nos desarrollamos. La salud recibe una influencia continua de las acciones de la sociedad y sus miembros, así como del medio ya próximo, como aún del más alejado del territorio donde vivimos, trabajamos y soñamos.

Respecto a la minería de litio, se conoce su incidencia en la salud, entre varios aspectos cabe mencionar la siguiente información: La acumulación de los residuos generados en montículos que alcanzan hasta dos metros de altura que contienen compuestos de calcio, magnesio, boro, hierro, aluminio y trazas de otros metales, constituyen fuentes de contaminación del aire que pueden causar trastornos respiratorios y asfixia para las personas, siendo perjudicial también para otros organismos vivos.[1]Cuando el polvo de litio toma contacto con la humedad de la piel humana, puede causar quemaduras semejantes a las de la soda cáustica, y su aspiración provoca no sólo irritación en el sistema respiratorio sino, también, la exudación en el interior de los bronquios y edema pulmonar.[2] La contaminación del suelo con Litio puede llegar a las cadenas alimentarias por su movilidad en las aguas superficiales, subterráneas y absorción en las plantas. Esta situación puede causar anomalías toxicológicas en el cuerpo de  los seres humanos.[3]Por último, durante el procesamiento de los minerales puede producirse carbonato de litio, que se utiliza en psiquiatría para tratar enfermedades mentales, este puede ingresar al interior de los seres humanos y al sobrepasar los 15 miligramos en el cuerpo, puede generar problemas toxicológicos[4].

[1] Porta , A. y Miguel , R.El litio, un recurso de valor estratégico para la región. Análisis de las implicancias ambientales. Perspectivas y propuestas en  El litio en la Argentina: Visiones y aportes multidisciplinarios desde la UNLP. Diaz, F. , compilador. 2020, UNLP

[2]“No a la mina” (2012) citado por Enrriquez, A. (2019).  Acciones y consecuencias de la explotación del litio en Jujuy. Un estudio desde la ecofilosofía. Pontificia Universidad Católica Argentina. Facultad de Ingeniería y Ciencias Agrarias. Centro de Estudios sobre Ingeniería y Sociedad. Buenos aires.

[3] https://www.bloomberglinea.com/2022/04/20/asi-contamina-el-negocio-del-litio-mineral-clave-para-la-transicion-energetica-de-mexico/

[4]https://www.osman.es/impacto-medioambiental-y-en-salud-por-la-extraccion-de-litio/. Junta de Andalucía, consejería de la salud y consumo.

 

Javier Souza Casadinho
javier@huellas-suburbanas.info