La Historia Oficial que Oculta Los Orígenes de Nuestra Independencia el 9 de Julio

“Un pueblo que somete a otro a no puede ser libre”-

Dionisio Inca Yupanqui – Corte de Cádiz, diciembre de 1810

Hasta 1814 flameó la bandera española en el fuerte del gobierno de Buenos Aires y de todas las Provincias Unidas, porque la Revolución de Mayo de 1810 fue democrática, reemplazó a un Virrey por una Junta popular, pero no declaró la independencia. Lo mismo sucedió en Santiago de Chile, en Bogotá y en México.

En 1815 Artigas convocó a los pueblos del Litoral a un congreso, conocido como el Congreso de Oriente, en Arroyo de la China, actualmente Concepción del Uruguay, donde manifiestan su vocación independentista. El Congreso de Tucumán, por otra parte, incluyó a los pueblos altoperuanos, por ejemplo, representantes de los pueblos originarios de La Paz, de Chuquisaca, de Chichas, Mizque, entre otros. Además, que en determinado momento se llegó a plantear la posibilidad de que la nueva patria que se estaba gestando tuviera por capital al Cuzco. Así, el Acta de la Declaración de Independencia dice que se declara la independencia de las Provincias Unidas en Sudamérica. O sea que no se refiere solamente a la Argentina, que todavía no existía con esa denominación, sino que tiene un sentido latinoamericano. Eso llega a tal punto que el acta se publica en castellano, en aimara y en quechua. Esto ha sido ocultado por la Academia de la Historia de la línea Mitre, Rivadavia, Sarmiento y sus mandarines. Hoy el Revisionismo Histórico Provinciano Socialista devela lo que ocultaron y siguen ocultando en la anquilosada “Academia de Historia”.

Aquellas ideas fueron recibidas con gran satisfacción por los representantes de los pueblos altoperuanos pero causaron gran molestia a los porteños, que se pronunciaron contra ese proyecto, especialmente Tomás de Anchorena, representante también de una familia que a lo largo de la historia argentina ha puesto los huevos en distintas canastas, cuando Irigoyen estaba en el poder uno de los hermanos Anchorena lo apoyaba y el otro apostaba al Partido Autonomista Nacional, del voto calificado. Cuando Perón llegó al poder, uno apostaba a Perón y el otro a Braden, Embajador de los Estados Unidos. En ese devenir histórico tenemos también que en la época de Menem, tuvimos representantes de la oligarquía que apostaron a Menem para privatizar todo. Como Franco Macri y otros, que apostaban a lo que regía el Consenso de Washington, trasladando sus empresas al Brasil, donde obtenían pingües ganancias. Hoy, su hijo Mauricio, con su política de aggiotismo apátrida proimperialista apostó a lo que es la Patria Financiera en nuestro país, y sus ganancias se encuentran en cuentas off shore, con todos sus adláteres.

En la nueva fórmula, que hoy presentan se encuentra un “converso”, racista y xenófobo que estuvo en todos los gobiernos, llamado Pichetto, adalid del kirchnerismo, que cuando salió del mismo dijo que ahora “podía pensar”, gozando ya del libre albedrio apuesta a un país agro-ganadero exportador, librecambista, racista, anti latinoamericano. Toda una joyita de la Derecha que se encuentra padeciendo nuestra Latinoamérica en una neo-balcanización: Bolsonaro, el Grupo de Miraflores, Lenin Moreno y Piñera.

En esta alquimia del Medioevo se debate el destino no tan solo de la Patria sino también de Latinoamérica, que tiene una superficie de 22 millones de kilómetros cuadrados y 626 millones de habitantes, donde tenemos todos los recursos renovables y no renovables, ciencia y tecnología propias, pensamiento propio, lo que quiso hacer Bolívar en el Congreso Anfictiónico, unir a Latinoamérica, hoy más que nunca nuestro norte es el Sur. Crear nuestro propio mercado interno, el Banco del Sur, reforzar nuestras instituciones creadas como el MERCOSUR, UNASUR, el ALBA y la CELAC, herramientas transformadoras de nuestro porvenir, crear nuestra propia moneda, una ciudadanía y un pasaporte único para poder transitar a lo largo y a lo ancho del Continente y ser un bloque económico, político y hegemónico para negociar en pie de igualdad nuestros excedentes de producción con cualquier bloque económico del mundo.

Solo el pueblo trabajador construirá este destino. Y como decía un gran caudillo riojano en la empuñadura de su cuchillo “naides es más que naides”.

Ricardo Solohaga
Ricardo.Solohaga@huellas-suburbanas.info